Commodities

El trigo nuevo sigue escalando posiciones

Guillermo Rossi

En la primera semana de octubre el trigo mantuvo cierta firmeza tanto en el frente local como externo, escalando hasta sus valores más elevados en varios meses. En el mercado de Chicago, los futuros del cereal blando acumularon una suba de u$s 1,5 respecto del viernes pasado, mientras que en nuestro país se presentaron mejoras tanto en el segmento disponible como en los precios a cosecha.

El mercado internacional reaccionó positivamente ante el fortalecimiento de la demanda por variedades de alta proteína, cuya oferta global esta campaña se vio limitada tras las adversidades climáticas en Estados Unidos y Europa del Este. La relevancia del factor calidad se observó con mayor dimensión en el comportamiento de las cotizaciones del trigo duro, que alcanzaron su nivel más elevado de los últimos dos meses y medio. Los futuros del tradicional mercado de Kansas lograron imponerse por sobre los contratos negociados en Minneapolis por primera vez en más de dos años, cuando ya se encuentra prácticamente finalizada la colecta de trigo de primavera.

En este contexto, el diferencial de precios entre trigo y maíz trepó hasta un máximo de tres años, en parte gracias a la simultánea debilidad del cereal forrajero en Chicago. El informe de stocks trimestrales del USDA contribuyó en tal sentido, al encontrar inventarios de maíz superiores a los esperados, pero menor cantidad de trigo de calidad que la estimada por fuentes del mercado.

La oferta disponible para los próximos meses luce algo más ajustada de lo inicialmente proyectado, teniendo en cuenta el reciente despegue de la demanda mundial y la presumible ralentización de los embarques desde el Mar Negro a partir del próximo mes. Este factor le brinda cierto soporte a los precios, justo cuando se desarrollan las decisiones de siembra en el Hemisferio Norte. Según el Consejo Internacional de Cereales, en la campaña 2014/15 el área sembrada podría crecer nuevamente, aunque las primeras evidencias podrían cambiar dependiendo de las condiciones climáticas futuras. Los trabajos de implantación han comenzado tímidamente y cobrarán mayor fuerza durante el curso de este mes.

En tanto, el ciclo de los cultivos en el Hemisferio Sur se desarrolla bajo condiciones que distan de ser alentadoras. En el cinturón productivo del este australiano ha persistido el clima seco, estresando los cultivos de los estados de New South Wales y Queensland. Esta situación seguramente impactará en los resultados de la cosecha, aunque la misma quedará por encima de la obtenida el año pasado.

Asimismo, en Sudamérica se descuenta que el panorama de abastecimiento de la campaña 2013/14 será nuevamente deficitario, siendo necesario para Brasil adquirir al menos dos millones de toneladas de trigo procedentes de Estados Unidos. Los saldos exportables de Argentina, Paraguay y Uruguay se verán contraídos a causa de las condiciones climáticas de los últimos meses, cuyo impacto sobre la producción ya se ha trasladado a los precios de mercado.

Los valores FOB en puertos del Up River para embarque en diciembre con 12% de proteína treparon por encima de u$s 330/ton, quedando casi en paridad con el trigo duro colocado arriba de buques en el Golfo de México. Esto significa que, al margen de la natural posibilidad de llegar al mercado brasileño, el sector exportador argentino no tendrá competitividad para recuperar terreno en el comercio internacional durante el próximo año.

Los valores FAS teóricos se encuentran en torno a u$s 250/ton, aproximadamente en línea con los registrados en la actividad del mercado. Los futuros de trigo negociados en Rofex fluctuaron entre u$s 244 y 260 en la posición con entrega en diciembre, en línea con los valores ofrecidos por la industria molinera. Por su parte, los precios de contado mantuvieron una elevada volatilidad, oscilando alrededor de u$s 500/ton a lo largo de los últimos días.

La severa escasez de mercadería sostiene firme la brecha entre los precios para la entrega inmediata y los forward a cosecha. Los molinos trabajan con escaso stock de materia prima y en su mayoría se han retirado de la plaza ante la imposibilidad de encontrar lotes. La molienda nacional del mes de septiembre se ubicó cerca de las 400.000 toneladas.

Estos niveles de precio le otorgan al productor un considerable margen de rentabilidad a rindes promedio, aunque todavía es incierto si el mejor panorama comercial podrá contrarrestar las pérdidas productivas ocasionadas por la sequía de la zona central del país y los recientes registros de heladas. Por lo pronto, el escenario actual anticipa rendimientos inferiores al promedio usual, aunque los niveles de proteína podrían ser favorables en aquellos lotes más tolerantes a la falta de agua. Buenos parámetros de calidad serán muy favorables para la industria molinera. A nivel agregado, se avizora difícil que la producción pueda superar las diez millones de toneladas, quedando por segundo año consecutivo en un solo dígito. Este resultado depende en forma crucial de lo que pueda suceder en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, donde hasta el momento las condiciones de tiempo fueron relativamente satisfactorias.