Commodities

Caliente el maíz viejo, bastante frío el nuevo

Guillermo Rossi

Los precios del cereal en el mercado de Chicago experimentaron una pequeña recuperación a lo largo de los últimos días, aunque sin acercarse a los valores de agosto y septiembre. La llegada de los primeros lotes de la nueva cosecha ha estabilizado las cotizaciones por debajo de u$s 180/ton en los futuros con entrega cercana, destacándose una visible disminución del interés vendedor. Por el momento, los productores concentran su actividad en la colecta de soja y están retrasando la trilla del maíz a la espera de condiciones óptimas de humedad y un contexto de mercado más favorable.

Bajo la óptica del análisis técnico, los traders avizoran un nivel de soporte en u$s 165/ton, cifra equivalente a u$s 4,20/bushel. Sin embargo, desde el punto de vista fundamental los analistas aseguran que la gran recomposición de la oferta no encontrará suficiente demanda que la absorba, ya que no se anticipa un buen año para las exportaciones de Estados Unidos ni para la industria del etanol. Asimismo, una eventual reversión de la política monetaria de la Reserva Federal que produzca una profunda revalorización del dólar se agrega dentro de las amenazas bajistas, aunque la posición neta vendida de los fondos especulativos oficiaría de sostén al momento de que estos busquen tomar ganancias.

Según estimaciones privadas, el avance de la recolección se acerca a un tercio de la superficie proyectada, con rendimientos superiores a los inicialmente esperados. Si bien se espera que la llegada de algunas lluvias afecte transitoriamente el ritmo de los trabajos, el potencial de pérdidas sería menor. En los campos al oeste del rio Mississippi, castigados por una sequía durante los meses de agosto y septiembre, los resultados están sorprendiendo a los productores. Pese a las considerables demoras en la siembra, el clima templado de las primeras etapas de desarrollo de los cultivos y la genética de las semillas empleadas permitieron alcanzar el buen desempeño observado.

Una encuesta realizada por Reuters entre 16 analistas ubicó el rinde de maíz en Estados Unidos en 98,6 qq/ha, ligeramente por encima de la última proyección del USDA. De este modo, la cosecha quedaría en 351,3 millones de toneladas, un 28% del volumen recolectado durante el año pasado. El rango de estimaciones oscila entre 343 y llega hasta 360 millones de toneladas. Ante la ausencia de los datos oficiales del USDA, los guarismos privados permiten compensar –aunque en forma imperfecta- la permanente demanda de información de los operadores del mercado.

El aluvión de oferta que significa el inminente ingreso de decenas de millones de toneladas a los canales comerciales encuentra una demanda que cobró cierta firmeza durante los últimos días. La noticia de que importadores chinos recurrieron a la mercadería norteamericana brindó cierto sostén a los precios, especulándose con un repunte de las ventas externas hacia el gigante asiático durante los próximos meses. Sin embargo, por detrás de China –y al margen de los destinos tradicionales- no se advierten otros compradores con igual potencialidad.

La evolución del mercado internacional sigue sin generar gran impacto en la plaza local. La necesidad de los consumos en simultáneo con la permanencia de la exportación en la búsqueda del cereal genera una competencia que mantiene firmes los precios de contado, mientras que el panorama de la cosecha nueva sigue difuso, con gran distanciamiento entre los valores pretendidos por la oferta y la capacidad de pago de los compradores activos.

A lo largo de los últimos días los precios fueron de menor a mayor, finalizando la semana cerca de los $ 900/ton en negocios con descarga inmediata. Este valor contaba con margen de mejora en operaciones con pago diferido o lotes de tamaño muy significativo, encontrándose en línea con la capacidad teórica de pago del sector exportador. El margen de mejora llegaba hasta $ 1.000/ton en casos puntuales. Desde comienzos de marzo hasta el momento los exportadores compraron 18,7 millones de toneladas de maíz y embarcaron 16 millones, un 30% más que en igual período del año pasado.

Según las estimaciones del informe mensual del Ministerio de Agricultura conocidas el jueves, la capacidad exportable de la actual campaña asciende a 21 millones de toneladas. Sin embargo, la situación del mercado no parece confirmar esa proyección, existiendo de hecho algunos temores por el abastecimiento durante los últimos meses de la campaña. En función de eso, los consumos de la región han salido con agresividad a convalidar los valores ofrecidos por la exportación en el intento por no perder cuota de mercado.

Si bien algunos analistas caen en la tentación de comparar esta situación con la del trigo, cabe aclarar que la demanda industrial de maíz es menos rígida que la del cereal panadero, existiendo además otros sustitutos relativamente cercanos. Este factor limita el potencial de una disparada de los precios en el caso de que la oferta se vuelva escasa, aunque el panorama de abastecimiento tampoco arroja señales de tranquilidad.

En tanto, el contexto en el que asoma la cosecha nueva sigue sin despertar grandes ilusiones. Las condiciones climáticas para la implantación distan de ser alentadoras y la ventana de siembra de maíz de primera en la zona núcleo está prácticamente cerrada. Las pobres condiciones de humedad y el desfavorable contexto de mercado han diferido la implantación hasta diciembre, aunque parte de la superficie originalmente planeada podría pasar al cultivo de soja, por su mayor potencialidad de beneficios por capital invertido.

Los precios se mantienen relativamente estables en torno a u$s 155/ton con entrega a partir de marzo en las terminales portuarias de la región, ligeramente por encima de la capacidad de pago teórica de pago para el mercado externo. Sin embargo, la mercadería ya intercambiada es hasta el momento muy poca. Las cifras del Ministerio de Agricultura advierten que apenas 1,1 millones de toneladas ya fueron adquiridas por los exportadores, en un ritmo de comercialización que se enfrió notablemente tras su despegue inicial. De hecho, en la primera semana de octubre se negociaron apenas unas 25.000 toneladas en todo el país. De cara a los próximos días, luce difícil que se produzca una recuperación fuerte de los precios del maíz nuevo que genere atractivo entre los vendedores. El foco del mercado permanecerá en el segmento disponible, donde el potencial de mejoras luce mucho más importante. Será preciso monitorear en detalle el flujo comercial de los últimos tramos de la campaña para arribar a conclusiones más precisas sobre los resultados de la última cosecha, puesto que las estimaciones de producción continúan mostrando una elevada disparidad a varios meses de concluida la recolección.