Detalle por Subzonas

Soja 2014/15


SOJA 2014/15

Octubre: 'Anegamientos, napas y los más altos rindes de indiferencia'

Todo comenzó diferente en la gruesa del 2014. En el ciclo anterior la falta de agua limitó las siembras tempranas y no se contaba con reservas en profundidad. Contrariamente, mientras se realizan los preparativos para las primeras siembras y se ponía especial atención los barbechos, en las áreas del norte bonaerense los problemas de anegamientos se arrastraban desde febrero y retrasaban las siembras. Los bajos tenían las napas muy próximas a la superficie. El caudal de lluvias acumuladas en el año (ver mapa de lluvias) en el noreste bonaerense superaba los 1100 mm. El 50% de la zona núcleo había acumulados de más de 900 mm desde el comienzo de año y se alertaba de los problemas de napas hasta en los departamentos cordobeses. Buena parte de las decisiones agronómicas apuntaban a minimizar los efectos de una posible campaña húmeda, tal como luego sucedió.

Otro gran tema era que la campaña tenía la carga de contar con los rindes de indiferencia más altos de los últimos diez años. El primero en sufrir estos efectos fue el cultivo de maíz. Su participación bajaba a niveles mínimos en las rotaciones y emparejado con los magros márgenes caían los planteos de alta tecnología que se utilizarían. Un nuevo incremento en la superficie sojera, se alzaba con niveles de hasta un 15 a 25% en algunas localidades respecto del año pasado. Más soja significaría también otro ciclo de mayor presión biológica, y por ende mayor selección de los biotipos más eficientes para contrariar a los legendarios principios activos contra las malezas. Costos más caros y un manejo más complejo en un marco de bajas cotizaciones en los precios internacionales auguraba una campaña con poco margen para cometer errores.

Noviembre: 'Siembra a toda máquina'

La ventana de siembra de soja se abre con picos de más de 200 mm en cinco días para el noreste bonaerense. Reaparecieron las lagunas, los caminos intransitables y las napas al límite de la superficie. Se esperó a que drenen los excesos, y desde las áreas menos afectadas por el temporal (centro sur santafesino y este cordobés) se arrancaban las primeras siembras de la oleaginosa. A mediados de noviembre el buen tiempo se estabilizaba y desató la actividad de siembra en la región. El 13/11/15 se alcanzó el 63% sembrado. El mes se despide con lluvias suaves en la franja oeste. Estas resultaron sumamente oportunas para que se pueda terminar sin mayores contratiempos el grueso de la siembra de la oleaginosa y asegurar el establecimiento de plántulas sin ocasionar problemas de planchado. El mes de noviembre finaliza con un 25% de la soja de segunda sembrada y el 90% de la de primera bajo muy buenas condiciones. La campaña arrancaba con los perfiles cargados, más hectáreas de soja, con costos más altos, ajustes tecnológicos y malezas por combatir.

Volviendo a los primero días de febrero, el cultivo de soja de primera se observaba con buen porte, 15 a 18 nudos productivos y plagas en niveles leves a moderados. Los pronósticos a corto plazo indicaban la continuidad del período húmedo. Estos fueron los factores que permitían estimar a la fecha una buena cosecha de la oleaginosa con rindes en torno a los 40 qq/ha, superando en 5 qq/ha los rindes zonales (35 qq/ha). El 40% de los sembrados estaban en estadios de principios de llenado de semilla pero, según el grupo de madurez, algunos estaban más retrasados en plena floración (R2) y otros ya expresando el máximo tamaño de semilla (R6). La plaga más mencionada era la oruga medidora. A diferencia de la campaña pasada, la presión de insectos era baja. Tampoco los niveles de población de chinches eran relevantes.

Los mayores acumulados de lluvia de la última semana de febrero se ubicaron en el este de Córdoba. Los registros fueron del orden de los 50 a 100 mm. Se destaca Guatimozín con un acumulado semanal de 124 mm.

