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Trigo 2014/15 en la región núcleo


SUBZONAS Y RED DE ESTACIONES METEOROLÓGICAS GEA

Trigo 2014/15 en la región núcleo: análisis del desarrollo del cultivo y proyección de resultados productivos

La campaña de trigo comenzó con los suelos saturados y un precio atractivo a cosecha que impulsó una suba de la intención de área a sembrar relegando a la cebada, principal competidor por recursos. Las expectativas de suba de área rondaban los 15% respecto al ciclo anterior. Si embargo, las excesivas precipitaciones concentradas principalmente en el noreste bonaerense cuyo milimetraje anual superó los 1000 milímetros al momento de siembra, obligaron al recorte de área a sembrar por falta de piso. La ventana de siembra óptima de trigo cerró quedando 100 mil hectáreas sin la posibilidad de ser sembradas. Finalmente, se estima una cobertura de un área de 650.000 ha con trigo, que significa una suba de 2,5% respecto al año pasado, quedando lejos de la intención inicial de hace dos meses, de 750.000 ha.

En la época invernal los trigos sembrados crecían en excelentes condiciones, con muy buenas reservas de humedad en el suelo y temperaturas que en general estuvieron por encima de los valores normales para el invierno. Las temperaturas máximas ascendieron mostrando marcadas anomalías para esa época del año y luego hubo un descenso brusco de temperaturas. El máximo valor se registró el 22 de agosto con 34,3 °C y el mínimo el 27 de agosto con -1.6 C, lo que implica un salto térmico de 36 °C en tan sólo cinco días. Ante la falta de rustificación de los tejidos foliares, el cambio abrupto de temperaturas agravó el impacto de las heladas sobre los lotes. Se observaron puntas de hojas quemadas y el crecimiento se detuvo de golpe. Hubo un severo desecamiento de las capas superficiales en los suelos, sobre todo en el oeste de la región. Las lluvias de agosto, tomando el promedio de las 36 estaciones instaladas en la región, muestran un acumulado mensual de tan solo 1,6 mm. La deficiencia de agua en los niveles superficiales del suelo dificultó la translocación del nitrógeno y contribuyó a la pérdida de hojas basales y al amarillamiento.

Las precipitaciones vuelven en septiembre acumulando unos 46 mm tomando el promedio de la región. Las condiciones de saturación atmosféricas y largas horas de mojado en hoja predispusieron al cultivo al ataque de roya anaranjada. El incremento del inóculo fue exponencial y afectó prácticamente a todos los lotes. Los mismos fueron y son tratados con fungicidas actualmente elevando los costos. Pese a ello, en la región prevalece la clasificación de buenas y muy buenas condiciones sobre el 70% de los cuadros. Las primeras impresiones de estimaciones de rindes marcan valores cercanos o levemente superiores al promedio zonal de 35 qq/ha. Mientras que la campaña pasada, las condiciones adversas de sequía en el periodo crítico trigo dejaron al cereal 5 quintales por debajo del esperado para la zona.

Bajo estas condiciones climáticas la primera proyección de rinde en trigo en la región núcleo se sitúa en 37 qq/ha en promedio con una producción de 2,4 M de tn.

Aún al cultivo le queda el último tramo por recorrer. El comportamiento del Pacifico Ecuatorial señala un escenario en el que habría un 'Niño' desenvolviéndose con mayor gradualidad a la que se esperaba. Este sería más moderado y empezaría a ejercer su influencia sobre Argentina más tarde de lo que se presuponía, a partir de los meses de noviembre y diciembre. Las variables que modelan el comportamiento en los próximos meses prevén las mayores probabilidades que se expresen lluvias por encima de lo normal a medida que se desarrolle el verano en el trimestre diciembre, enero y febrero, lo cual favorecería que haya mayor presión de enfermedades, buenas condiciones de cosecha y aliviaría la presión hídrica luego de una año de abundantes lluvias que elevaron las napas freáticas por encima de los niveles usuales de profundidad.