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Mercado de trigo rumbo a la nueva cosecha

Guillermo Rossi

Los mercados externos de trigo aguardan con gran expectativa el inicio de los trabajos de recolección en el hemisferio norte, razón por la cual los precios han comenzado a sentir una presión bajista. En el mercado de Chicago, los contratos con entrega en julio cerraron la semana con pérdidas de u$s 5,4/ton, cayendo entre el miércoles y viernes en forma consecutiva. Por su parte, los futuros negociados en Kansas registraron una baja de u$s 12,6/ton en el mismo lapso.

La cosecha de trigo de invierno en Estados Unidos comenzará dentro de dos semanas, aunque con perspectivas muy inferiores a las del año pasado. Los cultivos que se encuentran en condiciones buenas o excelentes totalizan apenas un 32% del total, mientras que un 39% se halla en situación mala o muy mala. A la misma fecha del año pasado esos guarismos eran de 60% y 14%, respectivamente.

Según el reporte de situación y perspectivas de trigo del Departamento de Agricultura norteamericano (USDA), la producción del cereal de invierno caerá un 10%, afectada por la persistencia de la sequía y el frío extremo de abril, que redujeron el potencial de rendimientos. Asimismo, la proporción de área cosechada sobre el total sembrado caerá hasta su nivel más bajo de las últimas siete campañas. Se estima que no habrá colecta en casi cuatro millones de hectáreas.

Sin embargo, esta situación se ve parcialmente compensada por la expectativa de una producción récord a nivel mundial, apoyada en el crecimiento del área sembrada y las alentadoras condiciones meteorológicas en otros países. El clima de las primeras semanas de mayo ha sido favorable en Europa, donde se espera una cosecha de más de 130 millones de toneladas de trigo blando. En tanto, en Rusia y Ucrania el tiempo muy seco introdujo cierto nerviosismo por la evolución de los cultivos, aunque algunos pronósticos de lluvias para el fin de semana atenuaron la situación.

En la nueva campaña se avizora un repunte del comercio internacional, aunque sin llegar a representar un volumen récord. Las condiciones productivas imperantes en el norte de África y Asia Central -donde se concentra el grueso del consumo- son muy favorables y algunos países podrían reducir su dependencia de la importación. Uno de ellos es Egipto, cuyas autoridades apuntan a lograr una cosecha de 15 millones de toneladas, necesaria para cubrir el 80% de su consumo interno. No obstante, si bien es altamente probable que Egipto importe bastante menos de las 11,5 millones que adquirió durante el ciclo 2011/12, resulta difícil imaginar una reducción tan drástica en las compras de un país estructuralmente deficitario en el abastecimiento de este producto.

Entre julio y octubre el mercado exportador será liderado por los países del Mar Negro, de los que se espera una importante recuperación productiva. El USDA avizora un saldo exportable de 35 millones de toneladas entre Rusia, Ucrania y Kazajstán. No obstante, cabe hacer la salvedad que para estimar este número se parte de proyecciones de cosecha muy optimistas. Las precarias condiciones de financiamiento y la débil logística de almacenamiento que todavía existen en estos países obligan a sus productores a negociar muy rápidamente sus granos. En los años en que las cosechas han sido abundantes la oferta arribó al mercado internacional con gran agresividad y deprimió considerablemente los precios.

En tanto, el segundo semestre de la nueva campaña marcará el regreso de nuestro país al mercado exportador, aunque no se avizora un rebote muy significativo en las ventas externas. Si bien los traders estiman que Argentina exportará más trigo que durante 2012/13, los embarques quedarán muy lejos del nivel exhibido durante 2011/12.

En los últimos días el mercado local continuó con precios muy firmes en el segmento disponible, donde la oferta brilla por su ausencia. La molinería convalida valores récord ante la dificultad para encontrar lotes de calidad o libre de fusarium. Esta coyuntura condujo a que el precio en plaza Rosario superase largamente los $ 1.500/ton por lotes en condiciones Cámara, mientras que en otras localidades los valores son todavía más altos. Durante los últimos días se pagaron $ 1.600/ton en Navarro, $ 1.630 en Avellaneda, $ 1.650 en Resistencia y hasta $ 1.700/ton en Laboulaye, aunque con diferentes modalidades de pago.

