Indicadores Climáticos


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Inestabilidad hasta el sábado

Probabilidad de lluvias y tormentas en la región hasta el día sábado.

Hoy, jueves 23, el pasaje de un sistema frontal frio provocará un aumento en la inestabilidad y la probabilidad de chaparrones y tormentas aisladas con mejoramientos temporarios entre la madrugada y las últimas horas de la noche.

Las condiciones meteorológicas tienden a mejorar durante el viernes 24, aunque no se descartan algunos chaparrones aislados en el este de la zona GEA.

Una nueva perturbación se estará desplazando por la provincia de Buenos Aires durante el día sábado provocando un nuevo aumento de la inestabilidad y la probabilidad de lluvias y tormentas aisladas. Con el correr de las horas un sistema de alta presión se irá posicionando sobre la zona GEA y las condiciones meteorológicas irán mejorando de sur a norte hasta alcanzar condiciones estables que se mantendrán hasta el final del periodo de pronóstico.

Las temperaturas sufrirán un leve descenso de los valores máximos entre el jueves y el viernes, oscilando entre los 28 y los 30°C, posteriormente los registros comenzarán a ascender alcanzando los 34°C. Las marcas mínimas se mantendrán entre 16° y 18°C hasta el sábado 25 y luego experimentarán un leve descenso debido a la masa de aire levemente más fría y seca post-frontal que cubrirá el área GEA. El valor más bajo se espera que se registre el lunes 27 de febrero y luego los valores tienden a ascender hasta el final del periodo.

 

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

Lluvias localizadas sobre el centro y norte de la zona GEA

El valor más destacado se midió en  localidad de Hernando, Córdoba, con un  registro de 44.4 mm, seguido por Rosario y Zavalla, ambas en Santa Fe, con registros de 38 y 40 mm respectivamente.

Las temperaturas máximas se mantuvieron dentro de las normales estacionales, con valores por encima de los 35°C que se localizaron en la porción centro de la región GEA. En el resto del área los valores máximos oscilaron entre los 32° a 35°C. El valor más elevado se registró en la localidad de Pozo del Molle alcanzando los 36.1°C.

Las temperaturas mínimas fueron muy bajas para la época del año debido a la irrupción de una masa de aire polar que provocó un descenso térmico muy significativo. En toda el área GEA las marcas no superaron los 6°C. Hubo dos núcleos con valores extremos, uno situado en la provincia de Buenos Aires y el otro en el centro de Córdoba. El valor más bajo se registró en Hernando, Córdoba, donde la temperatura descendió hasta 1.5°C. En Buenos Aires los valores más bajos se localizaron en Gral. Pinto y Lincoln, donde se midieron 2.8°C.

Con este panorama de temperaturas extremas y montos de precipitación dispares, las reservas de agua útil se mantienen escasas en el sudoeste y sur del área GEA, con un núcleo de condiciones regulares en el sector oeste. En el resto de la región, este de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, la humedad de suelo persiste en estado de sequía.

Debido a estas condiciones edáficas en Santa Fe, Buenos Aires y este de Córdoba se requiere que en los próximos quince días los acumulados de agua oscilen entre los 120 a 160 mm para alcanzar el estado óptimo de las reservas, mientras que en el oeste de GEA estos valores se reducen a acumulados entre 80 a 120 mm.  

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

Febrero con dos récords térmicos históricos

La tercera semana del mes fue la protagonista de un nuevo récord, pero no aportó soluciones pluviales en la medida de lo esperado. 

Febrero 2023 será recordado como el mes que desafió las estadísticas en más de un sentido. En menos de siete días se registraron la temperatura máxima más alta y la mínima más baja para este mes en los últimos 60 años.

Si algo faltaba para completar el sesgo negativo de tres campañas consecutivas dominadas por una intensa sequía, era el estrés hídrico adicional que sufrieron los cultivos al soportar, con extrema escasez de agua, el abrupto paso de una intensa ola de calor a un marcado descenso térmico en menos de una semana.

Las altísimas temperaturas máximas del domingo 12 dieron paso al ingreso de una fuerte circulación sur que derivó en el ingreso de una masa de aire mucho más fría que lo habitual, más acorde con una circulación otoñal que propia del segundo mes del año.

La irrupción de aire frío provocó descensos térmicos muy significativos desde el sur de la región pampeana hasta el norte del país. Las mínimas más bajas estuvieron cercanas a 2ºC, insuficientes para considerar heladas meteorológicas, aunque dentro del rango para las denominadas "heladas agronómicas”.

El principal responsable de que no se hayan producido temperaturas cercanas a cero o por debajo del punto de congelación fue el Atlántico. Tal como mencionamos en informes anteriores, actualmente, la temperatura superficial del Atlántico se encuentra condicionada por la corriente de Brasil provocando una anomalía térmica positiva.

Este calentamiento superficial, a la altura de las costas argentinas, funcionó como moderador de las corrientes de aire frío que ingresaron desde el sur, dificultando un descenso de temperatura mucho más riguroso que hubiera provocado inusuales, e intensas, heladas sobre el sur de la región pampeana.

Con el cambio de ambiente se esperaba el desarrollo de precipitaciones mucho más generalizadas y abundantes que las que se produjeron.

Finalmente solo el sudeste bonaerense, el norte de Santa Fe, Misiones y el NOA recibieron acumulados que superaron los 20 milímetros. En el corazón de la zona núcleo las lluvias estuvieron totalmente ausentes, más allá de algunas lloviznas aisladas absolutamente irrelevantes en el contexto actual.  

Transcurridas tres semanas de febrero el balance se presenta negativo, las lluvias acumuladas sobre la franja central de la región pampeana apenas alcanzan entre el 10 y el 50% de los valores mensuales medios estadísticos.

Las lluvias pronosticadas en el corto plazo, y hasta fin de mes, no parecen suficientes, por su volumen y distribución, para revertir esta tendencia y febrero parece encaminado a sumarse a la lista de meses pluvialmente deficitarios.

Por el momento, el segundo mes del año nos deja dos récords térmicos históricos, una pobre provisión de lluvias y una cruda realidad: más complicaciones para los rindes finales de la gruesa.