Finanzas

Diciembre negro (petróleo) para los mercados financieros

Leandro Fisanotti

Lejos de adelantar los festejos de Fin de Año, los mercados internacionales experimentaron una semana de fuertes caídas presionados por las renovadas dudas respecto del crecimiento global. Reminiscencias de la crisis europea y señales de desaceleración en las economías asiáticas se sumaron a las persistentes caídas en el precio del petróleo y hundieron las cotizaciones en las principales bolsas a nivel global. El mercado local, sin ser la excepción, anotó su mayor caída semanal en seis años.

Los mercados internacionales atravesaron una semana de fuertes bajas en la que los inversores se vieron acorralados por tres frentes: Europa, China y el precio del crudo. Por un lado, un nuevo capítulo de crisis institucional en Grecia trajeron a la memoria de los operadores el hecho de que los problemas estructurales que enfrenta la economía europea aún no están resueltos. De esta manera, las bolsas europeas se convirtieron en uno de los epicentros de las bajas, aunque no fueron la única causa del temblor.

Desde China, las medidas del regulador financiero, que relajó las relaciones préstamos-depósitos de las entidades bancarias procurando alcanzar un nuevo récord de préstamos que apuntalen el consumo fueron muy poco frente a la preocupación que genera la persistente desaceleración del sector manufacturero. La producción industrial en el gigante asiático creció en noviembre un 7,2% interanual, la variación más baja desde 2009. Esto incrementa el nivel de incertidumbre respecto de la salud de la economía china y alimenta temores en relación a los efectos de las inyecciones de liquidez en el largo plazo.

En otro orden, las cotizaciones del petróleo no encuentran piso. Sin incrementos previstos en el nivel de demanda – según se desprende del informe mensual publicado por IEA – el crudo se hundió hasta valores mínimos de cinco años. Vale recordar que no se prevén reducciones en la producción por parte de los países que integran la OPEP. Operando en torno a los 58 dólares por barril, el commodity añadió una cuota de presión a las acciones del sector energético y los países productores.

En este complejo escenario, los mercados de referencia se desenvolvieron acusando los golpes en las cotizaciones. Las acciones líderes europeas cayeron en promedio un 6,4%. En los mercados del viejo continente, la bolsa ateniense lideró las bajas (cediendo el 20% respecto del viernes pasado), aunque también resonaron las caídas en las bolsas de Italia (FTSE MiB) y España (Ibex 35), por sobre un 7% en la semana.

Los índices de Wall Street no lograron sostener los máximos registrados en el inicio del mes y cierran la semana con bajas que llegaron al 3,8% respecto del nivel presentado siete días atrás.

El mercado local no logró despegarse de la tendencia bajista y cierra la semana con la mayor caída desde noviembre de 2008 al perder un 13,7%. Ante un Panel Líder en el que todas las cotizantes cerraron con pérdidas, no sorprende que las mayores variaciones negativas se dieran en los papeles vinculados al petróleo. Las principales bajas se registraron en Petrobras Brasil (-21,6% en la semana), YPF (-20,1%), Transener (-16,6%), Petrobras Argentina (-15,8%) y Siderar (-13,2%).

El índice Merval hilvanó seis semanas consecutivas de caídas y la primera mitad de diciembre acumula una baja del 16%. Aún así, aún sostiene una suba del 53% en el año, midiendo el índice en pesos.

En materia de renta fija, lo más destacado pasó por la operatoria de canje y cancelación anticipada de los Boden 2015 promovido por el Ministerio de Economía. Entre el miércoles y viernes de la semana que finaliza, los intermediarios del Mercado de Capitales expusieron las propuestas de los inversores para recibir anticipadamente el pago de los bonos con vencimiento en octubre de 2015 (a razón de 97 dólares por cada 100 de valor nominal) o canjearlos por títulos con vencimiento en 2024. Esta operación, de carácter voluntario, apunta a disipar dudas respecto de la capacidad de pago de la Argentina frente a los vencimientos del año entrante, al tiempo que procura aliviar la presión que las erogaciones por amortización de capital tendrán en las arcas del Tesoro. Esto como consecuencia del “roll-over” al 2024. Adicionalmente, el gobierno agrega a esta operación un regreso a los mercados voluntarios de deuda al abrir la licitación de un nuevo tramo de bonos con vencimiento en 2024 (AY24) por hasta US$ 3.000 millones.

Cerrado el período de licitación, el resultado que se conocerá en las próximas horas actuará como un termómetro de la situación que tendrá el país en materia financiera durante los próximos doce meses. Un resultado exitoso dará aire al mercado y agrega certidumbre a los pagos más cercanos de deuda. Las perspectivas de una reducción en la prima de riesgo ilusionan a los inversores al ofrecer un importante potencial de suba a los títulos públicos emitidos en moneda dura. En contrario, una demanda reticente dejaría en jaque estas inversiones.

En lo que refiere al mercado de deuda corporativa, las noticias más relevantes de la semana también están en torno al sector petrolero. En las últimas jornadas se conocieron planes de la petrolera de bandera orientados a tomar un nuevo tramo de deuda en pesos de los inversores institucionales locales. Según trascendió, YPF busca obtener unos 1.000 millones de pesos a través de un bono ajustable por Badlar, el cual sería colocado principalmente entre las empresas de seguros al ser un activo incluido dentro del “Inciso K”. Esto refiere a los títulos elegibles entre las inversiones productivas a las que – por reglamento – deben destinar una porción de la cartera las firmas del rubro.