Commodities

Cosecha de soja apunta a 58,5 millones de toneladas

Guillermo Rossi

Cierto progreso en los trabajos de recolección en Brasil y perspectivas de nuevas precipitaciones en gran parte del área agrícola de Argentina han mantenido bajo presión a los precios de la oleaginosa a lo largo de los últimos días. A esto se le suma la gran debilidad del mercado de harina, que sobre mediados de la semana alcanzó mínimos desde 2010 en Chicago. El informe mensual de estimaciones del USDA reafirmó el escenario bajista para el poroto, reduciendo sus previsiones de demanda en Estados Unidos y ampliando las estimaciones de producción para Sudamérica. Los inventarios mundiales serán holgados durante los próximos meses, mostrando subas interanuales importantes sobre todo en el hemisferio norte.

Los fundamentos alcistas de mediano plazo se obtienen principalmente por el lado del aceite, que continuó escalando posiciones a pesar del colapso del precio del petróleo. La menor producción de palma en el sudeste asiático se está traduciendo en mayor presión para el complejo sojero, que debe abastecer a un mercado mundial de aceites vegetales con crecimiento de la oferta inferior al de la demanda. Esta última responde principalmente al incremento de los niveles de utilización de biodiesel, fundamentalmente en Brasil y Estados Unidos. En tanto, la menor oferta de oleaginosas para procesamiento es consecuencia del declive ocasionado por los problemas climáticos en Malasia e Indonesia, que afectan al aceite de palma, así como también por la significativa reducción interanual en los inventarios de colza, cuyo crushing proyectado para el año es el más bajo de los últimos tres.

La contracara del mayor procesamiento de soja para extracción del aceite son los excedentes de harina, producto cuya relación de precios frente al poroto se debilitó notablemente en el último año. Esto pone en jaque a los números de la industria, especialmente en Estados Unidos, que cuenta con la desventaja de la contra-estacionalidad y la firmeza de su moneda. En este contexto, algunas fábricas del interior norteamericano están reduciendo su ritmo de molienda antes de lo planeado, algo que quedó plasmado en la reducción de la proyección de crushing para el ciclo 2015/16 que efectuó el USDA el martes pasado. La situación se complica todavía más debido a la débil demanda de los sectores avícola y porcino, que sufren el impacto de la desaceleración económica.

En Argentina, en cambio, el procesamiento de soja en enero fue notablemente fuerte –quizás 30/35% superior a diciembre- y se espera que esta tendencia se mantenga a lo largo de febrero y marzo. Las fábricas se encaminan a comenzar un nuevo ejercicio con escenario relativamente favorable gracias a la mayor disponibilidad de materia prima en el mercado interno y la posibilidad de adquirir faltantes en países limítrofes si la oferta doméstica se retrae en los meses finales de la campaña. Oil World avizora que las importaciones argentinas de soja podrían totalizar alrededor de 700.000 tn durante el próximo año. Independientemente de ello, el 2016 (período ene-dic) se encamina a marcar un nuevo récord de crushing, superior a las 40,9 M tn del año 2015. Preliminarmente, se cree que el comportamiento de las primeras semanas del año permite proyectar 46 M tn entre enero y diciembre.
Esta expectativa dependerá crucialmente de que se cumplan las actuales previsiones de cosecha. La Bolsa de Comercio de Rosario, a través de GEA – Guía Estratégica para el Agro, estimó el viernes una producción nacional de 58,5 M tn para el ciclo 2015/16. Dicho número se obtendría sobre la base de una superficie sembrada de 20,3 M ha y rendimientos promedio de 30 qq/ha, con alrededor de 800.000 hectáreas perdidas. Se destaca que los frentes de lluvia que habían regado generosamente al área agrícola del centro del país durante la primavera se interrumpieron en enero, quebrando la posibilidad de alcanzar una campaña como la del año pasado.

Independientemente de futuros ajustes que puedan llegar a realizarse sobre el volumen de producción, la variable a mirar es el ritmo de ventas de los productores durante las próximas semanas. La reciente mejora del tipo de cambio constituye un estímulo importante para que la oferta se vuelque al mercado, tal como está sucediendo en Brasil. En este país el avance de la recolección se estima en 16% y las ventas de productores ya superan largamente el 50%, frente a menos del 10% en los datos oficiales que se conocen en Argentina.

Sobre finales de la semana el mercado local de la oleaginosa llegó a $ 3.500/ton en posiciones con entrega hasta el 29/02. De a poco los plazos de entrega comienzan a tener una incidencia crucial en los valores negociados, con enormes diferencias entre la primera y segunda quincena de marzo. Los forward a cosecha, por su parte, se mantienen estables en torno a u$s 215/ton, todavía generando poco atractivo entre los vendedores.