De todos los productos que Argentina produce, el que el mundo más nos compra es la harina de soja. Este producto ha sido por décadas la principal exportación del país, convirtiendo a la vez a la Argentina en el exportador número uno del mundo de harina y pellets de soja.
Tomando el promedio 2019-2024, la harina de soja ha representado más del 13% de las exportaciones nacionales. Asimismo, este producto por sí sólo ha llegado a superar más del 17% del comercio exterior argentino en períodos como 2014-2016.
La coyuntura actual encuentra al principal producto de exportación del país con valores FOB relativamente bajos y llegando a operar a precios mínimos de más de 15 años durante parte de la campaña actual 2024/25. Esto tuvo un impacto marcado sobre las exportaciones de la harina de soja en dólares. Con los precios promedio de exportación casi 20% por debajo de la campaña anterior, los valores por tonelada exportada se ubicaron en mínimos no vistos desde la campaña 2007/08. El panorama es aún más complejo si consideramos que dichos precios están expresados en términos nominales. Si los ajustáramos por inflación, el valor real de las exportaciones de harina de soja sería aún menor en términos comparativos con años previos.
Además de las variaciones en precios y las oscilaciones en las cantidades a lo largo de las últimas décadas, hay otro factor que también mostró transformaciones para la harina de soja argentina: sus destinos. En los primeros años de este siglo Europa era el destino por excelencia de la harina y pellets de soja, concentrando en promedio 54% del total exportado en la primera década del 2000. El segundo lugar lo ocupaba el continente asiático, siendo destino del 30% de las exportaciones en el mismo período. Cerraban el total África y América, continentes con participaciones del 10% y 6% respectivamente.
Finalizada la primera década de los 2000, el país seguía creciendo en su producción de soja, logrando en 2016 el máximo nivel exportador de harina de soja, récord que persiste en la actualidad. Sin embargo, el volumen exportado de este subproducto a Europa tocó su máximo de casi 2,6 Mt en la campaña 2013/2014, marcando desde entonces una tendencia descendente hasta ubicarse en 1,4 Mt en la cosecha 2023/24.
En ese marco, los países de Asia comenzaron a ampliar sus compras y ganar participación en los embarques argentinos de harina de soja. Para el fin de la década del 2010, ya promediaban el 45% de los despachos. Mientras tanto, el Viejo Continente pasaba a concentrar el 35% del total exportado, 19 puntos menos que la década pasada.
Con énfasis en el detalle por bloque comercial, el grueso de las exportaciones a Europa tuvo por destino final la Unión Europea, con España, Italia, Países Bajos, Polonia e Irlanda como destacados compradores. Por fuera de la UE, el Reino Unido es otro relevante demandante de la harina de soja.
Apuntalando la participación de Asia en el total, los países del Sudeste Asiático ganaron mucho peso en las exportaciones argentinas de harina de soja en la década pasada. Vietnam e Indonesia son los dos países ubicados al tope del podio en términos de países importadores, con Malasia también como un destacado comprador del subproducto clave del crush de soja.
Sin embargo, la participación del Sudeste Asiático en los embarques de harina de soja se ha mantenido relativamente estable entre el 25-30% en la última década. El protagonista reciente en compras de harina de soja ha venido de países asiáticos, pero no del sudeste. En este sentido, los países de la región de Medio Oriente, como Arabia Saudita, Irán, Jordania y Emiratos Árabes Unidos explican gran parte del crecimiento reciente en despachos de harina de soja hacia el continente asiático. Asimismo, Turquía también creció sostenidamente en sus compras desde Argentina.
Si bien el norte de África supo ser destino de cerca de 1 de cada 10 toneladas de harina y pellets de soja, la participación de esta región y del continente africano es la más baja en más de 15 años en lo que va de la campaña actual. Sin embargo, gran parte de la participación pérdida por África fue ganada por el continente americano, específicamente por países de la Alianza del Pacífico. Colombia, Chile, Ecuador y Perú han sido los protagonistas de este crecimiento, con su bloque marcando récords de importaciones de harina de soja desde Argentina en la anterior campaña 2023/24.
La industria aceitera argentina tiene una formidable capacidad de procesamiento para que la producción de soja en el país siga creciendo. El desarrollo del polo de procesamiento del Up River en nuestra región es una inmensa ventaja competitiva de la Argentina, con el crush para generar exportaciones de harina, aceite y biodiesel a base de soja, además de subproductos como lecitina y glicerina. Mientras cerca del 90% del poroto de soja tiene un solo destino año tras año, la harina de soja argentina se exportó a más de 64 países en lo que va de la campaña 2024/25. Mientras que, si se considera la campaña completa 2023/24 implicó exportaciones de harina y pellets de soja a 68 países. Con 193 países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), podemos afirmar que la harina de soja argentina nos vinculó comercialmente con más de un tercio del mundo, superando el 35% de los países del planeta.
Oferta y Demanda proyectada
Índice de contenidos
- Récord de exportaciones de soja para noviembre
- El sector ganadero bovino argentino desembolsará US$ 20.322 millones en 2025
- ¿Cuáles son las perspectivas para los commodities en 2026?
- Récord de warrants en lo que va del año
- Comercio mundial: Precios en alza, exportaciones crecientes y un nuevo movimiento de piezas que mantiene expectante al mercado



