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Incendios en Australia: ¿Qué impactos puede generar en el comercio mundial de carnes?

ROSGAN
Australia está siendo testigo de devastadores incendios forestales que afectan millones de hectáreas tanto en zonas rurales como urbanas localizadas en los estados del sudeste del territorio nacional.

 

Australia está siendo testigo de devastadores incendios forestales que afectan millones de hectáreas tanto en zonas rurales como urbanas localizadas en los estados del sudeste del territorio nacional. Aun sin posibilidad de cuantificar el alcance de los daños, la cantidad de personas y animales afectados sumado a las pérdidas en infraestructura y vegetación destruida, resulta desolador.

En materia ganadera, se desconoce el alcance del impacto total y sin dudas ésta será una tarea que demandará meses en mensurar. Sin embargo, de acuerdo a estimaciones preliminares informadas por el MLA (Instituto de promoción de carnes y ganado australiano) las áreas severamente afectadas reúnen cerca del 9% del stock bovino nacional, unos 2,3 millones animales localizados mayormente en la costa este de los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur. Mientras que otro 11% del stock nacional se encontrarían en áreas parcialmente afectadas. En total se estiman afectadas unos 10 millones de hectáreas que albergan aproximadamente el 20% del rodeo nacional.

Según fuentes locales, las pérdidas de animales en un comienzo se daban por exposición directa al fuego, pero con el correr de las semanas el ganado comenzaba a morir debido al estrés por calor y falta de agua así como por la inhalación permanente del humo, lo que constituye un factor de alto riesgo no solo para animales sino para la salud de las personas que habitan estas zonas.

No obstante, controlados los focos, uno de los principales desafíos que enfrentará el sector es conseguir reabastecerse de forraje y agua limpia así como también lidiar con la limpieza de los campos a fin de evitar una fuente de contaminación a partir de los cientos de miles de animales muertos.

En definitiva, el alcance total de la pérdida no se sabrá por varios meses y el futuro de la ganadería sin duda alguna se verá afectado.

Recordemos que Australia viene enfrentando una muy severa sequía desde hace ya varios meses, antecedida por fuertes inundaciones en el estado de Queensland del Norte en febrero de 2019 que también han ocasionado importantes daños tanto en infraestructura como en pérdidas de ganado. Tras este doble impacto, se inicia un trabajo muy arduo de reconstrucción y reinversión que demandará años y posiblemente deje fuera del negocio a muchos ganaderos.

Producto de los efectos del calentamiento global, este tipo de eventos extremos que se están dando en Australia revisten un carácter cíclico por lo que su recurrencia tiende a afectar en el largo plazo, su desempeño dentro del comercio internacional de carnes y ganado vacuno.

Australia, junto con México, es uno de los mayores exportadores de ganado en pie del mundo. Cerca el 12% de su producción, unos 1,2 millones de animales, se exporta de ese modo a países vecinos del sudeste asiático como Vietnam, Indonesia y China. Sin embargo, este es un mercado que los mismos productores australianos tienen a desincentivar promoviendo la industrialización en origen. El Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA), en su último Outlook de octubre de 2019, ya proyectaba para 2020 una reducción del comercio de ganado en pie australiano del orden del 30%. Muy probablemente, esta situación condicione aún más estas proyecciones y países como Brasil o Uruguay, por ejemplo, podrían tomar provecho de este mercado.

En lo que refiere a exportaciones de carne vacuna, Australia produce cerca del 4% de la producción global de carne vacuna pero representa más del 16% del comercio mundial siendo uno de los tres principales exportadores.

Australia es por lejos el principal proveedor del sudeste asiático. Su mayor comprador tradicionalmente ha sido Japón sin embargo, durante el último año no ha sido ajeno al arrasador ‘efecto China’.

Durante 2019, las exportaciones de carne vacuna han sido excepcionales. Hasta el mes de noviembre, el volumen total de exportación se situaba en 1,11 millones de toneladas peso producto, acumulando un crecimiento del 18% interanual.

Si bien destinos como Estados Unidos e Indonesia se han mantenido estables, el resto de los mercados han caído como resultado del aumento de la demanda de China. La participación de China en sus exportaciones ha aumentado del 14% en 2018 al 24% en los primeros 11 meses del 2019, compitiendo fuertemente con Japón el cual, de sostenerse los volúmenes exportados durante diciembre, podría terminar perdiendo el primer lugar entre los principales compradores de carne de vacuna australiana.

Sin embargo, en el último año Australia ha iniciado una estrategia de diversificación de destinos, promoviendo el acceso a mercados emergentes como una vía de sostener la competitividad, mitigar la exposición a los mercados y maximizar sus retornos. Esta política ha llevado a abrir cerca de 50 nuevos destinos en el último año.

Claramente, los incendios en Australia se presentan como un nuevo ‘Cisne Negro’ en el comercio mundial de carnes. Sus efectos generarán nuevos reacomodamientos mapa mundial de exportación. Un factor no menor en esta consideración radica en que Australia representa uno de los proveedores de carne proveniente de animales alimentados a pasto. Esto puede significar una gran oportunidad para productores como Brasil, Argentina o Uruguay, fuertemente orientados a la producción pastoril. 

Pero también, un gran interrogante en cuanto a la capacidad de respuesta de estos proveedores ante el exponencial crecimiento del consumo de carnes rojas que exhiben la mayoría de los países asiáticos a los que actualmente provee Australia, situación que podría llegar a aumentar la penetración de carnes provenientes de animales de feedlots, siendo Estados Unidos el candidato mejor posicionado.