Commodities

La presión bajista asfixia al maíz

Guillermo Rossi

El avance de la cosecha en Estados Unidos, sumado a distintas señales de fragilidad de la demanda, condujo a una nueva caída de los futuros del mercado de Chicago a lo largo de la semana, hasta alcanzar los valores más bajos desde septiembre de 2009. El persistente fortalecimiento del dólar frente al resto de las monedas y la debilidad del precio del petróleo contribuyeron a reafirmar la carrera bajista. En tanto, el poco entusiasmo de los productores sudamericanos en momentos en que debería avanzar la siembra no termina de brindarle un sostén a los precios externos, impactados por el aluvión de oferta que llega desde el hemisferio norte.

En la zona central del cinturón maicero continúan reportándose rendimientos récord, que fortalecen el optimismo en cuanto a los resultados de la cosecha. Sin embargo, algunas firmas de consultoría se encuentran ajustando a la baja su estimación de producción en todo el país, indicando que el área sembrada sería ligeramente menor a la informada por el USDA debido a que en algunas regiones la lluviosa primavera impidió el ingreso de las sembradoras a los campos. Este factor no ha impactado sustancialmente en el mercado, ya que hasta el momento la demanda no muestra la fortaleza esperada. Los compromisos de exportación acumulados corren por detrás de los números del año pasado, mientras que la producción semanal de etanol tuvo en la última semana su mayor caída desde 2010. Esto último obedece al deterioro de los márgenes de la industria: la caída del precio del biocombustible acumula 19% en septiembre, mientras que el maíz perdió 11%.

Asimismo, se presentan grandes interrogantes en torno al papel que desempeñará China en el comercio global del cereal, donde una sequía durante el desarrollo de los cultivos resultará en la primera disminución de la producción en los últimos cinco años. La colecta ya comenzó en la zona sur del país, esperándose que el sistema de reservas estatales que encabeza Sinograin domine la escena con el objeto de estabilizar la oferta del país. Fuentes locales advierten que las compras estatales caerían este año por debajo de las 10 millones de toneladas, luego de concretarse adquisiciones por unas 70 millones en 2013/14 y 30 millones en 2012/13.

Sobre el tramo final de la semana se agregó el nerviosismo en torno al reporte de stocks que publicará el USDA el día martes. Los operadores del mercado esperan un inventario en Estados Unidos en torno a 30 millones de toneladas al 1 de septiembre, remanentes para el ciclo de comercialización 2014/15. Dicho informe permitirá contar con una aproximación al consumo forrajero del último trimestre de la campaña, ya que las cifras de exportación y uso industrial se conocen con mayor regularidad. A lo largo de los últimos años varias veces se observó un comportamiento volátil del mercado tras la publicación de estas cifras.

A nivel local el mercado continúa sin nuevos fundamentos, con un remanente importante del último año que sigue volcándose gradualmente al circuito comercial en la medida que aparecen oportunidades de negocios. Los valores ofrecidos por la exportación fluctúan entre $ 850 y 900 por tonelada, dependiendo de la calidad de los lotes y los plazos de entrega y pago acordados entre las partes. En tanto, algunos consumos se muestran más competitivos y pueden convalidar valores más elevados. Sobre el cierre de la semana se escucharon ofrecimientos a $ 900/ton en Baradero, $ 930/ton en Salto y $ 980/ton en Gualeguay y Concepción del Uruguay, bajo distintas condiciones de recibo de la mercadería.

Los exportadores acumulan compras por 15,6 millones de toneladas, de las cuales 4,5 millones permanecen pendientes de fijación. Los ROE Verde concedidos a lo largo de 2014 suman 15,4 millones de toneladas, mientras que las ventas externas por todo concepto, que surgen de sumar a los embarques los envíos por camión y contenedor, rondan las 11 millones de toneladas. Cabe recordar que el cupo de exportación del ciclo de comercialización 2013/14 se fijó en 16 millones de toneladas en el mes de junio del año pasado. La carga programada en terminales de todo el país hasta finales de octubre llega a poco menos de un millón de toneladas, de las cuales el 80% corresponde a puertos de la zona Up River.

En tanto, el maíz nuevo se negocia a u$s 115/ton en Rosario, con poco interés de los vendedores en comenzar a formar precio. La oferta que se proyecta disponible para los meses de febrero y marzo es mucho menor que la de años anteriores tanto por la menor área a implantar como por la inclinación de los productores hacia siembras tardías. El posicionamiento de las puntas FOB arroja una capacidad teórica de pago de u$s 125/ton para los meses de marzo y abril, aunque los compradores no tienen incentivos para mejorar sus ofrecimientos dada la incertidumbre que introduce la falta de reglas claras para exportar.

Si bien los márgenes del productor serán de todos modos muy ajustados, el espacio de mejora que tiene el precio forward por el diferencial existente entre FOB y FAS teórico podría generar -si desaparece- mayores incentivos para concertar ventas que permitan embarcar rápidamente durante el año que viene. Igualmente, el cultivo no podrá alcanzar el aporte a la economía que hizo durante los últimos años. En 2013 las exportaciones del cereal ingresaron divisas por u$s 5.500 millones, mientras que en 2014 las mismas se encaminan a quedar por debajo de u$s 3.500 millones. Si bien es muy prematuro para formular una proyección certera, con las actuales previsiones de saldo exportable y suponiendo precios cercanos a los presentes las exportaciones argentinas del cereal quedarán por debajo de u$s 2.000 millones en 2015.

La siembra de maíz de primera asciende al 50% del área proyectada en zona núcleo, en el marco de adecuadas condiciones de humedad y buenas perspectivas por la gran disponibilidad de agua en el suelo. Sin embargo, esto último puede introducir complicaciones más adelante en el ciclo del cultivo. Según se explica en el último informe de seguimiento de cultivos de GEA - Guía Estratégica para el Agro, la baja profundidad de las napas puede ser beneficiosa en años secos, aunque no en las actuales circunstancias.