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RCEP: el acuerdo entre economías de Asia y Oceanía que involucra importantes mercados de exportación argentinos

Julio Calzada – Guido D’Angelo - Federico Di Yenno
La firma del RCEP se enmarca en un panorama internacional cambiante, donde surgen oportunidades y amenazas para los mercados de exportación de Argentina.

 

“En estas condiciones, la firma del RCEP es un rayo de luz y esperanza entre las nubes” dijo hace algunas semanas Li Keqiang, primer ministro de la República Popular China, al crearse la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, Regional Comprehensive Economic Partnership). Esta asociación va a integrar a una de cada tres personas que habitan este planeta, al 30% del PIB global y a los países que más han crecido en las últimas décadas.

Cabe preguntarse entonces, ¿cómo fue que se alcanzó este acuerdo? Uno de los acontecimientos vinculables al posterior logro del RCEP podría remontarse a enero de 2017, cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump firmó una orden ejecutiva cumpliendo una de sus promesas de campaña: retirar a los Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés). Así, Estados Unidos se retiró del acuerdo firmado hacía apenas once meses y que aún no había entrado en vigencia en EE.UU. Aquel acuerdo, había sido suscripto por 12 países, que juntos integraban más del 40% del PIB global y cerca de un tercio de los flujos comerciales globales. Con los Estados Unidos afuera, el tratado apenas se acerca al 16% del PIB global (2019), con una proyección comercial mucho menos promisoria. 

Esta decisión por parte de Estados Unidos contrasta con la estrategia sostenida por Xi Jinping desde su nombramiento como presidente de la República Popular China, en 2013. El presidente chino ha afirmado en su momento que “la apreciación global nos dice que nuestro país se encuentra en un importante periodo coyuntural estratégico en el que podemos llevar a cabo grandes empresas” y si bien afirma la necesidad de respetar la no injerencia en los asuntos internos de otros países, da cuenta de la necesidad de “incrementar el poder blando de China, contar bien sobre China y llevar a buen término la divulgación hacia el exterior”. (Xi, 2018, págs. 555-557).

En este sentido, la retirada estadounidense del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), ha contribuido indirectamente a los esfuerzos chinos para tener un rol más importante en la comunidad internacional. Joseph Nye, reconocido pensador de las relaciones internacionales, advirtió recientemente la pérdida del poder de atracción o poder blando de Estados Unidos en el mundo. 

Finalmente, a mediados de noviembre se firmó la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), promovida por China. En este gran acuerdo se incluye a todos los países de Asia y Oceanía que estaban en el TPP (Australia, Nueva Zelanda, Japón, Singapur, Malasia, Vietnam y Brunei). A este grupo se les suman otras naciones de relevancia, como Corea del Sur, Tailandia, Filipinas, entre otros.

El RCEP abarca mercados con 2.100 millones de consumidores, que representan el 27% de la población mundial. Las oportunidades y perspectivas son aún mayores si se tiene en cuenta que la India, que se retiró de las negociaciones, tiene la posibilidad de sumarse en un futuro si lo desea. Una diferencia fundamental hace al RCEP distinto del TPP. El acuerdo promovido por China se concentra en reducir aranceles, simplificar el comercio exterior y dinamizar cadenas de valor. El RCEP es el primer acuerdo multilateral que firma la República Popular China. Por su parte, el TPP promovido por Estados Unidos se enfocaba en, además de recortar impuestos al comercio exterior, reducir barreras no arancelarias, como estándares de inversión, acuerdos laborales y protección del medio ambiente. Asimismo, el RCEP es hasta ahora el único acuerdo comercial del mundo con un apartado específico para comercio electrónico.

En los últimos días trascendió que Xi Jinping busca adoptar para los próximos años una estrategia de “doble circulación”, buscando darle más fuerza al mercado interno chino y separando la economía doméstica de posibles turbulencias que pudieran surgir en el panorama internacional. El RCEP también puede verse como una herramienta para reducir la importancia del comercio con Estados Unidos, a donde se envía el 18% de las exportaciones chinas. Con un panorama global de tensiones comerciales, reducir la relevancia estadounidense le brinda a China mayor margen de acción.

El RCEP se firma en el marco de la reunión de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN por sus siglas en inglés), para reducir aranceles a lo largo de las próximas décadas. El acuerdo no es sino la consolidación de múltiples acuerdos de integración comercial, ya que entre la mayoría de sus miembros existían acuerdos de libre comercio. Debido a esto, se espera la ratificación de los 15 parlamentos de todos los estados firmantes. Cabe aclarar que con sólo la ratificación de seis países de ASEAN y tres por fuera de ASEAN el tratado ya entraría en vigencia. Esta situación espera alcanzarse a mediados de este año. Luego de la entrada de vigencia del acuerdo, los períodos de implementación de las reducciones arancelarias se estiman entre 3 y 5 años, algo que amenaza la competitividad de muchos productos argentinos. 

