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Mientras en Argentina seguimos atados a un conflicto en el tema carnes, el mundo sigue girando y lo hace en torno a una demanda cada vez más firme, en un contexto de resurgimiento de los principales mercados consumidores del hemisferio norte.
Luego de un inicio rezagado, la molienda de trigo se fue recuperando con el correr de los meses. Además, la comercialización de maíz -campaña actual y campaña nueva- alcanza niveles récord. Por otro lado, las ventas de soja son las más bajas en 13 años.
Las cadenas bovina, avícola y porcina combinadas generan cerca del 30% del Valor Bruto de Producción de las cadenas agroalimentarias en Argentina, y aportan el 23% de su Valor Agregado. Presentes en las 23 provincias, emplean a más de 400 mil personas.
Los mercados concentradores cumplen un rol mayor a la simple conexión entre la oferta y la demanda. La transparencia y la seguridad dentro de las transacciones, así como la información del sector son factores esenciales para el desempeño productivo.
En los últimos años, el consumo de carne vacuna se ha visto desplazado por otras fuentes de proteína animal en la dieta de los argentinos. El consumo de carne de pollo y cerdo se halla en franca expansión, amenazando con destronar a la vaca en el futuro.
Por sus características específicas, el sector ganadero muestra ciclos en donde los stocks y los niveles de faena van evolucionando, afectando los niveles de oferta. Repasamos la evolución de las principales variables en lo que va del nuevo milenio.