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Santa Fe: tradición en la producción de trigo

ESTEBAN MOSCARIELLO *
El cultivo de trigo tiene una historia más que centenaria en nuestro país y en la provincia de Santa Fe. En los últimos años la superficie provincial promedió las 700.000 ha, dando lugar a una producción superior a 2 millones de tn. La molienda de trigo en Santa Fe se acerca a las 800 mil toneladas anuales, representando cerca del 14% del total nacional. Con ello se producen alrededor de 600 mil toneladas de harina por año, suficientes para cubrir las necesidades de 7 millones de personas. Santa Fe cumple un rol crucial también en las exportaciones del cereal. En los últimos cinco años fue el punto de despacho de entre el 45 y 60% de los embarques nacionales del cereal.

El cultivo de trigo tiene una historia más que centenaria en nuestro país y en la provincia de Santa Fe, jurisdicción que ha sido gran protagonista en su desarrollo. Si bien los primeros registros de molinos harineros son de finales del siglo XVIII en Córdoba, la producción del cereal en el actual territorio argentino no alcanzó volúmenes importantes hasta el establecimiento de las primeras colonias agrícolas en el siglo XIX.

La primera colonia agrícola se fundó en cumplimiento de los principios civilizadores de Bernardino Rivadavia: la fundó el señor Barber Baeaument en San Pedro, provincia de Buenos Aires, en julio de 1825. Pero este esquema de trabajo rural no despegó por completo hasta la década de 1860, en la zona centro y oeste de Santa Fe. El movimiento colonizador tuvo su punto de partida en Esperanza (ahora, cabecera del Departamento Las Colonias) en 1856 y se prolongó por varias décadas, siempre con nuestra provincia en la delantera. En el marco de este gran movimiento productivo y colonizador, en 1884 se funda el Centro Comercial del Rosario (hoy Bolsa de Comercio de Rosario) que contribuyó al desarrollo económico de la región y el país, tal como hoy lo sigue haciendo.

En los veinte años posteriores a 1870 se establecieron en Santa Fe alrededor de 200 colonias agrícolas. En segundo lugar se destacó la provincia de Entre Ríos, con 130. Con la nueva configuración agrícola que fue adquiriendo la zona central del país, la producción de trigo –entre otros cultivos, como maíz y lino- comenzó a crecer exponencialmente. Se estima que en el año 1870 se sembraron algo más de 70.000 ha. Para 1890 la cifra llegaba a 1,2 millones de ha, mientras que en la campaña 1909/1910 la superficie trepó por encima de las 6 millones de ha. El récord histórico se marcó en el año 1928, con 9,2 millones de ha.

El centro y sur de Santa Fe fue sin dudas el gran motor del crecimiento del cereal panadero. Para 1895 el área sembrada de trigo en nuestra provincia llegaba a 1,03 millones de ha, que representaba el 50.2% del área total sembrada a nivel nacional. Esto se plasmó en una mayor circulación de la riqueza en el territorio provincial y un fuerte derrame del campo a las ciudades, que comenzaron a crecer vertiginosamente. También se expandió la actividad industrial.

Nuestra provincia puede atribuirse también otro hito: el primer negocio de exportación del cereal de la Argentina, efectivizado en 1878 por comerciantes rosarinos con destino a Europa. Este fue el primer embarque de trigo que demostró la gran valentía empresarial de Carlos Casado del Alisal, impulsor del Banco de Santa Fe, del ferrocarril y visionario creador de la colonia Candelaria (hoy Casilda). Se embarcaron 4.500 toneladas del cereal en seis veleros hacia Glasgow. Al principio los barcos cargaban el cereal junto con otros productos, como carnes o lana. El volumen no era significativo, pero con los años el crecimiento se aceleró: ya en 1893 las ventas externas superaron el millón de toneladas, casi el doble del consumo interno de aquel momento.

Queda claro entonces la relevancia que tuvo el territorio provincial en los primeros años de desarrollo de esta importante gramínea. Con el paso del tiempo su evolución no estuvo exenta de vaivenes, en función de los avatares económicos, climáticos y las intervenciones que los diferentes gobiernos hicieron del cultivo. En los últimos años la superficie provincial promedió alrededor de 700.000 ha, dando lugar a una producción superior a 2.0 millones de toneladas.
La molienda de trigo en Santa Fe osciló recientemente entre 700.000 y 800.000 toneladas anuales, representando cerca del 14% del total nacional. Con ello se produjeron alrededor de 600.000 toneladas de harina por año, suficientes para cubrir las necesidades de consumo de 7 millones de personas, suponiendo que se cumple la media nacional de 85-90kg de harina por habitante al año. Esto implica que aquí en Santa Fe surge la materia prima para la elaboración de productos farináceos necesarios (pan, galletas y otros productos de panadería) para alimentar todos los años al doble de los habitantes que tiene nuestra provincia.



De acuerdo a información de la Bolsa de Comercio de Rosario los ingresos por exportaciones de trigo de la Argentina ascendieron en el 2016 a 2.071 millones de dólares, un 3,5% del total nacional del ingreso de divisas por exportaciones. De acuerdo a privados el sector agropecuario aporta en concepto de exportaciones 26.500 millones de dólares. La Bolsa estima que el 46% de las exportaciones en Argentina son generadas por la producción de granos y su industrialización posterior (harinas, pellets, aceites, biodiesel y otros subproductos). La producción de trigo en el ciclo 2015/2016 fue de 10,9 millones de toneladas. En la campaña 2016/2017 el gobierno nacional estimó la producción de trigo en 18,4 millones de toneladas, un 65% más que la campaña anterior y un área en 6.36 millones de has., con un crecimiento en un 45.5%. Las estimaciones de las Bolsas y privados se encuentran un poco más abajo de esta estimación de producción.

Santa Fe cumple un rol crucial también en las exportaciones del cereal. En los últimos cinco años fue el punto de salida de entre 45 y 60% de los embarques nacionales del cereal, concretados desde las aduanas de Rosario y San Lorenzo. Si tenemos en cuenta a la banca, el comercio y el transporte concluiremos que aquí se asienta toda la cadena: el financiamiento, la producción, comercio, industria y los puertos. Esta cadena tiene que seguir creciendo en el futuro. Es una fuente de desarrollo económico regional muy potente y que es necesario saber apreciar.

* Coordinador Comisión de Desarrollo Regional de la Bolsa de Comercio de Rosario