ESTADO DE LOS CULTIVOS


ESTADO DE LOS CULTIVOS Las condiciones de este otoño seco han favorecido las tareas de recolección de granos de la cosecha gruesa, estando en general muy avanzadas con respecto a igual fecha del año pasado y en muchos casos se las da por concluidas con la excepción de algunos sectores donde todavía restan por cosechar los últimos lotes de soja de segunda y de maíz tardío pero que no modificarán las perspectivas finales de rendimiento ya comentadas en informes anteriores. También en general resultaron favorables las condiciones para la cosecha de algodón en las principales regiones productoras como algunas del NEA y del noroeste de Córdoba y zonas de Santiago del Estero. Los rendimientos de fibra son bastante buenos demostrando la importancia que tienen las condiciones en la época de cosecha de este textil. En cambio, las mismas condiciones secas han producido un interrogante en cuanto a la posibilidad de que se concreten adecuadamente las siembras de cereales de la cosecha fina, especialmente de trigo. En algunas regiones del sur y sudeste del área triguera las moderadas lluvias producidas últimamente han proporcionado algo de optimismo con respecto a las perspectivas de siembra que en algunos sectores han comenzado, pero aún falta humedad en profundidad, aunque es la región sur y sudeste la que tiene una ventana de siembra más holgada pudiendo extenderse hasta el mes de Agosto. No ocurre lo mismo en el norte de la región triguera donde salvo en sectores aislados, la humedad profunda y también la superficial es considerada insuficiente y las tareas se van encarando con dificultades y retrasos debido al factor humedad muy ajustado. La situación más crítica se observa en el nordeste de La Pampa, donde la probabilidad de una recuperación del perfil de humedad del suelo a esta altura del año es escasa, siendo mucho más probable climáticamente la recuperación en el este de la región Pampeana. En muchos casos se va desistiendo de la implantación de trigos de ciclo largo estimándose mejores posibilidades para los denominados de ciclo corto. A la coyuntura climática se le suma el aumento de precio de los insumos y el prolongado conflicto generado entre el sector del campo y el gobierno. Estos indicadores parecen fortalecer las estimaciones de un área sembrada que se ubicaría por debajo de las 5 millones de ha. En cuanto a la oferta forrajera, la misma era escasa en la mayor parte de las regiones ganaderas. En el norte y centro de Buenos Aires las pasturas sufrían por falta de humedad y las fuertes heladas ya registradas, cuando se iniciaba el pastoreo de los verdeos. En el sur de la provincia se habían sembrado avenas con lenta evolución. En Entre Ríos no se habían podido sembrar pasturas ni verdeos debido a los suelos regionales que incrementan sus dificultades para la siembra en condiciones de sequía. En Córdoba la oferta de forraje estaba comprometida, las alfalfas sufrían la sequía y además las condiciones ambientales favorecían la proliferación de plagas, como arañuelas y pulgones. En La Pampa había escasez de forraje contándose con pocos lotes de sorgo o maíz diferido. La hacienda se estaba suplementano y la situación era muy preocupante.