La inelasticidad de la demanda interna ha catapultado los precios hasta cifras muy superiores a las que aparecen como referencia para la cosecha nueva, configurando un panorama de mercado profundamente "invertido". En Rofex se observa un diferencial de más de u$s 80/ton entre la disposición a pagar por la descarga cercana y los futuros de la nueva cosecha, con entrega en diciembre o enero, donde aún no se vislumbra participación agresiva de la exportación. En Matba esa diferencia supera los u$s 100/ton en los futuros con entrega en Dársena.

Los precios domésticos han trepado hasta valores que incluso superan a las cotizaciones de Chicago y Kansas. Esta situación obedece a que ya se agotó el saldo exportable de la presente campaña, quedando el mercado doméstico totalmente aislado de las señales externas. Si quisiéramos extrapolar los precios internos a un FOB obtendríamos una escalofriante cifra de u$s 450/ton. Este absurdo valor se encuentra muy distante de los u$s 315/ton que publica diariamente el Ministerio de Agricultura, como orientativo de la mercadería puesta arriba de buques en puertos argentinos.

La actividad exportadora es escasa. La carga programada de buques para el período comprendido entre el 16 de mayo y el 24 de junio incluye apenas 1.500 toneladas en terminales de la zona de Rosario y 11.000 toneladas en Bahía Blanca. Según los datos oficiales del Ministerio de Agricultura, hasta el 8 de mayo los embarques del cereal acumulaban 2.767.600 toneladas desde principios de diciembre.

Ante esta situación, los ojos de todos los actores de la cadena se dirigen hacia las perspectivas de la nueva campaña. Si bien a nivel nacional es probable que se verifique un incremento del 10% en el área, la situación es muy dispar por regiones. Según se desprende del informe semanal de seguimiento de GEA - Guía Estratégica para el Agro, los problemas más preocupantes son los elevados rindes de indiferencia para quienes trabajan en campo alquilado y la postergación hasta el límite en la toma de decisiones respecto de las rotaciones.

Para la nueva cosecha los precios se encuentran en torno a u$s 190-195 por tonelada con entrega en la zona de Rosario, apenas por debajo de la capacidad de pago de la exportación. Tomando un valor FOB de u$s 275/ton como el que informa el Ministerio de Agricultura, quedaría una capacidad teórica de pago de u$s 201,3/ton si consideramos el pago de derechos de exportación por u$s 63,3/ton -integrados al fideicomiso- y costos de fobbing por u$s 10,4/ton.

Los costos directos de explotación superan los u$s 400/ton, a los que deben sumarse los gastos comerciales. Considerando un arrendamiento de u$s 150 por hectárea -por ejemplo, acordando 5 qq/ha a unos u$s 300/ton- más u$s 65 por hectárea de administración y seguros se concluye que el rinde de indiferencia se encuentra en 39 qq/ha para quienes trabajan en esta modalidad.

En tanto, las condiciones de humedad de los suelos son satisfactorias y permiten augurar un buen desempeño productivo para el cereal, que se recuperaría tras la pobre campaña del año pasado. Contrariamente, las perspectivas de la cebada no son tan alentadoras en función de su menor desarrollo comercial y los severos problemas de calidad que presentó el año pasado, cuando una proporción nada despreciable de la cosecha ni siquiera reunió los parámetros que exige la demanda forrajera.

La siembra ha comenzado en el norte del país. En la provincia de Chaco los trabajos ya están en marcha, estimándose una intención apenas inferior a 100.000 hectáreas. La rapidez con la que se realicen las primeras labores será crucial para asegurar una pronta llegada de lotes en los meses de octubre y noviembre, cuando el mercado local contará con muy poco inventario remanente.