Los futuros del cereal cotizantes en Chicago cayeron por segunda semana consecutiva, presionados por la llegada de la oferta sudamericana al mercado global y la mejora de las perspectivas climáticas en Estados Unidos, donde las recientes lluvias han favorecido las condiciones de humedad de los suelos, aunque a costa de retrasar el inicio de los trabajos de implantación.

Estos fundamentos se complementaron con algunos factores de índole técnica. El sostenimiento de una tendencia bajista durante los últimos ocho meses ha conducido a los fondos especulativos a tomar un mayor número de posiciones cortas, que los llevó a encontrarse –en términos netos- con un saldo vendedor de 48.169 contratos al día 23 de abril, según datos de la CFTC. Con posterioridad a esta fecha, una nueva liquidación de posiciones se vio motorizada por el vencimiento de las opciones –originando la necesidad de vender futuros para quienes habían efectuado lanzamientos cubiertos- y el roleo de posiciones hacia julio debido a la muy próxima expiración de los contratos a mayo.

El último informe de progreso de cultivos del USDA indicó que hasta el domingo pasado la siembra del forrajero llegaba al 4% del área proyectada, por debajo del 6% esperado y mostrando un severo retraso respecto del 26% reportado a la misma fecha del año pasado. En promedio para el período 2008-12, hacia la tercera semana de abril las labores muestran un avance del 16%.

No obstante, las lluvias que recibieron las regiones productoras del cinturón maicero hacen prever que –si la tasa de abandono se encuentra en torno a su promedio histórico- el área cosechada podría aumentar en más de un millón de hectáreas, verificándose un gran salto productivo con rindes de tendencia. Es por ello que la firma Lanworth incrementó su estimación de cosecha norteamericana hasta 353,8 millones de toneladas, desde las 348,5 millones que estimaba previamente.

En otros países del hemisferio norte las perspectivas son dispares. La superficie sembrada en Canadá caería debido al menor atractivo de los precios y el incremento en el área de intención de trigo de primavera, mientras que en la Unión Europea todo parece indicar que no habrá cambios en la extensión destinada a este cultivo. El clima frío ha retrasado el inicio de la implantación en Francia, mientras que en España y el sudeste europeo las persistentes lluvias del inicio de la primavera tampoco han permitido una rápida siembra.

En el plano global, el Consejo Internacional de Cereales proyecta una cosecha de 939 millones de toneladas, lo que implica un crecimiento interanual del 10%. El mundo ganaría 88 millones de toneladas gracias a las mejores perspectivas productivas para Estados Unidos, China y la Unión Europea. De concretarse esta expectativa, el consumo mundial treparía un 6% hasta 912 millones de toneladas, apoyado en la mayor demanda forrajera. Es por ello que el panorama de precio para otros granos gruesos como el sorgo o la cebada es más bien pesimista, luego de que el consumo haya permanecido firme durante los últimos meses. La recuperación esperada para Estados Unidos dejaría las existencias en un holgado nivel, tras dos años de abastecimiento muy ajustado.

No obstante, recién habrá mayor certidumbre sobre los resultados de la campaña 2013/14 en los meses de julio y agosto, puesto que hasta el momento sólo se trabaja con grandes proyecciones. El mercado internacional cuenta con escasa oferta procedente de Estados Unidos, aunque aprovecha los embarques sudamericanos. En los últimos días, distintos países asiáticos –un mercado de importación de más de 30 millones de toneladas anuales- han comprado maíz en Argentina y Brasil, dejando de lado a su tradicional proveedor, Estados Unidos.

El ritmo de embarques de Argentina sigue desarrollándose a un ritmo que supera las 2,5 millones de toneladas mensuales. Según datos del Ministerio de Agricultura, transcurridas las primeras seis semanas de la campaña ya se colocaron 4,2 millones de toneladas en el exterior, muy por encima de las 2,9 embarcadas el año pasado desde principios de marzo hasta mediados de abril.

