Finanzas

El mundo del revés

Leandro Fisanotti

La reducción de las políticas de estímulo monetario de la Fed ya parece ser una cuestión de tiempo. Los inversores dejaron de preguntarse sobre la continuidad (o, incluso, la utilidad) de éstas para concentrarse en proyectar cuándo y cómo será la transición a un mundo menos líquido. Así como el mercado fue inundado de efectivo, ahora se encuentra inundado de dudas y paradojas. En las últimas jornadas, el comportamiento de los mercados en las principales plazas internacionales resultó – cuanto menos – curioso: las buenas noticias provocaron caídas en los índices en tanto que las “no-tan-buenas” les dieron impulso.

El miércoles se dio a conocer el informe de la Reserva Federal de los Estados Unidos conocido como “Libro Beige”. En este documento, los Gobernadores de los distintos bancos que integran el comité expresan su visión de la economía. La evolución de la coyuntura resulta un factor clave al momento de que la entidad tome decisiones en aspectos tales como el sostenimiento de las políticas de compra de activos. Los escritos coincidían en una visión favorable de la economía estadounidense, caracterizándola en una senda de crecimiento “modesto a moderado”. En un solo caso, la mejora fue identificada como crecimiento fuerte.

Además, estimaciones privadas en relación a la actividad del sector terciario superaron las expectativas de los analistas. Sin embargo, la respuesta del mercado fue apática. El motivo es que estos datos fueron interpretados como una señal que podría precipitar la decisión de la autoridad monetaria, disparando ventas en renta variable.

Una segunda paradoja se da tras la lectura de los datos del mercado laboral conocidos el viernes. La creación de empleo del mes de abril fue revisada a la baja, en tanto que la de mayo resultó satisfactoria. En el agregado, la tasa de desempleo de los Estados Unidos se incrementó en un 0,1%, pasando al 7,6%. El saldo mixto fue festejado por Wall Street, donde los índices de referencia revirtieron las bajas de las ruedas previas y culminan la semana con tibias ganancias. Comparando con el cierre del viernes pasado, S&P 500 mejoró un 0,7%, Dow Jones el 0,9% y Nasdaq 0,3%.

Este complejo escenario se replicó en las cotizaciones de otros activos que buscan acomodarse a un dólar que eventualmente tenderá a fortalecerse. La tasa de los bonos del Tesoro a 10 años saltó hasta 2,15%, consolidando la suba de más de 50 puntos básicos experimentada en mayo. El oro, por su parte, continúa en una volátil tendencia bajista que acumula un retroceso mayor al 17% en lo que va de 2013.

El contexto para los mercados europeos no resulta alentador al presentar un nivel de actividad aún más ralentizado. Según previsiones del Banco Central Europeo, la Zona Euro se mantendrá en recesión durante lo que resta del año (con una contracción del 0,6%) y crecería algo más de un 1% en 2014. En respuesta a esto, el BCE mantuvo sin cambios la tasa de interés de referencia e hizo saber que evalúa implementar medidas “no convencionales” para estimular la economía. En este sentido, se especula que la entidad presidida por Mario Draghi podría hacer negativa la remuneración de los depósitos que las entidades bancarias mantienen en el BCE. Esto procuraría impulsar el crédito, fomentando el consumo e inversión.

Con 8 de los 17 países comunitarios en recesión, esto dejó sabor a poco y los índices bursátiles acusaron caídas que promediaron el 2% en la semana que finaliza.

Pasando al análisis de las cotizantes en el mercado local, el contexto internacional pierde preponderancia frente a la evolución de algunas variables domésticas. La cotización de los bonos en dólares y – en tándem – de la divisa norteamericana en el mercado informal sigue siendo el principal driver de precios para las acciones negociadas en el recinto.

El índice Merval cierra la semana anotando una caída del 1,1%, la quinta consecutiva de saldos negativos. De esta manera, el indicador que replica el comportamiento de las acciones más negociadas en el mercado local cede más un 15% desde su máximo nivel alcanzado el 7 de mayo. En igual período, según se desprende de publicaciones en diversos medios periodísticos, el dólar “blue” retrocedió en igual cuantía y los bonos en moneda extranjera más operados perdieron entre un 12% y 14%.

De todos modos, la semana que termina no resultó igual para todas las acciones que integran el panel líder. Entre las subas se destacaron los papeles de YPF – que trepó un 3,1% ante las perspectivas de que el fallo levantando el embargo que pesaba sobre la estadounidense Chevron agilice las negociaciones para el desarrollo de inversiones en la formación de Vaca Muerta –, seguida por Telecom (+2,3%), Banco Macro (+1,2%) y el Grupo Financiero Galicia (+0,6%). Los papeles bancarios recuperaron algo de interés inversor tras semanas de escaso volumen de negocios. El sector aparece como uno de los más retrasados en lo que va del año en comparación con otras integrantes del índice.

Del lado de las bajas, las mayores pérdidas se dieron en Petrobras Brasil (-7,1%), Aluar (-5,3%), Siderar (-4,7%), Edenor (-4,6%) y Banco Francés (-3,9%).

Para concluir, la reglamentación de la Ley de Exteriorización Voluntaria de Tenencia de Moneda Extranjera (más conocida como ley de blanqueo) genera expectativas. La puesta en vigencia de la norma abre un período en el que debutarán los certificados de inversión inmobiliaria y bonos para el desarrollo de inversiones en infraestructura energética. Por un lado, un potencial incremento en el nivel de reservas del BCRA podría presionar la cotización del dólar informal. Por otra parte, podría dinamizarse el mercado inmobiliario – que sufre un duro parate – lo que impulsaría otros sectores de la economía y beneficiaría algunos activos financieros como los cupones vinculados al PBI.