Commodities

Notable firmeza del trigo nuevo a nivel local

Guillermo Rossi

Los futuros de trigo blando cotizantes en Chicago insinuaron una recuperación a lo largo de la semana pero cerraron con una profunda caída en la rueda del viernes, resultando en un saldo negativo superior al 1% respecto del viernes precedente. Los precios siguen encontrando una zona de soporte en los u$s 230/ton del contrato con entrega en septiembre, muy próximo a su expiración.

El trigo duro ha mantenido una evolución muy similar durante los últimos días, en el marco de un mercado que concentra su atención en el inicio de los trabajos de siembra en Estados Unidos. La llegada de algunas precipitaciones a las planicies norteamericanas favorece las condiciones de humedad de los suelos y permite potenciar las expectativas productivas de cara a la campaña entrante. Según el último reporte semanal del Servicio de Estadísticas Agrícolas - NASS del USDA, hasta el fin de semana pasado se había sembrado una superficie cercana al 5% de la total proyectada.

No obstante, la acción de los operadores del mercado también presta gran atención a distintas consideraciones de demanda de la campaña en curso. A los precios actuales el trigo del país del norte tiene grandes dificultades para conquistar mercados abastecidos por países que embarcan desde el Mar Negro. Aun así, hasta el momento los exportadores de Estados Unidos comprometieron ventas por 16,4 millones de toneladas a concretar durante la campaña, casi un 40% más que a la misma altura del año pasado.

La demanda de China, Egipto e Irán -entre otros países- permanecerá sostenida durante los próximos meses, actuando de sostén para los precios. No obstante, los inventarios en países exportadores son abundantes para enfrentar la creciente demanda. Cuando en el hemisferio norte las existencias comiencen a mermar las cosechas de Australia y Argentina ganarán relevancia.

En las cifras del USDA publicadas a mediados de la semana no hubo cambios significativos en la hoja de balance, tanto para Estados Unidos como en el resto del mundo. La estimación de cosecha global se expandió hasta 709 millones de toneladas, permitiendo un leve incremento interanual de las existencias al cierre. Es la primera vez que el organismo norteamericano plantea que en la campaña 2013/14 la producción superará al consumo, algo que no ocurrió el año pasado.

Para nuestro país el USDA no efectuó cambios en sus estimaciones, pese a las evidencias productivas adversas que se registraron durante el último mes. El organismo continúa estimando una superficie de 3,9 millones de hectáreas y rindes en torno a 31qq/ha, permitiendo alcanzar una cosecha de 12 millones de toneladas. Esta se dividiría por mitades entre consumo interno y exportaciones.

Las estimaciones locales, en cambios, son menos optimistas. La persistencia de clima seco en las regiones productoras del centro y norte del país limitará el potencial de rendimientos, dejando la cosecha entre 10 y 11 millones de toneladas. Dado el creciente consumo interno y la necesidad de recomponer los niveles de inventario, la capacidad exportable del país difícilmente se encuentre por encima de las cuatro millones de toneladas.

Ante esta situación, los precios forward a cosecha continuaron ganando terreno durante los últimos días, alcanzando picos de u$s 220/ton en los mercados a término en las posiciones con entrega en los meses de diciembre y enero. Más aún, las posiciones más distantes, cuyos vencimientos están diferidos hasta marzo, mayo y julio, presentan diferenciales extremadamente pequeños respecto de los mercados referentes externos a la misma fecha. Por ejemplo, los futuros de trigo en MATBA con entrega en julio de 2014 ajustaron el viernes a u$s 243/ton, frente a los u$s 254/ton de los contratos de trigo duro norteamericano del tradicional mercado de Kansas. Este escaso diferencial refleja la firmeza de la demanda local y el temor a que la plaza se encuentre nuevamente con otro escenario de oferta ajustada.

Los ofrecimientos de la industria molinera de contratos a cosecha son otro síntoma de la necesidad que tienen los actores de la cadena del trigo de normalizar el suministro luego de una campaña extremadamente atípica, en la que los valores domésticos treparon muy por encima de los internacionales. El empalme de cosechas será extremadamente difícil, ya que la oferta permanecerá retraída a la espera de maximizar su poderío frente a una demanda hambrienta.

Hasta el momento se ha negociado muy poco trigo de la campaña nueva. Las cifras del Ministerio de Agricultura advierten la realización de operaciones por menos de medio millón de toneladas, frente a las 3,3 millones que ya se habían comercializado a principios de septiembre del año pasado. El ritmo de ventas se mantiene relativamente estable en unas 60.000 toneladas semanales, aunque podría crecer en las próximas jornadas a medida que transcurra el ciclo de los cultivos y los precios continúen siendo atractivos.

Los valores negociados en el mercado permiten a los productores de la zona núcleo cubrir la totalidad de sus costos y obtener cierto margen de rentabilidad. Esta coyuntura presenta una considerable diferencia con la situación de las últimas campañas, en las que los problemas comerciales y los precios deprimidos habían desalentado enormemente la siembra del cereal.

El panorama para lo que resta hasta la nueva campaña es relativamente optimista, aunque cabe advertir que el clima representa una severa amenaza para la producción. Los episodios de calor extremo de los últimos días y la escasez de lluvias están comenzando a impactar en las regiones productoras, con excepción del sudeste de la provincia de Buenos Aires.