Commodities

Mayor oferta de trigo en Sudamérica para 2015

Guillermo Rossi

Los mercados externos se tomaron un prolongado respiro a lo largo de la semana, presionados por las mejoras climáticas en las planicies del sur norteamericano y la buena condición de los cultivos en Europa y la región del Mar Negro, favoreciendo las chances de que la oferta global resulte abundante durante los próximos meses. La desaceleración de la demanda a la espera de una mayor caída de los precios ejerció presión adicional. En Chicago los contratos de trigo blando alcanzaron un mínimo de tres semanas, aunque encontraron soporte en la zona de los u$s 250/ton.

El trigo norteamericano necesita un ajuste importante de precio para recuperar competitividad frente a proveedores alternativos en la campaña que se inicia, ante la menor participación que se espera a futuro en dos de sus mayores clientes del último año, como Brasil y China. Los valores FOB del cereal duro en el golfo de México cayeron hasta u$s 350/ton, pero los diferenciales de flete frente al trigo europeo y del Mar Negro representan una desventaja que le quita atractivo a los compradores del norte de África y Asia central, muy agresivos en el último año. En parte por esto se explica el récord de exportaciones que marcó la Unión Europea en el presente ciclo comercial, que la firma Strategie Grains estima en 28,1 millones de toneladas.

Sobre el final de la semana Egipto abrió una licitación para adquirir 60.000 toneladas del cereal con embarque en la segunda quincena de junio, cerrada con ofertas de trigo de Ucrania a un valor FOB de u$s 289/ton. Se trató de la compra más pequeña que efectuó el GASC a lo largo de toda la campaña. El costo de transporte hasta el puerto de Alejandría llega a u$s 13,5/ton, lo que implica para el importador una suma de u$s 302,5/ton C&F. Dado que se avizora un mercado internacional muy disputado en el segundo semestre del año, Estados Unidos encontrará dificultades para colocar sus saldos exportables, aunque la menor cosecha limitará sus posibilidades de tener una inserción comercial agresiva. De hecho, el USDA proyecta que la Unión Europea exportará más trigo que el país del norte durante 2014/15, algo con pocos antecedentes en las últimas décadas.

El mercado en nuestro país, por su parte, se mantiene alejado de los fundamentos externos y no se vio impactado por la reciente caída de Chicago. Por el contrario, los precios locales están en ascenso, reflejando las dificultades de la industria para aprovisionarse de materia prima, fundamentalmente en la zona central y norte del país, donde se verificó la mayor caída en la producción en el último año. Contrariamente, en el sur de la provincia de Buenos Aires el stock disponible parece holgado para cubrir el requerimiento de los molinos, pero en muchos casos la mercadería no cumple con las exigencias de calidad.

En la zona de Rosario ya se pagan valores superiores a $ 2.000/ton por trigo en condiciones Cámara con descarga inmediata, cifra que puede mejorar dependiendo de las condiciones de calidad y plazos de pago. Sin embargo, la exportación se mantiene retirada del segmento disponible, sólo ofreciendo u$s 250/ton con entrega y pago en julio sobre Timbúes. El resto de los participantes comienza a focalizarse en el cereal de la nueva cosecha.

La siembra ya comenzó en algunos puntos del país para los ciclos largos, esperándose una fuerte recuperación del área total. Al margen de que se presentan condiciones de mercado razonablemente más atractivas que en años anteriores, los principales incentivos son la necesidad de ocupar los suelos para combatir las malezas y aprovechar las excelentes condiciones de humedad de los perfiles. De hecho, en casi todas las regiones productoras las lluvias de los primeros meses del año han sido más generosas que durante el mismo período del año 2013. Asimismo, en algunas zonas hay también buena disponibilidad de semillas.

Los precios a cosecha se mantienen en u$s 200/ton y permiten obtener sólidos márgenes en explotaciones a campo propio, donde el costo directo de producción por hectárea ronda los u$s 300. Si a estos números se le agrega la devolución de parte de los derechos de exportación con la creación de un nuevo fideicomiso a medida que comience la entrega de Roes, las cuentas dan todavía mejor. Sin embargo, se verifica un incremento en los costos comerciales, dado fundamentalmente por el flete. La negociación de los alquileres comienza a tomar forma, aunque el retraso en la colecta de soja y maíz frena un poco las negociaciones.

A nivel nacional puede proyectarse en forma preliminar una cosecha de entre 11 y 12 millones de toneladas, que permitiría lograr un saldo exportable de 5 millones. En Paraguay, en tanto, el área a implantar se estima en 600.000 hectáreas, lo que de no mediar problemas climáticos como los del último año permitirían lograr una cosecha de 1,7 millones de toneladas, mientras que en Uruguay las primeras proyecciones apuntan a un área de 575.000 hectáreas y producción de 1,3 millones. De concretarse estas proyecciones el mercado regional contaría con buena disponibilidad de oferta, teniendo en cuenta que en Brasil aumentará la producción –apoyada en un fuerte repunte del área en el estado de Paraná- y sus necesidades de importación caerían hasta 6,5 millones de toneladas.