Informe de estimación mensual nacional

Se estima en 9,5 a 10,5 millones de Tn a la producción nacional de trigo 2008/09


En Argentina se sembró algo menos de trigo que en 1992/1993, cuando se registró la menor superficie triguera de los últimos 20 años. En ese año (1992), la producción fue de 9,87 millones de Tn, aunque hubo una peor, la de 1995/96, cuando se obtuvieron 9,45 millones de Tn. En esta campaña, una “sequía histórica”, con características que se dan una vez cada 20 años, dejó en manos de las zonas trigueras del sudeste bonaerense una mayor responsabilidad para que la producción finalice por encima de los 10 millones.

En base al desarrollo del grupo GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario, se estima que la producción de la presente campaña triguera podría estar dentro del rango de 9,5 y 10,5 millones de Tn.  Esto significa un retroceso interanual significativo. Además de la histórica sequía, la falta de inversión quebró la tendencia de crecimiento, y la menor fertilización aplicada también le está haciendo mella a la producción unitaria. Partiendo de una baja del 23% en la superficie sembrada y del 16% al 24% en rindes medios, la producción de trigo podría quedar entre un 36% y un 42% por debajo de lo obtenido el año pasado.

Contrariamente a las condiciones de mayo del 2007, esta campaña 2008/09 se iniciaba con una situación de falta de agua que se da “una vez cada 20 años”. Esa diferencia en la condición de “partida” se puede apreciar en los mapas de anomalías de la reserva de agua en el suelo para Argentina, el del 13 de mayo de 2007 y el del 13 de mayo de 2008. La siembra de trigo se iniciaba, entonces, con serias bajas de hectareaje y un moderado a severo ajuste de insumos en el plan triguero.

Sequía histórica con epicentro en N de Santa Fe

A diferencia de mayo 2007, las anomalías de la reserva de Agua en el Suelo al 13/05/08 mostraban una situación seca que se da una vez cada 20 años.

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Estas adversas condiciones se fueron afianzando, dando por resultado las mayores caídas de siembra en las provincias de Córdoba y Santa Fe. La falta de recargas en otoño, entre otros factores, redujo la superficie de ambas en un 52% y 44%, respectivamente.

7 meses después, y sin lluvias

La sucesión de meses sin lluvias y de alta demanda atmosférica determinaron bajísimas tasas de crecimientos dejando plantas de baja altura con hojas acartuchadas, muy lejos de cerrar el entresurco.
También se observó una marcada pérdida de plantas y baja sobrevida de macollos.

Todo esto se concentró en el centro norte triguero, con particular énfasis sobre Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y norte bonaerense. Sólo en el centro y sur de Buenos Aires el panorama fue distinto.

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Las lluvias llegaron tarde y con montos acotadas

Recién en los últimos días de setiembre volvió a llover. Sin embargo, la recuperación de los perfiles se dio con mayor intensidad en el centro de Buenos Aires y en el NEA. Para gran parte del resto triguero, llegó tarde y no cubrió las necesidades fisiológicas.

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Octubre, mes crítico para la zona núcleo, con serios déficit de agua

En el mapa adjunto, se observan los milímetros de lluvias que se hubieran necesitado para el desarrollo óptimo del cereal. La ausencia de lluvias sostenida durante mucho tiempo causó un fuerte déficit en todo el perfil de los suelos justo en el momento en que se definen los componentes críticos del rendimiento (espiguillas por metro cuadrado  y peso de grano).

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Por el momento…

Córdoba y Santa Fe, las provincias más golpeadas por los factores mencionados, podrían obtener rindes de 20 qq/ha y 19 qq/ha, respectivamente. Esto representaría una disminución del 38% y del 46%, respectivamente, respecto de la campaña pasada.

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Buenos Aires, la provincia que participa con un 57% de la superficie triguera a nivel nacional, es fundamental para evitar que la caída productiva 2008/09 sea mayor. El centro sur bonaerense es el que lleva el peso de la responsabilidad y en donde se dan situaciones bastante heterogéneas. Hasta fines de octubre, la situación marcaba que Buenos Aires podría no obtener caídas de la envergadura que se darían en el resto del país, pero pueden proyectarse rindes en un rango de 24 a 26,5 qq/ha. De todas formas, desde fines de octubre en adelante, la situación de reserva de agua sólo ha empeorado, agudizando la necesidad de lluvias.

Para arribar a las estimaciones de rendimiento se ha hecho un seguimiento de la condición de agua en el suelo en Argentina a lo largo de la campaña, con mayor grado de detalle en el área GEA – Guía Estratégica para el Agro, y su efecto sobre el trigo de acuerdo con sus fases fenológicas. También se recurrió a los datos aportados por informantes calificados. Para arribar al rango proyectado de producción, se han tomado los datos de superficie que informa la SAGPyA, excepto donde se tiene otra información, por el monitoreo que efectúa el grupo.