Commodities

Trigo frena su caída con la calidad en la mira

Guillermo Rossi

Los futuros de trigo duro rebotaron a mediados de semana en Estados Unidos, despegándose de los contratos del cereal blando y de otras referencias externas, ante las mejores perspectivas exportadoras de cara a los próximos meses, en el marco de severos problemas de calidad en la cosecha europea y una demanda externa que ha ganado en agresividad durante las últimas semanas. La apreciación del dólar frente al resto de las monedas, hasta alcanzar su cotización frente al euro más elevada desde noviembre de 2013, contribuyó a limitar el potencial de ganancias.

El avance de la trilla en el viejo continente pone en evidencia los magros parámetros de calidad obtenidos este año. Uno de los casos más salientes es el de Francia, el mayor exportador de la Unión Europea, donde la colecta se acerca al 80% de la superficie implantada con lluvias persistentes durante las últimas semanas que redujeron la aptitud panadera de los trigos. Los análisis de falling number, una proxy de la proporción de granos brotados por muestra, siguen arrojando valores extremadamente bajos -en casos extremos, cercanos a 150- que desplazan buena parte de la oferta al segmento forrajero. En función de esto, los esfuerzos de segregación y las primas por calidad se expandieron notablemente durante los últimos días.

Frente a este escenario, las exportaciones de Rusia comenzaron el ciclo comercial a todo vapor, en pleno avance de cosecha de los trigos de invierno con buenas perspectivas de rinde en los principales distritos. En cambio, orígenes alternativos -notablemente Ucrania y Rumania- también presentan debilidades de calidad. Pese a la crisis geopolítica y los dilemas económicos que castigan a la región, las exportaciones de granos no parecen severamente afectadas. El GASC, que representa cerca de la mitad de las compras anuales de Egipto, comprometió 120.000 toneladas de trigo ruso durante la semana pasada y 175.000 toneladas durante la actual. Si bien se espera un saldo exportable holgado en el gigante eslavo, que el USDA estima en 19,5 millones de toneladas, el mismo se agotará en los próximos meses ante el enorme atractivo de sus valores FOB y la presión compradora de los importadores africanos y de Asia central.

A mediano plazo, el mercado norteamericano recuperará competitividad pese a su desventaja de flete. Sin embargo, a poco de finalizar los trabajos de recolección de la cosecha de invierno, la caída del saldo exportable por la menor producción limitará la posibilidad de estabilizar el mercado internacional en el segundo semestre de la campaña, donde habrá que prestar atención a proveedores del hemisferio sur. En Australia, por ejemplo, el clima sigue mayormente seco, aunque en algunos distritos se mantienen las previsiones optimistas a cosecha. El grupo exportador CBH indicó el lunes que avizora una cosecha superior a la estimación oficial en la parte oeste del país, aunque la marca quedaría por debajo del récord histórico de 2013/14.

En nuestro país, el panorama ha crecido en escepticismo durante las últimas semanas. La ventana de siembra está cerca de finalizar con una superficie cubierta notablemente inferior a las previsiones iniciales, aunque con subas superiores al 15% frente al año pasado, principalmente por la mayor intención en el centro y norte del país. Si bien hay regiones donde persisten los excesos hídricos, en general se mantienen optimistas las perspectivas de rinde a nivel agregado.

Los distritos de mayor potencial triguero son los que presentan las principales dificultades climáticas para avanzar con la implantación, aunque también son los más castigados con la política de cierre de las exportaciones. Buena parte del stock sobrante al finalizar esta campaña -estimado en 2 millones de toneladas- se ubicará en la provincia de Buenos Aires, asegurando bajos costos de aprovisionamiento para la industria molinera.

La producción se encamina a superar las 12 millones de toneladas, introduciendo la posibilidad de recuperar algo de participación en el mercado internacional tras dos años de virtual ausencia de la escena. Si al saldo exportable proyectado para la campaña 2014/15 se le agrega el stock inicial previsto, las ventas al exterior podrían superar las 7 millones de toneladas, todavía por debajo del nivel de 2011/12, ciclo que marcó una profunda liquidación de stocks tras varios años de acumulación con precios locales artificialmente bajos.

Los precios a cosecha frenaron su deterioro en los últimos días, atentos a las posibilidades que insinúa el mercado para el segundo semestre de la campaña mundial. Durante los últimos días los exportadores pagaron hasta u$s 170/ton por el cereal en condiciones Cámara con entrega en diciembre, con cifras ligeramente más altas con requerimientos puntuales de calidad. Los exportadores forman precio muy paulatinamente en competencia con los molinos, aunque los negocios en la plaza no superan las 5.000 toneladas diarias.

Las posibilidades de inserción del trigo argentino dependen en gran medida de la situación del mercado brasileño. El período de exención del arancel externo sobre las importaciones está a punto de concluir con un remanente significativo sin utilizar, razón por la cual la misma CONAB confirmó el pedido de la industria molinera para lograr una extensión de los plazos. Durante la última semana el Departamento de Agricultura norteamericano confirmó nuevos compromisos de venta con Brasil por 116.000 toneladas. En pocas semanas comienza la cosecha en el norte de Paraná, asegurando un empalme con buena disponibilidad de mercadería.

Volviendo al plano local, el mercado disponible continúa con gran disparidad de precios y pocos negocios. A lo largo de la última semana en la zona de Rosario se escucharon precios desde $ 1.400 hasta $ 1.700 por tonelada, dependiendo de las condiciones de calidad exigidas. La participación de la exportación es poco significativa y los molinos cuentan con materia prima abundante para cubrir buena parte de lo que resta del ciclo de comercialización.

A nivel agregado la industria ha comprado cerca de cuatro millones de toneladas del cereal, un 25% más que a la misma altura del año pasado, cuando los precios se encontraban en plena carrera ascendente. La molienda declarada para el período diciembre-junio resultó de 3,12 millones de toneladas, dando la pauta de que los compradores no están urgidos por reforzar sus compras con agresividad.