A pesar de que Argentina sufrió en 2022 la peor sequía de los últimos 60 años, el girasol cerró la campaña 2022/23 con las cifras más altas de la década en producción, molienda y comercialización tanto local como internacional.
Menores márgenes y limitantes de humedad en el suelo al momento de las siembras causaron una caída de área entre campañas. Así, se proyecta un recorte en la producción y un menor crush en la 2023/24.
Con la mejora de precios internacionales, se lograron sembrar 2,5 M ha en la campaña 2022/23. En un contexto de precios y márgenes a la baja, una suba de derechos de exportación podría afectar gravemente al sector.
La caída interanual en la producción de girasol traería aparejado un menor nivel de molienda y producción de aceite. No obstante, las proyecciones para la campaña en curso se muestran optimistas respecto del promedio de los últimos cinco años.
Un consumo que crece más que la producción y ajusta el nivel de inventarios da sostén al precio internacional de los aceites vegetales, luego de un 2023 donde los menores precios desde Rusia presionaron las cotizaciones a la baja.