Commodities

El mercado de maíz continúa con pocos incentivos

Guillermo Rossi

El mercado internacional de maíz atraviesa el empalme de cosechas con la expectativa de una recuperación de la producción superior al 25% en Estados Unidos; este fundamento actúa como limitante del potencial de suba de los precios, incluso en un escenario en el que la soja y el petróleo han escalado hasta valores superiores al promedio de los últimos meses.

Si bien las estimaciones de producción norteamericana se han ajustado ligeramente a la baja para reflejar el clima seco y muy caluroso del mes de agosto, los números continúan siendo holgados para alcanzar el objetivo de recuperar los niveles de comercio e inventarios. Asimismo, pese a que los cultivos han acelerado su deterioro en las últimas semanas, todavía se encuentra el 56% de la superficie en condiciones buenas o excelentes, guarismo notablemente más alentador que el 22% reportado a la misma fecha del año pasado.

En las regiones productoras del sur los trabajos de recolección son muy incipientes y no totalizan ni el 1% del total nacional. Los productores esperan que los granos reúnan las condiciones de humedad necesarias para su envío a las fábricas y terminales portuarias, en considerable retraso respecto del ritmo habitual de colecta. En tanto, en el cinturón maicero no se espera el comienzo de la trilla hasta la tercera semana de septiembre.

El mercado estadounidense se ha debilitado profundamente en las últimas semanas. Los productores liquidaron sus stocks para aprovechar la coyuntura de abastecimiento más ajustada de las últimas 17 campañas, acción que le permitió a los consumos y la industria procesadora adquirir los suministros necesarios hasta la llegada de los primeros lotes de la nueva cosecha. Por este motivo, los compradores redujeron fuertemente su disposición a pagar respecto de los niveles históricamente altos negociados durante buena parte de la campaña. Las primas sobre los futuros de Chicago cayeron incluso hasta el terreno negativo en operaciones con delivery para la segunda quincena de octubre.

Asimismo, la demanda externa permanece aletargada y contribuye al sostenimiento de los precios por debajo de u$s 200/ton. En su último informe de exportaciones semanales, el USDA reportó embarques por 215.071 toneladas del cereal a concretarse en la presente campaña, lo que representa aproximadamente el 30% del volumen que suele colocarse en el exterior en la primera semana de septiembre. Posiblemente, el ritmo de exportaciones cobrará mayor dinamismo recién durante los próximos meses.

En este punto cabe resaltar el papel que jugará China en el comercio importador durante el próximo año, ya que pese a los incrementos de producción hasta niveles récord, la demanda avanza a un ritmo frenético que impide a los compradores volcarse exclusivamente al mercado doméstico. Según el USDA, el gigante asiático cosechará este año 211 millones de toneladas pero consumirá 224 millones, diferencia que será cubierta por mitades entre compras externas y liquidación de inventarios. A fin de asegurar la estabilidad de sus mercados, es probable que China acabe adquiriendo bastante más maíz que lo que proyecta el USDA.

De hecho, los indicios de que China está flexibilizando su política de abastecimiento de maíz son cada vez más fuertes, volcándose el grueso de los esfuerzos en incrementar los volúmenes de producción de trigo y arroz. Investigadores asiáticos indicaron en la semana que el país podría importar entre 20 y 30 millones de toneladas anuales, aunque sin especificar un horizonte temporal. Los modelos de proyección del USDA anticipan que China comprará 19,6 millones de toneladas en la campaña 2022/23.

Esto también significa enormes oportunidades para nuestro país, luego del gran trabajo diplomático encauzado hacia la conquista del mercado chino. Tras haberse aprobado el protocolo fitosanitario en febrero del año pasado, distintos cargamentos han sido enviados y aprobados, esperándose que la sociedad comercial logre su potencialidad durante los próximos años.

No obstante, de cara al futuro el verdadero desafío para la Argentina es seguir aumentando la producción, objetivo que encuentra obstáculos en los incrementos de costos y la caída del mercado internacional. Ante este panorama surge la necesidad de revisar cuentas pendientes en infraestructura y carga impositiva que disminuyen la rentabilidad de los productores y la competitividad del sector exportador.

Las primeras evidencias de cara a la campaña 2013/14 advierten una caída en el área sembrada, particularmente importante en las provincias del norte del país. El estrechamiento de los márgenes de producción -sumado a los cuantiosos requerimientos de capital- ha potenciado el atractivo de la soja en esta región, aunque en el resto del país la amplia ventana de siembra no permite concluir con certeza la extensión que finalizará ocupando el cultivo.

Los trabajos de implantación comenzaron en los últimos días pero son aún muy incipientes, ya que el grueso de los productores prefiere aguardar la llegada de mejores condiciones de humedad en los suelos. De concretarse los pronósticos de lluvia que se anticipan para el fin de semana los trabajos en la zona núcleo podrían tener su puntapié inicial en los próximos días.

Los precios forward a cosecha se mantienen en el rango de u$s 155-160 por tonelada, sin lograr atractivo para los vendedores. Es por ello que el volumen negociado de maíz nuevo muestra una profunda caída interanual. Según las cifras del Ministerio de Agricultura, hasta el 28 de agosto se habían comercializado unas 830.000 toneladas, la sexta parte de lo vendido a la misma fecha del año pasado. Las emisiones de ROE Verde de maíz nuevo todavía no han comenzado.

Por su parte, el segmento disponible mantiene valores relativamente estables, que durante la última semana fluctuaron entre $ 850 y hasta 900 por tonelada con descarga en las terminales portuarias de Rosario y zona en condiciones Cámara. El flujo comercial muestra un avance notable, con el sector exportador acumulando compras por 18,2 millones de toneladas y los consumos otras 3,5 millones. Estos números indican que resta una proporción cercana al 10% de la cosecha para seguir concertando negocios, por lo que la plaza quedaría virtualmente "seca" entre finales de este año y principios del siguiente.