Commodities

Trigo con mercado anodino y bajas externas

Guillermo Rossi y Nicolás Ferrer

El mercado internacional de trigo cerró en baja por tercera semana consecutiva, movilizado por una serie de circunstancias que hacen que lo que antes solo eran expectativas bajistas se vayan efectivizando como una realidad. El favorable panorama climático se empieza a plasmar en las estimaciones de producción y el propio desarrollo del comercio internacional del cereal augura una menor demanda en el corto y mediano plazo.

El informe mensual del Consejo Internacional de Cereales publicado esta semana es un fiel reflejo de esta coyuntura. El ente redujo en cuatro millones de toneladas su estimación de producción mundial 2015/16 a 705 millones de toneladas, a partir de perspectivas de una menor producción en China, India y en nuestro país. Ello representa una disminución del 2,2% con respecto al récord registrado en la campaña 2014/15. Sin embargo, mantuvo constantes sus proyecciones de utilización, sostenidas por una fuerte demanda para consumo humano a partir del crecimiento demográfico de los países importadores.

La oferta no solo se perfila abundante en el continente americano, sino que en el hemisferio Este se prevén amplios volúmenes del cereal. El Ministerio de Agricultura de Rusia aumentó sus previsiones de exportación de todos los granos –fundamentalmente, cereales de invierno- esta campaña a 30 millones de toneladas, dos millones por encima del dato anterior. Esta cifra toma aún más significancia a la luz de rumores de que los derechos de exportación impuestos provisionalmente por aquel país -a partir de la fuerte depreciación del rublo en la segunda mitad del año pasado- podrían no ser extendidos más allá del 1ero de Julio; lo que resultaría en una mayor salida del cereal al mercado internacional. En línea se encuentran datos presentados por el Servicio Estadístico de Ucrania, según el cual los stocks de granos habrían aumentado un 33% interanualmente para el período que va desde comienzo del año hasta principio de abril.

Por su parte, la colocación de la mercadería a corto plazo parece ser una ardua tarea a esta altura del año. El USDA reportó que al jueves pasado se encontraban comprometidas alrededor de 23,6 millones de toneladas de trigo, casi 7,5 millones menos que las que a esta altura se habían vendido en el 2014. La mayoría de los principales demandantes -de Oriente Medio y norte de África- ya ha satisfecho su demanda a corto plazo para diversos programas de abastecimiento a través de una serie de licitaciones, aprovechando lo asequible del cereal en el transcurso de la semana pasada. El propio Ministro de Suministros de Egipto, principal importador de trigo a nivel mundial, declaró que tienen reservas aseguradas para cumplimentar su programa de subsidios hasta finales de mayo. De acuerdo a la Administración General de Aduanas de China, las importaciones hasta el mes de marzo inclusive serían un 80% menores que lo que habrían sido el año pasado a la misma fecha.

En este contexto, l os precios del mercado local siguen mostrando gran variabilidad en función de los requerimientos de proteína y peso hectolítrico que exige la demanda y los plazos de entrega de la mercadería. En trigos de calidad intermedia persiste un importante diferencial entre los valores para entrega inmediata, que oscilan entre $ 900 y 950 por tonelada en la zona de Rosario, y las posiciones con descarga hacia finales de año o en enero, correspondientes al comienzo de la campaña 2015/16. A lo largo de la semana estos forward fluctuaron entre u$s 125 y 135 por tonelada.

Dado que gran parte del volumen todavía remanente de la última cosecha no reúne parámetros para un segmento de alta calidad, una porción significativa del cereal que aún no ingreso al circuito comercial está siendo colocada a plazo, en el intento por capturar ese premio que muestran los precios. El diferencial entre los contratos con entrega en mayo y enero del Matba se ubicó en u$s 16/ton al cierre del viernes, cifra que supera al costo de almacenaje por el período. En este contexto, el stock físico del grano al momento de concluir la campaña actual se encamina a ser el más holgado de los últimos cuatro años, expectativa que se refuerza por el magro desempeño de las exportaciones del grano y su harina.

Los déficits de calidad del presente año complican las posibilidades exportadoras del país, algo que se suma a las limitaciones de política comercial emanadas del sistema de ROE y cupos de venta al exterior. La última cosecha se vio afectada por el exceso de lluvias en el invierno y la primavera y altas temperaturas de los meses de octubre y noviembre, que condicionaron la etapa de llenado del grano. Esto generó un excedente bajo de trigos de alta proteína más allá del volumen de materia prima que adquiere regularmente la industria molinera, resultando en un magro saldo exportable en el segmento de calidad panadera.

Hasta el momento se han completado embarques por apenas 2,2 millones de toneladas desde diciembre a la fecha, mientras que las emisiones de ROE Verde desde noviembre llegan a 2,8 millones sobre un cupo anunciado de 3,2 millones. Las puntas vendedoras FOB para embarque en la zona de Bahía Blanca se ubican en u$s 245/ton para trigos con 12% de proteína, mientras que en puertos del Up River los valores caen hasta u$s 200/ton con 11% de proteína. En esta zona no hay participantes con amplia disponibilidad de trigos de calidad, observándose un mercado FOB atomizado y con posibilidades exportadoras sólo a base de «parcels».

Un elemento que abre la posibilidad de subas para el trigo argentino a mediano plazo es la posibilidad de que se reduzca el área sembrada en Brasil respecto de las coberturas del año pasado. Si bien las proyecciones oficiales de la CONAB todavía parten de una superficie similar, los primeros relevamientos privados advierten que tanto en Paraná como en Río Grande do Sul se reduciría la siembra de cara a la campaña 2015/16. De hecho, en Paraná los trabajos ya comenzaron y se estima una implantación cercana al 5% del total. Brasil necesitará al menos dos millones de toneladas de trigo importado durante los próximos meses y ese volumen de compras podría aumentar para cubrir el empalme de cosechas dependiendo de cómo evolucionen las perspectivas productivas. Seguramente, la cuota mayoritaria de ese total será cubierta con mercadería procedente de Estados Unidos.