Commodities

Sólo rumores activan el mercado de trigo

Guillermo Rossi

El mercado local del cereal continúa desconectado del comportamiento de los precios externos, moviéndose más vaivén de las expectativas y los rumores que de fundamentos concretos de oferta y demanda. Los valores en pesos ofrecidos por la molinería y la exportación en plaza Rosario y sus alrededores se encuentran entre 30 y 40% por debajo de las cifras negociadas a la misma altura del año pasado, reflejando tanto la mayor disponibilidad de oferta sin colocar y aún en etapa primaria como los parámetros de calidad más flojos obtenidos en la última cosecha.

El mercado internacional tampoco arroja oportunidades tentadoras para pensar en un despegue del trigo argentino a corto plazo. La demanda se muestra notablemente débil y los flujos de comercio se redujeron, lo que se refleja en el pobre desempeño de las exportaciones norteamericanas y europeas de la última semana. El USDA espera que las exportaciones mundiales del ciclo 2014/15 lleguen a 162 millones de toneladas, en baja desde las casi 166 millones transadas en 2013/14. Esta situación obedece, por un lado, a que las buenas cosechas han reducido las necesidades de importación. Sin embargo, hay que destacar también el pronunciado fortalecimiento del dólar a nivel global, que encareció las compras externas en términos del resto de las monedas.

De todos modos, en el hemisferio norte -que concentra más del 90% de la producción mundial- la atención de los operadores del mercado se focaliza en las perspectivas para la campaña 2015/16. Tras varios meses de reposo invernal los cultivos buscan agua en las reservas del suelo, en un marco de escasas precipitaciones en las planicies de Estados Unidos. El alivio climático llegó recién esta semana y permitió estabilizar las perspectivas productivas. Esta variable no se incluyó en la última publicación del reporte mensual del USDA, sino que se incorporará a partir de mayo.

En tanto, los productores canadienses se inclinan este año hacia un aumento de la superficie, generando presión sobre los trigos de primavera, que representan el grueso de la producción del país. En este contexto, los futuros cercanos de Minneapolis cerraron la semana con bajas del 2,4%, mientras que en Chicago las pérdidas resultaron del 1,7%. En igual sentido, en Francia el área cubierta con trigo alcanzó este año un máximo desde 1992, según informó esta semana el Ministerio de Agricultura. Aquí, la amplísima mayoría de la cosecha es de variedades de invierno.

Sin embargo, a contramano del desempeño de las referencias externas, los precios locales insinuaron una tendencia a fortalecerse durante los últimos días, merced a una incipiente disputa entre compradores por capturar parte de la oferta cautiva. Esta situación hizo que el trigo vuelva a cotizar en las pizarras fijadas por la Cámara Arbitral. Los valores negociados para condiciones Cámara comenzaron en $ 900/ton aunque contaban con margen de mejora hasta $ 1.000/ton en Rosario por trigo grado 2 sin descarga. La molinería continuó premiando fuertemente aquellos lotes con buenos parámetros de calidad, especialmente en Buenos Aires donde la competencia entre participantes es mayor.

Independientemente de lo que suceda en materia de cupos de exportación en lo que resta de la campaña, la hoja de balance argentina se encamina a finalizar el ciclo con un elevado stock remanente para el próximo año, incluso mayor que el del último año. Un gran detonante de esta situación es el enorme diferencial que se mantiene entre los precios de ambas cosechas y que tomando las posiciones de futuros con entrega en mayo y enero se ubica alrededor de u$s 20/ton en favor de los contratos lejanos. La escalera es todavía más alcista sobre las posiciones que vencen bien ingresado el 2016, lo que incentiva las estrategias comerciales más diferidas en el tiempo. Evidentemente, los primeros negocios con vistas al próximo año incorporan la expectativa de un cambio en las políticas que más afectaron a la comercialización del cereal durante los últimos años.

Un problema adicional que complica la inserción comercial de nuestro país este año es la baja disponibilidad de trigos de calidad. El grueso de los saldos exportables se localiza en el extremo sur y sudeste del área productiva nacional, que es donde el trigo ha logrado en términos relativos los menores niveles de proteína. La consecuencia probable es que los molinos de Brasil, que necesitarán más de tres millones de toneladas de importación hasta la llegada de los primeros lotes de la cosecha paranaense, se volcarán al mercado norteamericano para cubrir una buena parte de sus necesidades, incluso a pesar de que el diferencial de precios favorece a la Argentina. Esta situación podría ganar relevancia a partir de mayo y junio, período en el cual se desarrolla la colecta de trigo HRW en Estados Unidos.