INDICADORES CLIMÁTICOS


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Continúan las lluvias hasta el sábado

Precipitaciones aisladas e intermitentes con mejoramientos temporarios hasta el sábado. En algunos sectores los acumulados superarían los 100 mm en los próximos tres días.

La región GEA comienza afectada por persistentes condiciones de inestabilidad que favorecerán la ocurrencia de precipitaciones aisladas e intermitentes con mejoramientos temporarios, principalmente en los sectores centro y norte del área GEA, donde se podrían superar los 100 mm acumulados en los próximos tres días.

La mayor probabilidad de precipitaciones intensas se centra entre la madrugada del jueves y el día sábado 25.

Luego se esperan buenas condiciones meteorológicas hasta el fin del periodo de pronóstico, aunque el martes 28 no se descarta la posibilidad de chaparrones aislados en la zona norte del área GEA.

Las temperaturas serán más acordes a la época del año y, en general, los valores oscilarán entre 26° y 28°C. Durante el domingo 26 se espera un leve descenso de los valores máximos, principalmente en la provincia de Buenos Aires, mientras que los días posteriores, acompañando la rotación del viento al sector noreste, los registros comenzarán a ascender, llegando a valores entre 30° y 32°C, hacia el final del periodo, cuando el pasaje de un sistema frontal y la posterior entrada de una masa de aire más fría provocarán un descenso térmico generalizado en el área GEA. Las temperaturas mínimas tendrán un comportamiento similar, manteniéndose entre 14° y 18°C hasta el domingo momento en el que el pasaje de una perturbación provocará un leve descenso térmico. Se espera que los valores más bajos se registren el lunes 27, y nuevamente en el final de la semana de pronóstico, debido a la irrupción de una nueva masa de aire frío a centro del territorio Argentino.

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

Lluvias de 20 a 95 mm en el área GEA

El valor más destacado fue el de la localidad de Idiazabal, con un total de 93.4 mm, seguido por Bellville con 84 mm. Los núcleos más importantes se ubicaron Córdoba y en el sur de Santa Fe, ya que las mismas fueron más escasas o nulas en el sector sur de la región.

Cabe destacar que estos valores fueron acumulados en los últimos tres días del periodo y principalmente durante el martes y la primera parte del miércoles 22.

Las temperaturas presentaron los valores más elevados en el principio del periodo analizado, ya que luego la nubosidad comenzó a aumentar y se desarrollaron las precipitaciones. En general los registros máximos oscilaron entre 36 y 39°C, con una distribución geográfica que ubicó la zona de valores más elevados en Córdoba y el este de la zona GEA. El valor extremo, 39°C, se midió en Bengolea, seguido por Guatimozin con 38.3°C. Las mínimas fueron acordes con los valores normales estacionales, entre 12 y 15°C y el valor más bajo se registró en María Teresa, Santa Fe, donde se midieron 12.4°C. Hacia el norte del área GEA las temperaturas mínimas fueron más elevadas, oscilando entre los 16 y los 19°C.

Con este panorama, y gracias a los buenos acumulados de precipitación recibidos durante esta semana, se produjo una recarga significativa de los perfiles en el sector oeste de la zona GEA, llevando la humedad del suelo a niveles entre óptimos y abundantes. El norte del área GEA mejoró levemente, pasando de sequía a reserva escasa, mientras que en el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires persisten las características de sequía.

Debido las actuales condiciones edáficas, en Santa Fe, norte de Buenos Aires y este de Córdoba se requieren, en los próximos quince días, acumulados entre los 80 y 120 mm para alcanzar el estado óptimo de las reservas de agua en el suelo, mientras que en el oeste del área GEA estos montos se reducen a valores que van de 0 a 80 mm

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

Hacia un otoño con lluvias normales

Tal como anticipamos en el informe anterior, la segunda quincena de marzo llegó acompañada por un cambio en la circulación que provocó un marcado descenso de las temperaturas y el desarrollo de precipitaciones con mayor cobertura hacia el centro de la zona núcleo.

El desplazamiento del centro de alta presión hacia el Atlántico habilitó el ingreso de los sistemas frontales al centro de la región pampeana aportando aire frío que puso fin a la prolongada ola de calor, provocando un marcado descenso térmico.

Temperaturas más acordes con la época del año y la mezcla de masas de aire favorecieron la transformación de la humedad atmosférica en nubes con mejor potencial pluvial. El resultado de este nuevo escenario fueron temperaturas más otoñales, mayor nubosidad y la presencia de lluvias y tormentas que, aun de forma intermitente y dispar, cubrieron de manera bastante generosa la mayor parte de la región pampeana.

Los acumulados de los últimos siete días, en general, promediaron los 40 a 60 milímetros, con registros puntuales que superaron los 100 milímetros. La única excepción fue una estrecha franja horizontal que comprende al extremo norte de La Pampa y de Buenos Aires, donde los totales semanales no lograron superar los 10 milímetros, insuficientes para provocar algún cambio en las persistentes condiciones de sequía.

La distribución de las lluvias en la tercera semana del mes se nota claramente en la disponibilidad de humedad del suelo. Prácticamente todos los sectores productivos de la región pampeana han logrado cierto grado de recuperación en sus perfiles aunque, dentro de este contexto, el sudeste de Buenos Aires  es el más beneficiado ya que estas precipitaciones se suman a los recurrentes aportes de agua que recibió la zona desde que comenzó el año.

Contrariamente, la franja norte de la misma provincia sigue siendo la más castigada por una ausencia de lluvias que se sigue prolongando, aun cuando las condiciones de circulación se han vuelto mucho más favorables.

Concluye un verano que fue mucho más hostil de lo esperado, que superó todos los récords adversos posibles, hiriendo de muerte a una castigada cosecha gruesa que sufrió todos condicionantes negativos posibles, prolongadas olas de calor, heladas tempranas y sequía extrema.

La transición estacional está proponiendo un cambio pluvial positivo pero recuperar tres años de continuo déficit va a requerir tiempo y un excelente funcionamiento de los sistemas precipitantes.

 Los pronósticos indican que los próximos días mantendrán condiciones de inestabilidad, lluvias y tormentas similares a las presentes desde el cambio de quincena. Los volúmenes de agua previstos por los modelos numéricos se proyectan como generosos y bastante generalizados.

 Todo indica que ingresamos al cambio de estación con un escenario de mejor comportamiento de las lluvias. No se puede garantizar que, en un corto plazo, se logren los elevados valores que requieren los perfiles para compensar tres años Niña, pero los condicionantes de escala regional han cambiado positivamente favoreciendo el tránsito hacia un otoño con lluvias normales.