Commodities

Los stocks de aceites en mínimos dan soporte al precio de las oleaginosas

Federico Di Yenno - Emilce Terré
El ratio stock/consumo de aceites mundial se retrotrae a mínimos de más de 20 años. El crecimiento del consumo de aceites en el mundo no se detiene y la producción tampoco, lo que implica que Argentina pierde participación en mercados como el girasol.

 

De acuerdo a las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, para este año se espera que se siga manteniendo la caída en el ratio de stocks sobre el consumo de aceites vegetales en el mundo, dando señales positivas para los precios de las oleaginosas. La caída en este ratio implica que la demanda año a año va creciendo a un ritmo más alto que la oferta, por lo tanto, el análisis del balance entre ambas fuerzas del mercado determina un factor alcista para el precio de los aceites y por ende de las semillas oleaginosas que se utilizan para producirlos.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que los aceites vegetales también son utilizados para hacer biodiesel, por lo tanto se encuentran impactados por la cotización del barril de petróleo. La caída del precio del hidrocarburo a principios de año impuso presión a la cotización de todos los commodities pero principalmente de los aceites que compiten con los derivados del combustible fósil. De este modo, por caso, el aceite de soja acusó el golpe de la menor demanda de energía, en tanto que el aceite de girasol resultó relativamente indemne. Otro factor coyuntural que afecta a los precios es la caída en el nivel de actividad mundial producto del COVID-19. A pesar de esto último, sin embargo, se espera que en el año 2020 continúen aumentando las importaciones de aceites pasando de 80 Mt en 2019 a 82 Mt en 2020, según el USDA. En el comercio de vegetales mundial se espera que el crecimiento provenga principalmente de economías emergentes, lideradas por India y China que importarían 15,1 y 11,4 Mt en 2020 respectivamente.

Estas noticias son positivas para Argentina, pero dependen del producto en cuestión. En aceite de soja, Argentina es el líder indiscutido en los mercados de exportación por lo que la mejora en los precios tiene un efecto directo positivo en las exportaciones, algo ya comentado varias veces en informativos anteriores. En el otro extremo, en el mercado del aceite de girasol, Argentina viene perdiendo participación de la mano de nuevos oferentes, Ucrania y Rusia, por lo que la mejora impacta de manera positiva pero parcialmente. Si observamos la evolución de producción de aceites vegetales en el mundo, el extraído de la semilla de girasol ha sido el que más ha crecido en términos relativos en la última década, con un incremento del 80% gracias a la mayor oferta de los países de la región del Mar Negro. Le siguen, en orden de importancia, los aceites de palma y palmiste con incrementos del 52% en ambos casos, y en cuarto lugar la soja con una suba del 42% en el volumen de producción. 

En relación a esta nueva oferta del Mar Negro, debe tenerse en cuenta que la producción de aceite de girasol de Ucrania pasó de 3,33 Mt en 2010 a una producción estimada de 7,16 Mt en 2020. En segundo lugar se encuentra Rusia, que pasó de producir 1,9 Mt en 2010 a 5,8 Mt en 2020, según proyecciones del USDA. La unión Europea, por su parte, creció de 2,51 Mt a 3,67 Mt, mientras que Argentina pasó de producir 1,5 Mt hace una década atrás a un estimado de 1,4 Mt en la campaña 2020/21.

La pérdida de relevancia en el mercado de girasol de Argentina viene a razón de un estancamiento del área sembrada, lo que se traduce en menor procesamiento de semilla de girasol por parte de las plantas aceiteras de Argentina. Hay que tener en cuenta que en el país el girasol cosechado se industrializa prácticamente en su totalidad, y sólo una parte pequeña de la producción de girasol industrial o confitero se termina exportando a diversos destinos. De una producción anual de 1,5 Mt en promedio, la Argentina exporta el 50 % del aceite de girasol, por lo que se estima que en la nueva campaña despachará entre 600 mil y 700 mil toneladas. Esto la coloca por detrás de Ucrania y Rusia, que se espera exporten 6,5 y 3,25 Mt, respectivamente. 

El sostén de la demanda de aceites vegetales en el mundo, incluso a pesar del año recesivo a nivel global, brinda buenas perspectivas para la colocación de aceite de girasol en el mercado externo, permitiendo que los precios se mantengan a niveles similares al de campañas anteriores. Para el caso del girasol en particular, es también determinante la reactivación de las compras internacionales por parte de India y China, en tanto el cultivo comienza a atravesar su período crítico de definición de rindes en la Región del Mar Negro, explicando de este modo el repunte de valores que se observó a partir del mes de abril. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que la decisión de la Unión Económica Euroasiática de limitar las exportaciones de semilla de girasol añade un foco de incertidumbre al comercio internacional, en tanto que hacia septiembre y octubre es normal observar una caída temporal en el precio por la estacionalidad de la cosecha rusa y ucraniana.

Mirando hacia nuestro país, en los primeros cuatro meses del año Argentina exportó 169 mil toneladas de girasol 194 mil de pellets de girasol y 125 mil toneladas de semillas de girasol. Estos números se encuentran en línea con lo esperado, lo que demuestra que a pesar de la recesión económica por la cuarentena del COVID-19 el comercio de commodities agrícolas se mantiene sosteniendo así la proyección de exportaciones para la campaña en 170 mil toneladas de semilla, 710 mil de pellets y 600 mil de aceite de girasol.

Respecto a los precios de exportación del aceite de girasol FOB spot se ha notado una recuperación importante luego de la caída inducida por la cuarentena global del COVID-19 y la caída en el precio del petróleo. El promedio de puntas compradoras y vendedoras del aceite de girasol ganó más de 100 USD/tn cotizando en la última semana alrededor de los 750 USD/tn. El FAS teórico de la industria aumentó a la par de las mejoras en el aceite de girasol. Si esta tendencia continúa se esperaría una mejora en los precios del girasol pagados al productor.