Indicadores Climáticos


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Viernes con lluvias

El ingreso de un sistema frontal frio a la región GEA a partir del mediodía del viernes 11 provocará chaparrones y tormentas aisladas.

Los valores acumulados serían moderados con 15 y 30 milímetros sobre el sur de Córdoba y el noroeste de Buenos Aires. Pero disminuirán hacia el este de la zona GEA, aunque no se descarta algún evento puntual de mayor volumen.

Las condiciones meteorológicas mejorarán hacia el fin del viernes, en el transcurso de la mañana del sábado 12. Será por la rotación del viento al sector sur que potenciará el descenso en las marcas térmicas durante el fin de semana. A partir del domingo, con la rotación del viento al sector norte, los valores de temperatura ascenderán nuevamente hasta el final del periodo de pronóstico, acompañando las buenas condiciones meteorológicas.

La cobertura nubosa será importante durante el desarrollo de las precipitaciones. Pero a partir del lunes 14, el cielo se presentará despejado y con alta tasa de radiación solar, facilitando el registro de temperaturas máximas que podrían alcanzar los 34 o 36°C. Con respecto a los valores de temperatura mínima, los valores más bajos se registrarán una vez que el sistema frontal frio se haya desplazado hacia el norte permitiendo la entrada de una masa de aire frío valores entre los 9 y los 11°C.

La humedad en las capas de la atmósfera será muy significativa en concordancia con las precipitaciones pero se presentará en disminución con el ingreso de la masa de aire más frío y seco.

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

Lluvias con gran variabilidad espacial en la zona GEA

Hubo registros superiores a 60 mm. Otros solo midieron 15 mm.

Los valores más altos se registraron en Córdoba y Santa Fe. La estación Canals midió el valor más destacado: 66,8mm. Le sigue Maggiolo con 63,4mm y Guatimozín con 50,4 mm. En la zona noreste de GEA los registros oscilaron entre 40 y 50 mm. En Buenos Aires la distribución de la lluvia fue bastante uniforme con 15 a 25mm.

Las temperaturas máximas semanales oscilaron entre 34 y 35°C. La estación Bellville registró 34,4°C; la de Montes de Oca, 34,2°C. Las mínimas se vieron afectadas por una irrupción de aire frío entre el viernes 4 y el sábado 5, que provocó un fuerte descenso de los registros de alrededor de 9 a 11°C en forma generalizada. El valor extremo se midió en Hernando, Córdoba, con 6,7°C.

Con este panorama, la humedad del suelo se encuentra en el rango de adecuada a optima en la zona centro sur de la región GEA. En la zona centro norte las condiciones varían de  escasez a sequía.

En los próximos quince días se requieren entre 120 a 140 mm en la zona centro norte del área GEA para alcanzar el nivel óptimo de humedad edáfica. En la zona centro sur serían suficientes 30 a 80 mm para mejorar las reservas.

 

 

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

“La Niña” continuará presente al menos hasta el mes de abril

Confirmando los pronósticos, los últimos siete días las precipitaciones estuvieron presentes en forma bastante generalizada en toda la región pampeana. Desde el segundo día del mes las condiciones de inestabilidad comenzaron a ser predominantes debido a la presencia de un sistema de baja presión al este de la provincia de Buenos Aires.

El avance del sistema frontal provocó el desarrollo de lluvias y tormentas, alternadas con mejoramientos temporales, hasta que la circulación del sector sur se consolidó definitivamente provocando un importante descenso de las temperaturas y un retorno a las condiciones de estabilidad a partir del fin de semana pasado.

Los acumulados tuvieron una gran disparidad de volumen pero, en general, fueron moderados, entre 15 y 30 milímetros, con algunos eventos muy puntuales que superaron los 60 milímetros en el sur de Córdoba y de Santa fe y en el sudeste bonaerense.      

La distribución de las precipitaciones no fue la requerida para nivelar el contenido de agua en el suelo de manera generalizada. Algunas de las zonas más postergadas recibieron un menor volumen de agua pero, aun así, los acumulados recibidos contaron con la continuidad de un ambiente más fresco y húmedo, casi otoñal, que permite conservar de mejor manera el agua acopiada en los perfiles.

Las reservas de agua en el suelo muestran zonas en el centro de Córdoba y su extensión hacia el centro sur de Santa Fe que, aun con el aporte de estas últimas lluvias, no lograron revertir la escasa humedad o incluso el principio de sequía. Esto no implica que en esos sectores la soja y los maíces tardíos no hayan logrado algún tipo de mejora, y siguen vulnerables frente al comportamiento que pueden presentar las precipitaciones en lo que resta de febrero.

Con el ajustado contenido de humedad que presentan los perfiles, cualquier ventana seca, por mínima que sea, puede llevar los suelos nuevamente a una condición de sequía, algo que también se observa en el extremo norte de esas provincias y en parte del NEA.

La condición actual de las reservas guarda cierta similitud con la campaña anterior, en ese momento enero concluyó con una oferta de agua favorable que modificó la prolongada escasez hídrica que agobiaba los cultivos en el inicio del verano. Sin embargo, el tránsito de febrero se vio afectado por un periodo de lluvias modestas, que quedó instalado hasta mediados de marzo, provocando una fuerte retracción en los niveles de humedad que impactó en forma muy marcado en los rendimientos, sobre todo en Buenos Aires y La Pampa. Aquel momento, incluso hubo  una ola de calor en la transición de febrero a marzo, similar a las que soportamos durante enero de este año.

La comparación se hace pertinente porque en el inicio de febrero el Pacifico Ecuatorial central nos da una señal a la que hay que prestar mucha atención. Durante todo el mes de enero los indicadores de la temperatura superficial del Pacifico mostraron un moderado aumento. En función de eso, el consenso de los organismos que monitorean esa actividad para definir la influencia Niña, proyectaban un lento ascenso de los valores en transición hacia la neutralidad.

La publicación del último Índice Oceánico Niño acaba de contradecir esa tendencia, mostrando que la anomalía de la temperatura superficial se mantuvo sin cambios respecto del mes pasado (ONI -1.0). Es decir, manteniendo el grado de enfriamiento del mes anterior y por lo tanto la influencia negativa del evento Niña.

De este modo el valor de enero retoma la tendencia que tuvo en el 2021 y se vuelve coincidente con el de igual mes del 2018, con todos los temores que eso implica. Con este nuevo índice la NOAA pronostica un retorno a la neutralidad para abril con una certeza del 51%, es decir apenas mejor que el revoleo de una moneda.

La recuperación del patrón pluvial en la segunda quincena de enero fue clave para la continuidad de esta campaña, pero todavía falta transitar casi todo el mes de febrero y la primera parte de marzo para confirmar los resultados de la gruesa.

El fenómeno La Niña, por el momento, continuará presente hasta el mes de abril y si bien su intensidad puede considerarse débil seguirá siendo un condicionante de la circulación atmosférica, que puede volver a afectar de manera negativa la oferta de agua.

Si los mecanismos de escala regional se comporten tan eficientemente como en enero, febrero podría lograr una respuesta pluvial que sin ser holgada permita cerrar la  campaña  de manera razonable.