En este contexto, el ingreso de camiones en las terminales portuarias de la región permanece muy activo. Según información que publica Williams Entregas, durante la presente semana arribaron en promedio por las mañanas 1.771 camiones con maíz a las plantas ubicadas desde Timbúes hasta Ramallo. En las dos semanas precedentes dicho promedio había llegado a 1.142 y 1.421 unidades, respectivamente.

Esta situación introduce gigantescos desafíos logísticos y genera problemas para la descarga en algunos puertos. Es por ello que diversas empresas han tomado distintas medidas para evitar el congestionamiento en la circunvalación, las colectoras y otras calles de la ciudad, situación que se acentúa por las excelentes condiciones climáticas de los últimos días para la realización de los trabajos de recolección de cosecha gruesa.

Por estos días, la trilla en la zona núcleo muestra un avance cercano al 90%, con rendimientos medios de 88 qq/ha. Según se indica en el informe semanal de GEA – Guía Estratégica para el Agro, el maíz de segunda exhibe cierto retraso y muchos lotes no alcanzan la madurez fisiológica, esperándose rendimientos apenas por debajo de 70 qq/ha. En este último los trabajos de recolección finalizarán en junio.

En cuanto a la acción del mercado, la participación de la exportación se restringe casi exclusivamente al cereal con entrega diferida hasta junio y julio, al menos en las terminales del Up River. Durante los últimos días, se ofrecieron u$s 165/ton en Gral. Lagos y Timbúes para el mes de junio. Sólo se escuchan ofrecimientos abiertos por maíz con descarga para Bahía Blanca, pagándose hasta u$s 170/ton, aunque los precios mejoran hasta u$s 175/ton en negocios diferidos para junio y hasta agosto.

En jornadas recientes, los consumos de la región pagaron entre $ 800 y 880 por tonelada con descarga, valor que dependía del destino de la mercadería y la calidad de los lotes. Sobre el cierre de la semana se podían obtener $ 840/ton en Chacabuco, $ 870/ton en Ramallo y $ 880 en Arroyo Seco y Gualeguay.

Por su parte, la plataforma electrónica de Rofex mantuvo una intensa operatoria, intercambiándose 828 contratos durante la presente semana, equivalentes a 24.840 toneladas. Al llegar el viernes, la posición con entrega en mayo ajustó a u$s 173,5/ton, cifra que ronda los $ 898/ton al tipo de cambio garantía. Por su parte, los futuros con entrega en septiembre comenzaron a negociarse el jueves y en dos ruedas acumularon negocios por 14.070 toneladas, a valores ubicados entre u$s 170 y 173 por tonelada.

El avance de los precios locales se presentó en simultáneo con una caída de los valores FOB, explicada en el despegue de la oferta sudamericana, implicando menor capacidad de pago para los exportadores. En función de ambos movimientos, se acortó la brecha entre el mercado y los precios de paridad. Al llegar el viernes, la CAC estableció un precio estimativo de $ 870/ton frente a un FAS teórico de $ 934/ton. Dicho diferencial -que asciende a $ 64/ton- había superado los $ 90/ton al promediar la semana pasada.

La firmeza de la demanda internacional hace pensar en que los precios pueden mantenerse firmes por algunos meses, aunque podrían sufrir un aluvión bajista a partir de septiembre si se concreta una gran producción en Estados Unidos. Por eso resulta fundamental tomar coberturas para quienes ya vayan pensando en la próxima campaña. La única referencia del cereal para la entrega en abril de 2014 surge de MATBA, que negocia valores que oscilan entre u$s 160 y 170 por tonelada. No obstante, es aún demasiado pronto para conocer las perspectivas de la próxima campaña. A los actuales niveles de precio la ecuación de costos no cierra con rindes moderados, necesitándose una excelente cosecha para cubrir los costos. No obstante, es posible que el panorama cambie durante los próximos meses, dependiendo de cómo evolucionen las distorsiones que introducen los cupos de exportación y el desdoblamiento de facto del mercado de cambios.