Commodities

El trigo remota su carrera bajista

Guillermo Rossi

Los precios internacionales del trigo volvieron al terreno negativo durante el transcurso de la última semana, afectados por el avance de la cosecha en Europa y Estados Unidos. En el país del norte, el clima favorable para la trilla permitió un avance de la cosecha superior al 80% del área hasta el domingo pasado, estimándose la finalización de los trabajos para la próxima semana.

Los futuros cercanos del mercado de Chicago cayeron nuevamente por debajo de los u$s 245/ton, mientras que los valores FOB Golfo de México del trigo blando se acercaron a u$s 260/ton, cifra a la cual se despierta la demanda, sosteniendo las cotizaciones. Al margen de los fundamentos negativos, los futuros cercanos de Chicago muestran también gran debilidad desde el punto de vista técnico. La recuperación de finales de la semana pasada no logró quebrar en sentido alcista la media móvil de 30 ruedas.

La demanda por el cereal recibió gran impulso con recientes compras de China, en el intento de las autoridades del gigante asiático por contrarrestar la baja calidad de su cosecha con trigo importado. El día viernes se conocieron nuevos acuerdos por 120.000 toneladas de trigo blando a entregarse durante este ciclo. Estados Unidos se avizora como un proveedor confiable aunque los avatares climáticos del último año tampoco aseguran que su producción cuente con buenos parámetros de calidad. Este factor preocupa a los molinos y le brinda sostén a las variedades de mayor contenido proteico, como las cotizantes en Kansas y Minneapolis.

Sin embargo, las exportaciones norteamericanas de la última semana decepcionaron a los operadores. El jueves por la mañana el USDA reportó embarques por 996.628 toneladas, por debajo del rango esperado. Aun así, las ventas externas acumulan 3,6 millones de toneladas en las primeras seis semanas de comercialización, el volumen más elevado desde que se publican los registros. Este dato oculta que durante los próximos meses la competencia en el mercado internacional será mayor, especialmente cuando a partir de mediados de agosto se aceleren los embarques de trigo desde el Mar Negro.

Egipto regresó al mercado importador en los últimos días, adquiriendo trigo procedente de Ucrania, Rusia y Rumania para embarque en agosto. Los negocios totalizaron 300.000 toneladas a valores FOB inferiores a u$s 250/ton. Dado que los costos de flete desde el Mar Negro hasta los puertos del norte de África oscilan entre u$s 12 y 15 por tonelada, el aprovisionamiento en esta región es mucho más económico que recurriendo al cereal norteamericano.

En cambio, a Brasil le quedan muy pocas alternativas más que recurrir a Estados Unidos o Canadá. Los molinos brasileños ya no pueden adquirir trigo argentino, razón por la que debieron redireccionar su demanda hacia el hemisferio norte, enfrentando costos mucho más altos. Según cifras del Ministerio de Agricultura, las exportaciones argentinas hacia Brasil totalizaron 547.260 toneladas en febrero, 466.719 en marzo, 269.211 en abril y 152.322 en mayo, observándose una clara tendencia declinante con el avance de la campaña.

Los inventarios de trigo en Sudamérica son extremadamente bajos, manteniéndose como una de las regiones con los niveles de precio más altos del mundo. En nuestro país el trigo en condiciones Cámara ronda los $ 2.000/ton en plaza Rosario, mientras que en Brasil la tonelada se acerca a los R$ 900. Estas cifras equivalen a u$s 370 y 390 por tonelada a los tipos de cambio corrientes, respectivamente. En el mercado interno norteamericano el trigo comparable se ubica un 30% por debajo de aquellos valores.

La situación de abastecimiento de nuestro país es extremadamente tirante. El Ministerio de Agricultura redujo su estimación de la última cosecha a 8,5 millones de toneladas, luego de ajustar a la baja los rindes y mantener el área cosechada en 3,16 millones de hectáreas. Según el organismo, la oferta total rondará las 10 millones de toneladas, gracias a un stock inicial de 1,5 millones. De ese total se exportarían 3,2 millones de toneladas y 5,9 millones serían consumo de la industria molinera, quedando un remanente de 500.000 toneladas para la próxima campaña.

El análisis anterior tiene en cuenta la caída proyectada en las exportaciones de harina al considerar una menor absorción de la industria, cuya molienda se proyecta 400.000 toneladas más baja. Sin embargo, omite consideraciones de calidad. Cabe recordar que una elevada proporción de la producción no reunió parámetros aceptables para la cadena comercial. Del total de muestras que recibió el Complejo de Laboratorios de esta Bolsa, un 40% se encontraba en la categoría grado 3 y un 15% eran partidas fuera de estándar.

En función de esta situación, los precios han mantenido una pronunciada volatilidad durante los últimos días. En el mercado a término de Buenos Aires, los futuros con entrega en julio en Dársena cerraron la semana a u$s 479,5/ton, con una suba semanal superior a u$s 60/ton. Durante el transcurso de los días se sucedieron subas y bajas de dos dígitos, en un mercado con pocos negocios y puntas muy alejadas. En plaza Rosario, en tanto, los precios estimativos de la CAC se mantuvieron en $ 1.950/ton, sin cambios en los últimos días.

La abrupta suba del mercado a término parece un reconocimiento de que la oferta no alcanza a los niveles de precio de la semana pasada, siendo necesario racionarla para transitar hasta el empalme.

En tanto, el panorama del trigo nuevo es optimista en cuanto a las condiciones de desarrollo de los cultivos. La siembra ya se encuentra prácticamente finalizada, quedando a nivel nacional por debajo de las cuatro millones de hectáreas. En el norte del país el cereal perdió muchísimo terreno debido a dificultades con la implantación, mientras que en la zona núcleo prácticamente no hubo cambios. El grueso del avance se verificó en la zona sur de la provincia de Buenos Aires.

Los precios permanecen estables en torno a u$s 190/ton, sin despertar atractivo para los vendedores. Si bien el Ministerio de Agricultura todavía no ha publicado las cifras de comercialización, se estima que unas 100.000 toneladas ya han sido comprometidas. Esta cifra luce muy pequeña frente a las 1,7 millones de toneladas que ya se habían vendido a mediados de julio del año pasado.