Economía

Crece la insertidumbre en los mercados de capitales


Se fueron desvaneciendo las expectativas que hicieron respirar a los mercados la semana pasada. Esta vez los inversores debieron enfrentarse con la realidad de los números que continúan mostrando un panorama complejo de la economía mundial.

Entre las expectativas desvanecidas, se destacó el anuncio de las esperadas medidas de impulso anunciadas por la FED. La autoridad monetaria anunció una restructuración de carteras de bonos en la cual venderá bonos a corto plazo y comprará bonos a largo. El objetivo del rebalanceo es bajar las tasas a largo plazo, que son las que determinan principalmente las decisiones de inversión y que más afectan al mercado inmobiliario. Esta idea se conoció como "Operación Twist" ya que fue implementada a principios de la década del 60 en donde el ritmo musical se encontraba en su apogeo. En aquel entonces, la medida sólo logró reducir un 0,15% las tasas, y si miramos el contexto actual de tasas en mínimos históricos, podríamos pensar que el efecto será aún menor. Sin embargo, más allá de las expectativas de éxito o fracaso de la medida en sí, lo que realmente afectó negativamente sobre el mercado fue la dimensión del paquete, siendo que éste representa menos de un tercio del monto esperado en promedio por el mercado.

Las repercusiones provenientes de la FED no se limitaron solo a los magros montos anunciados, sino también a los dichos de su presidente, Bern Bernanke, quién en resumen remarcó que la economía americana presenta "riesgos a la baja significativos", que la tasa de desempleo sigue siendo elevada, que el gasto de los hogares ha crecido a un ritmo muy modesto y que el sector inmobiliario sigue presentándose muy débil.

Otra de las expectativas desvanecidas, previamente descontada por el mercado, fue aquella que tiene que ver con la posibilidad de que los países de la BRICS ayuden a los PIGS. Durante la semana, referentes de los principales países emergentes se mostraron dispuestos a prestar dinero al FMI para colaborar con la recuperación mundial pero se diluyó la posibilidad de una ayuda directa a los países más afectados.

Esto último se sumó una serie de noticias referidas a Europa, quién hoy por hoy presenta el panorama tal vez más complejo y que llevaron a los inversores a mostrarse fuertemente escépticos a una pronto recuperación y temerosos ante un posible congelamiento del mercado de crédito financiero. Esto se vio reflejado en el incremento de las tasas interbancarias "overnight" que deben pagar las entidades europeas para endeudarse en dólares, produciéndose así un nuevo golpe a las expectativas que habían sostenido los valores durante la semana pasada. El BCE había anunciado préstamos en dólares a países de la región logrando bajar levemente por unos días las tasas. Sin embargo, hoy se encuentran en su mayor valor desde marzo de 2009 y triplicando los niveles de principios de agosto.

Finalmente en relación a Europa, trascendió que el PMI de servicios de septiembre, que mide la actividad de las empresas, se hundió por debajo del umbral de 50 -que separa el crecimiento de la contracción- por primera vez desde agosto de 2009.

Ante este contexto, se vivieron durante la semana verdaderas jornadas de pánico (con fuertes caídas generalizadas como puede observarse en el gráfico) que contagiaron a la bolsa local, afectada además por algunos comedimientos adicionales, entre los que se destacan, la caída del precio de la soja y la devaluación del real. El commodity continúa viendo erosionarse su valor mientras que la divisa brasileña ya se devaluó casi un 20% en lo que va de septiembre, afectando a la competitividad de los productos locales y frente a un contexto donde el BCRA continúa interviniendo en los mercados de futuros para evitar que la moneda local siga los pasos del país vecino.