A UNOS TODO, A OTROS NADA


Las recientes lluvias, por sectores extremas, han sido el corolario de una situación que se fue gestando a lo largo de la semana previa. No es necesario poner el énfasis en recordar las elevadas marcas térmicas observadas en los días anteriores a este último evento pluvial, pero si marcar que las mismas fortalecieron el contraste térmico que se produjo cuando avanzó una masa de aire más frío desde el sur. Esta diferencia abrupta de temperaturas, se traduce en un fuerte nivel de inestabilidad en la estructura vertical de la atmosfera y si el avance del frente encuentra a su paso una masa de aire húmedo, los desarrollos nubosos adquieren una dinámica vertiginosa y generan tormentas muy destacadas. Durante la madrugada del lunes y al cabo de aquella jornada, las intensas precipitaciones observadas en el sudoeste de BA, de alguna manera anticiparon lo que sucedería cuando el frente lograra superar su estacionalidad en ese sector de la región pampeana. Es decir la situación necesariamente debía converger en el desarrollo de tormentas de vasta extensión para liberar la energía contenida en las capas bajas y medias de la atmósfera. En la transición del martes para el martes para el miércoles, cuando las lluvias arreciaban sobre el norte de la provincia de BA, apenas se insinuaban algunas tormentas en las provincias del centro. Por entonces el frente alcanzaba una nueva posición estacionaria, provocando intensas precipitaciones, similares a las ocurridas en el sudoeste de la región pampeana. Hacia el mediodía del miércoles se formó una zona de baja presión en el borde noreste del frente. Esta perturbación traccionó las grandes tormentas hacia el este entrerriano y el Uruguay. Esta dinámica impacto negativamente sobre la producción de sistemas precipitantes en el sudoeste entrerriano, gran parte de SF, CB y norte de LP. En todo este sector las extremas condiciones térmicas de comienzo de semana, no encontraron alivio en las precipitaciones, con lo cual las reservas quedaron sumamente exigidas, a la espera de que durante el fin de semana, al menos alguna lluvia modesta genere algunas mejoras superficiales. En el mapa se observa con claridad las dos posiciones estacionarias que tuvo el frente a lo largo del período en que finalmente logró atravesar la región pampeana. Primero se destacan los importantes acumulados en el sur de LP y sudoeste de BA, con un máximo en la zona que va desde Pigüé hasta Tres Arroyos y el otro en el norte de BA, entre Junín y la ciudad de Buenos Aires. En muchas localidades de esta zona las marcas pluviales superaron al cabo de 12 horas las marcas pluviales esperadas para el mes. La consecuencia sobre cuencas de ríos con un cauce limitado para transportar este volumen de agua hacen inevitables las inundaciones. A pesar de estos eventos pluviales vastos sectores de SF, norte de LP y el sudoeste entrerriano configuran una zona que no alcanzó la media normal de lluvia del mes de octubre. De esta manera el sudoeste de ER, el centro sur santafesino y buena parte de CB, transitan el cambio hacia el mes de noviembre con una disponibilidad de reservas entre regular y escasa. Entre domingo y lunes pueden incorporarse algunas precipitaciones como para recomponer la humedad superficial, pero es importante tener en cuenta que la zona ingresa al mes de noviembre arrastrando un déficit pluvial desde octubre. De todos modos los milimetrajes sobrados recibidos en la zona al considerar todo el año, deben estar disponibles en un niveles más profundos, por lo cual con una mejora de humedad superficial, no debería haber demasiado problemas para avanzar con las siembras de soja. El ambiente cambia de manera significativa a partir de mañana. Las temperaturas tenderán a ubicarse por debajo de los valores normales, algo que posiblemente subsista a lo largo de toda la primera semana de noviembre. Las máximas se acercarán progresivamente a valores normales, con amaneceres frescos. No se descartan heladas débiles en el sur de la región pampeana durante el fin de semana.