Marzo: 'Las lluvias se vuelven el azote del oeste'

'Llovió en un mes lo que llueve en medio año en Córdoba y Santa Fe'. El evento se volvía a agravar con los primeros días de marzo, y contando, entre febrero y estos primeros días, las lluvias acumularon 300 a 600 mm. Córdoba, muy afectada, registró picos que superaron los 700 mm.

Zonas de Córdoba y Santa Fe quedaron envueltas en circunstancias de alta gravedad. Hubo pérdidas de sectores los bajos, encharcamientos y campos enteros pasaron a ser lagunas. Las lluvias ocurridas y el agua que llegaba de las zonas aledañas saturaron la capacidad hídrica del suelo. La carga hídrica regional no sólo estuvo influida por la situación actual sino por el escenario de los tres años previos. Muchas rutas estuvieron cortadas y los caminos vecinales se transformaron en ríos. La cosecha se presentaba como un monumental desafío de logística. La productividad de la zona hasta el momento era una incógnita.

De acuerdo con el registro de nuestra red de estaciones meteorológicas, desde el 1° de febrero la localidad de Idiazabal recibió 720 mm. Le sigue Bellville con 701 mm, Hernando con 563 mm, Noetinger con 594 mm. Pozo del molle recibió 540 mm y Bengolea con 481 mm. En el mismo período, ya en el sur de Santa Fe, Clason acumuló 520 mm, Bigand 446 mm, Santa Teresa 430 mm y Rosario 400 mm.

Abril 'Clima ideal para cosechar y sorpresas en los rindes'

Las expectativas de rindes en soja en los meses de febrero y marzo rondaban los 40 qq/ha. Sin embargo, cuando comenzó a cosecharse hubo rindes extraordinarios. Con el 24% del área recolectada de soja de primera, el rinde promedio se ubicaba en 45 qq/ha. El rango variaba de 39 a 55 qq/ha. El centro sur de Santa Fe rompió las marcas históricas con resultados de 45 a 55 qq/ha. En el este de Córdoba había dos realidades productivas según el relieve del lote. Por un lado, los suelos deprimidos que resultaron en pérdidas totales por anegamientos. Por otro lado, los lotes altos y con buen drenaje conseguían muy buenas productividades. En las zonas más deprimida persistían las dificultades en el tránsito de la maquinaria en general y se ralentizaban las tareas de recolección. La estabilidad climática permitió que la siembra fluya sin mayores inconvenientes. Con más de la mitad del área cosechada, se mantenían firmes los 45 qq/ha. Sorprendieron los primeros lotes recolectados de soja de segunda. Los rendimientos promediaban los 35 qq/ha y había picos que superaban a la soja de primera. La desilusión se generaba cuando se calculaban los márgenes en campos alquilados. Con las altas productividades apenas se cubren los costos de producción, no teniendo en cuenta los gastos de estructura ni el costo financiero del dinero invertido. A fin de abril, la soja de la región núcleo se encumbraba hacia el final de una de las campañas más exitosas en términos productivos. Con 43 qq/ha superó holgadamente los 37 quintales de la campaña 2012/13, que ostentaba la marca más alta histórica. Las siembras más tardías promediaron 36 qq/ha.

Conclusión

Un 25% de aumento en el rinde promedio de la soja del área núcleo hizo que la producción regional ascienda a 23,6 M de toneladas, es decir 5 M más que su ciclo predecesor. La zona núcleo contribuyó esta vez con el 40% al total nacional, subiendo 6 puntos en comparación con el año pasado. El plus climático que dejó la campaña se expresó en los kilos extras que se obtuvieron en función de la provisión sin límites de agua y la extensión del desarrollo del cultivo por las cálidas temperaturas observadas hasta bien entrado el otoño. También fueron récord las pérdidas de superficie por anegamientos. Pero, afortunadamente, los promedios productivos son contundentes y muy superiores a los parámetros normales. La cosecha gruesa 2014/15 llegó a su fin con resultados excelentes. La soja de primera alcanzó los 43 qq/ha, y marcó el record histórico. Los valores fluctuaron entre 35 y 55 quintales. La oleaginosa de segunda se ubicó en una media de 35 qq/ha.