La ASEAN, cuyos miembros también pasarán a integrar el RCEP, tiene un importante intercambio comercial con Argentina. En los últimos 5 años, nuestro país consolida todos los años un saldo comercial positivo con el bloque, acumulando superávits en este período por cerca de 14 mil millones de dólares. 

La atención de la relación de nuestro país con los mercados que componen la RCEP se enfoca en cuatro socios estratégicos, que concentran la mayoría de las exportaciones: China, Vietnam, Indonesia y Malasia. Los países firmantes del flamante acuerdo son receptores de cerca del 20% de las exportaciones argentinas en 2020. De esta importante porción, China, Vietnam, Indonesia y Malasia son los principales destinos. El siguiente gráfico ilustra cómo se distribuyen las exportaciones nacionales a los países firmantes del RCEP. 

Argentina no debe perder de vista el desarrollo de este acuerdo, ya que se encuentra dentro del mismo la principal economía del mundo: la República Popular China. A pesar de que el gigante asiático importa predominantemente poroto de soja desde Argentina, existen muchos otros mercados de alimentos importantes sobre los cuales Argentina tiene un enorme potencial. 

En un segundo plano, Vietnam, Indonesia y Malasia importan principalmente harina de soja y cereales desde nuestro país. Estos tres estados firmantes acumulan el 30% de las exportaciones argentinas de harina y pellets de soja. Con la excepción de Australia, no existe por ahora ningún otro país participante del acuerdo que compita directamente con Argentina como proveedor de commodities agrícolas y carnes. Por lo tanto, será muy importante seguir de cerca las negociaciones con otros países productores de alimentos que compitan con Argentina en mercados actuales o potenciales.

La importancia de las cadenas agroindustriales en el comercio entre Argentina y el RCEP hace que la relación con el bloque comercial sea un tópico a tener en cuenta. Más de la mitad de las exportaciones del Complejo Bovino se destinan a países firmantes del RCEP, así como también cerca de un tercio de los despachos de los complejos Soja y Maíz, tal como lo evidencia el siguiente gráfico. Por otro lado, la cuarta parte de los productos del Complejo Trigo tienen como destino países en consideración. 

A lo largo de los próximos 5 años, se espera que se elimine la gran mayoría de los aranceles sobre productos agrícolas entre China y Australia. Esto preocupa por la importancia de la agricultura en el país oceánico, que podría competir con más fuerza con las cosechas argentinas. Sin embargo, las exportaciones nacionales estarían a salvo al menos en el corto plazo. 

El maíz y el trigo, entre otros cultivos, tienen su comercio administrado en cuotas arancelarias, lo que atenuaría los efectos de cualquier baja de aranceles. Por el lado de la soja, hoy resulta muy complejo para las economías de Asia Pacífico competir con los grandes productores mundiales del poroto. La insuficiente producción doméstica al interior del bloque no permite pensar, al menos en el corto plazo, una baja del comercio de soja proveniente desde Argentina, así como tampoco desde los Estados Unidos y Brasil.

Sin embargo, las amenazas estratégicas no dejan de estar presentes ya que las cuotas de comercio internacional constituyen acuerdos de modificación muy sencilla. Dada la creciente importancia de China en el comercio internacional, el RCEP abre su margen de negociación al ampliar su acceso a más mercados. Cualquier cambio o novedad en regulaciones y estándares al interior del bloque dejarían en desventaja a la Argentina, quien debería adecuarse a normativas de las cuales no participa en su elaboración. Más de 10 acuerdos de libre comercio, con sus respectivos reglamentos, se simplifican y unifican en el RCEP. La reducción de los costos de transacción y la simplificación comercial se suman a las potenciales amenazas para el comercio exterior argentino, principalmente para la inserción de productos más industrializados. 

Los complejos exportadores que mayor participación tienen en las exportaciones argentinas a países firmantes del RCEP son: el Complejo Soja que origina el 44% de los envíos a estos mercados, el Complejo Maíz con el 21%, el Complejo Bovino con el 17% y los complejos Trigo y Pesquero con el 6% cada uno.  

Si bien al momento no se identifican muchas amenazas para los mercados externos argentinos a partir de la creación del RCEP, de profundizarse el comercio al interior del bloque en pos de reducir la dependencia de proveedores extra-bloque, esto podría acotar el comercio argentino con los países parte. 

En un marco de incremento de las tensiones geopolíticas a nivel global, Argentina no debería perder preponderancia en los mercados internacionales. En más exportaciones y apertura de mercados se encuentra gran parte de la solución a muchos problemas de la macroeconomía argentina. Perder de vista los cambios comerciales en la escena internacional sería muy riesgoso para el posicionamiento argentino en el comercio mundial mientras que perderíamos otra vez la oportunidad de crecer a largo plazo evitando los límites al desarrollo del mercado interno.

 

Bibliografía
Xi, J. (2018). La Gobernación y Administración de China. Beijing: Ediciones en Lenguas Extranjeras.