Commodities

El contexto macro le marca el pulso a la soja

Emilce Terré

En contraposición a lo ocurrido en el mercado externo de referencia, la soja cerró la semana con subas en el mercado local ante la combinación de las necesidades de la compra y la depreciación cambiaria, mientras las lluvias trajeron alivio en un momento clave a los campos.

Pese a que la venta de mercadería no puede decirse que hubo una reactivación notable del ritmo de negocios, se destacan en las últimas semanas la aparición de grandes lotes, que podían alcanzar las 10.000 toneladas, buscando potenciar el poder de negociación de la oferta para negociar tanto mejores precios como mejor relación cambiaria.

En ROFEX, los contratos de soja en condiciones fábrica que vencen en el mes de febrero ajustaron el viernes a u$s 321/ton, con una suba de u$s 3,7/ton respecto al precio de la semana anterior. Sin embargo, sacando el equivalente en pesos al tipo de cambio de garantía de mercado, la estabilización del dólar en torno a los $ 8,02/dólar al cierre de esta semana en relación a los $ 8,14 que llegó a valer el viernes pasado, el resultante en moneda local muestra una leve caída desde los $ 2.582,8/tonelada del 24 de enero hasta $ 2573,14 al cierre del mes.

Por su parte, los futuros de soja fábrica a entregar en mayo cerraron a u$s 287,20/ton. En el recinto físico las ofertas abiertas tocaron un máximo de u$s 283/ton en la semana, y si bien las ventas no muestran un repunte notable, sobresalen algunas fábricas ofreciendo una prima por la entrega adelantada a marzo o abril, al mismo tiempo que se achicó la brecha entre ambos mercados.

En este contexto, la nivel de actividad del complejo oleaginoso se debate entre la reticencia a desprenderse del grano como reserva de valor frente a la incertidumbre macroeconómica por un lado, y algunas variables que apuntan a una potencial reactivación del ritmo de ventas en el corto plazo, por el otro. Entre estas últimas, sobresalen: 1) La inversión en capacidad de almacenaje fija no ha aumentado sensiblemente, y el límite al almacenamiento en silo bolsa requerirá que se haga lugar para el poroto de la nueva cosecha; 2) Las necesidades financieras del productor, variable fundamental para explicar hoy en día la decisión de venta, aumentará al acercarse el momento de encarar la trilla; y 3) Las muy optimistas perspectivas de producción sudamericana comenzaría a presionar sobre los precios internacionales de soja (posiblemente a partir de febrero y especialmente en marzo, cuando llega el grueso de la cosecha brasileña). En este contexto, existe un incentivo para aprovechar la prima actual de casi u$s 35/ton de las posiciones más cercanas respecto a los futuro mayo, especialmente cuando las necesidades de las fábricas las llevan a aceptar la contratación en dólares, posponiendo la pesificación de los contratos hasta el momento de efectivizarse la entrega. A medida que la disponibilidad de mercadería se haga tangible en la plaza, estas facilidades posiblemente comiencen a mermar.