Commodities

No repunta el atractivo del maíz

Guillermo Rossi

El mercado internacional de maíz se ha estabilizado en niveles que complican los planteos productivos en Sudamérica, encendiendo luces de alarma de cara a la campaña 2013/14. En Chicago los futuros con entrega en diciembre cerraron la semana con pocos cambios, en el marco de un creciente progreso de la recolección -con resultados mejores a los esperados- en Estados Unidos, pero disposición limitada a vender de parte de los productores.

Según el último reporte semanal de progreso de cultivos del Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas – NASS del USDA, hasta el último fin de semana se había cosechado el 39% de la superficie proyectada de maíz con destino comercial, manteniéndose el 60% del total remanente en condiciones buenas o excelentes. El avance de las tareas muestra un considerable retraso respecto del año pasado, cuando a mediados de octubre la trilla abarcaba más del 80% del área. Las demoras en la siembra y el clima más templado de este año han demorado el desarrollo fenológico de los maíces, aunque parte de la demora también obedece al interés de los productores en avanzar primero con el cultivo de soja.

El aluvión de oferta con la campaña récord enfrenta una demanda internacional que ha recobrado firmeza. Las cifras de exportaciones semanales de Estados Unidos publicadas el jueves resultaron sorprendentes tanto en maíz como en harina de soja, reflejando que el consumo forrajero ha reaccionado con agresividad a la progresiva recomposición de la hoja de balance. Hasta el momento el país del norte ha comprometido embarques del cereal por 16 millones de toneladas, aproximadamente la mitad de su saldo exportable proyectado para el ciclo en curso. No obstante, debido a sus holgados inventarios, las ventas externas podrían superar las expectativas actuales si los grandes demandantes buscan reforzar sus inventarios con importaciones.

Los especuladores avizoran cierto potencial de recuperación de los precios, destacando el ensanchamiento del spread frente a la soja respecto del promedio histórico y la extremadamente pequeña posición neta vendida del sector comercial, advirtiendo que la oferta permanecerá retraída a la espera de mejores cotizaciones. Sin embargo, este factor podría impactar en mayor medida en las bases de algunas plantas de etanol o consumos del interior, pero quizás no tanto en el desempeño de los futuros de Chicago, que en forma creciente ilustran la marcha del mercado global y cada vez menos el panorama norteamericano.

En nuestro país, lluvias dispersas durante los últimos días permitieron acelerar el ritmo de la implantación, aunque sin lograr revertir completamente las pobres condiciones de humedad de los suelos. El retraso respecto de los patrones históricos continúa siendo preocupante, ante la posibilidad de que parte del área de intención se vuelque al cultivo de soja. De este modo, es probable que la caída en el área sembrada supere el 10% en el plano nacional, aunque no se podrá tener un veredicto concluyente hasta el mes de diciembre.

El mercado internacional descuenta que nuestro país aportará más del 15% del comercio exportador, por lo que no tardará en comenzar a descontar los avatares climáticos y comerciales que se suceden en estas latitudes. Si bien las estimaciones mundiales de producción están en ascenso, las mismas reflejan el aporte de algunos países sin participación exportadora, como China.

El mercado FOB en puertos argentinos para cosecha nueva continúa fluctuando en torno a u$s 200/ton, otorgando a los exportadores una capacidad teórica de pago apenas superior a u$s 150/ton con entrega en abril o mayo luego de considerar costos de fobbing y derechos aduaneros. Si bien algunos compradores buscan despertar atractivo entre los productores ofreciendo valores algo más elevados, la voluntad de la oferta en comenzar a cerrar negocios a estos precios es absolutamente escasa. Hasta el momento se han comercializado 1,2 millones de toneladas de maíz nuevo frente a las más de 7 millones de toneladas intercambiadas a la misma fecha del año pasado.

La competitividad del sector exportador argentino durante el año que viene se encontrará amenazada por los precios FOB en puertos brasileños y norteamericanos para embarque en el segundo y tercer trimestre, que por estos días cotizan prácticamente a paridad con los valores en el Up River. Si bien es probable que Estados Unidos todavía cuente con maíz para exportar durante el año que viene, habrá que ver qué capacidad de exportación logra Brasil de confirmarse una caída en el área de safrinha –que en los distritos del sur pasaría al trigo- y un consumo interno mayor.

En tanto, a nivel local se destacan los firmes precios observados en el mercado disponible, con una activa participación de los consumos en la búsqueda del cereal. La mercadería que resta por negociarse no aparece a la vista en el actual contexto de precios, mientras que tampoco se espera un repunte significativo del ánimo vendedor en el corto plazo.

El mercado se acomodó bien por encima de los $ 900/ton, aunque esta cifra puede mejorar en operaciones con pago diferido o involucrando ciertas exigencias de calidad. De hecho, los futuros con entrega en octubre de Rofex quebraron la marca de los u$s 160/ton durante la semana en curso, aunque manteniendo un volumen muy bajo de negocios.

En operaciones que combinan futuros agrícolas y financieros, durante los últimos días era posible obtener $ 1.060/ton con pago y entrega en diciembre. Si bien el equivalente en dólares queda muy por debajo de los máximos obtenidos en los primeros tramos de la campaña, algunos oferentes encuentran atractivo en estos precios para promediar con los valores anteriores. Por su parte, la exportación continúa activa en la plaza, escuchándose ofrecimientos en el recinto de esta Bolsa a u$s 155/ton con descarga inmediata y hasta u$s 160/ton para el mes de noviembre en Timbúes. Estos participantes acumulan compras por casi 19 millones de toneladas y han embarcado unas 16 millones. Sin embargo, el ritmo de trabajo en las terminales portuarias se atenuó considerablemente respecto de los primeros meses del año comercial. La carga de buques programada en el Up River asciende a 83.000 toneladas hasta el 19 de noviembre, mientras que el flujo matutino de camiones continúa por debajo de las 200 unidades diarias.