Commodities

Nueva ampliación del cupo de exportación de trigo

Guillermo Rossi

El trigo operó con importantes vaivenes a lo largo de los últimos días, tanto en el plano local como a nivel externo. En ambos casos la semana finalizó con una importante recuperación de los precios, lo que no es resultado de una mayor correlación entre los mercados, sino fruto de la agresividad de la demanda en respuesta a nuevos estímulos. Los futuros de trigo duro en Estados Unidos subieron un 2% a lo largo de la semana, mientras que los valores escuchados en el recinto de operaciones de la Bolsa volvieron a los u$s 130/ton para negocios en condiciones Cámara.

El mercado internacional mantuvo todo tipo de especulaciones respecto de una eventual restricción a las exportaciones en Rusia, algo que al cierre de la semana era un rumor sin confirmación. Los traders de aquel país redujeron ligeramente sus precios de salida en Mar Negro en el intento por acelerar el flujo de compromisos antes de que sobrevenga cualquier medida contraria a la exportación. Desde el comienzo de la campaña 2014/15 y hasta la última semana de noviembre el gigante eslavo exportó 17,68 millones de toneladas de granos, volumen sustancialmente superior a las 13,64 millones de toneladas colocadas durante el mismo período del año pasado. Del total embarcado hasta el momento, los envíos de trigo suman 14,18 millones de toneladas, incluyendo un récord histórico de 4,22 millones de toneladas en el mes de agosto.

Los fondos especulativos aprovecharon la circunstancia para ingresar al mercado y cubrir sus posiciones vendidas. Según datos de la Commodity Futures Trading Commission (CFTC) de Estados Unidos, lo agentes no comerciales mantenían una cartera neta vendida en contratos del cereal que llegaba a 3,6 millones de toneladas hasta el último martes, posicionamiento que tiene una interpretación alcista en la medida en que estos participantes podrían salir a tomar ganancias en el corto plazo efectuando compras para cerrar sus contratos abiertos.

En la semana se publicó un nuevo informe del USDA en el que se incrementó la estimación de producción mundial hasta 722 millones de toneladas. Los ajustes positivos más significativos se presentaron en Canadá y Kazajstán y fueron acompañados con mayores previsiones de exportación en ambos países. El stock global al cierre de la campaña 2014/15 se estimó en 195 millones de toneladas, dos millones de toneladas más que en la proyección de noviembre. Casi todo el incremento en los inventarios se atribuye a países exportadores, dando la pauta de que hay cuantiosos saldos exportables que buscan comprador aunque la calidad de algunos orígenes sigue siendo un gran interrogante.

Al margen de los problemas generados por granos brotados en Europa del oeste y algunos problemas puntuales en Ucrania, se advierte también una importante reducción de la capacidad exportable de variedades de alta proteína en Estados Unidos. La hoja de balance del USDA anticipa ventas externas por sólo 8,3 millones de toneladas de trigo duro de invierno, una fuerte caída respecto de las 12,1 exportadas el año pasado. Por su parte, al cierre del presente ciclo comercial el inventario estimado llegará apenas al 68% del nivel promedio de los últimos cinco años.

Hasta el momento exportadores norteamericanos comprometieron la entrega de 5,35 millones de toneladas de trigo duro durante el presente año, aunque sólo 3,87 millones de toneladas fueron despachadas entre junio y noviembre. Brasil ha sido el destino principal de esos embarques, con compras acumuladas por 1,21 millones de toneladas, seguido por Nigeria, México y Japón. A lo largo de los últimos días volvió a especularse con la posibilidad de que molinos brasileños retomen las compras en Estados Unidos a partir del mes de febrero, cuando se reduzca el stock disponible de una producción doméstica que la CONAB estimó por debajo de 6 millones de toneladas. Naturalmente, esto ocurriría en el caso de que no se introduzcan desde Argentina políticas más favorables a la exportación.

En nuestro país se anunció el jueves una ampliación del cupo de ventas al exterior en un millón de toneladas, las cuales podrán ser embarcadas a partir del 1 de enero. Con este nuevo tramo el cupo de la campaña asciende ahora a 2,2 millones de toneladas. Sin embargo, desde el sector privado se insiste en que existe la posibilidad de colocar externamente más de cinco millones de toneladas sin comprometer los precios internos de la harina y el pan. Dado que los exportadores acumulan compras por más de 3 millones de toneladas de trigo de la nueva campaña el impacto de la medida fue poco significativo y sólo generó oportunidades puntuales de venta. Igualmente, en el marco de fuertes rumores sobre el establecimiento de precios mínimos u otras medidas en la búsqueda de corregir la actual distorsión del mercado, algunos jugadores aprovecharon para retomar posición en la plaza, resultando en una recuperación del volumen negociado, especialmente en la rueda del jueves.

La medida comentada se tomó en respuesta a los planteos que desde diferentes sectores cobraron fuerza en las últimas semanas, argumentando que la producción de la campaña es lo suficientemente amplia para permitir una mayor competencia entre los distintos segmentos de la demanda, lo que permitiría acercar los precios internos al equivalente a la paridad de exportación. Según el Ministerio de Agricultura el denominado precio "FAS teórico" asciende a $ 1.530/ton, cifra sustancialmente mayor a la negociada en el mercado recientemente.

La cosecha sigue avanzando y los problemas comerciales están lejos de solucionarse. Hasta el momento la trilla llega al 60% de la superficie implantada según datos del Ministerio de Agricultura. En la provincia de Santa Fe ya no queda trigo por cosechar, mientras que los trabajos se encuentran a punto de finalizar en las provincias de Córdoba y Entre Ríos. Por su parte, la colecta en Buenos Aires se estima en 182.050 hectáreas, superficie cercana al 10% del total nacional.

En la semana se publicó una nueva estimación de producción de GEA - Guía Estratégica para el Agro, reafirmando la expectativa de lograr una producción de 12 millones de toneladas. Si bien la cifra de cosecha permaneció sin cambios, el rendimiento promedio se ajustó a la baja -pasando de 28,4 a 28,2 qq/ha- atendiendo a los episodios de estrés térmico que impactaron en las provincias del centro del país. La estimación de superficie implantada se incrementó hasta 4,41 millones de hectáreas, reflejando la adición de 30.000 hectáreas a la zona núcleo triguera del sudeste de Buenos Aires.