Commodities

Entre idas y vueltas, regreso a la normalidad en el mercado de soja

Nicolás Ferrer

La segunda semana de junio es la segunda desde que los negocios se regularizaron tras el caos logístico de fines de mayo. Si bien el volumen de negocios se mostró por debajo del aluvión de comienzos del mes, la oferta aprovechó sin desesperarse cierta mejor disposición de los compradores a pagar más valor por la mercadería, contagiados por una recuperación de la oleaginosa en Chicago. Sin embargo en términos de precio la situación de cara al fin de semana no es muy diferente que la del viernes pasado, tanto en la plaza rosarina como el mercado internacional.

Luego de alcanzar su mínimo en lo que va del año hacia fines de mayo, la soja había presentado una sostenida recuperación de su valor hasta este miércoles pasado, merced a un sensible retraso en la implantación del cultivo en los Estados Unidos. Al domingo pasado, tan sólo un 79% del área planeada se encontraba sembrada, un notable atraso comparado con el promedio de 86% para las últimas cinco campañas, restando aún más de 7 millones de hectáreas aún por plantar. La corriente húmeda que en el transcurso de las últimas semanas ha sobrevolado la región al este de las Montañas Rocallosas ha traído un volumen de precipitaciones muy por encima de lo habitual, con partes de Kansas y Missouri recibiendo lluvias un 600% por encima del promedio para los últimos 30 días. Estos dos últimos estados tienen tan sólo un 30% y 31% de sus superficies ya sembradas, 50 puntos porcentuales por debajo de la media para las últimas campañas. No sólo hemos de tener en cuenta la merma en los rindes de los cultivos implantados tardíamente, o el daño que puedan haber sufrido los que ya se encontrasen plantados bajo estas condiciones adversas, sino la posibilidad de que productores que se hayan asegurado contra este tipo de fenómenos abandonen la siembra.

Sin embargo, la circunstancia que aqueja a los agricultores norteamericanos no parece haber tenido mayor injerencia en el informe mensual de oferta y demanda del USDA publicado este miércoles. Si bien el organismo redujo los inventarios finales de los ciclos comerciales 14/15 y 15/16 en mayor medida que lo esperado por los analistas privados, no lo hizo por las razones que el mercado hubiera descontado como netamente alcistas; léase una reducción en la cosecha norteamericana a realizarse a fines del 2015. El fundamento del ajuste proviene de la corrección en las estimaciones de utilización de soja vieja, con 500 millones de toneladas –sin destino anteriormente- repartiéndose entre el uso industrial y la salida al mercado internacional. Incluso con todo lo dicho, la oleaginosa recortó parte de sus ganancias durante el miércoles y el jueves en Chicago, para recuperarlas durante el viernes y cerrar la semana de manera mixta. Sólo los contratos con vencimiento en julio y agosto presentaron un saldo neto positivo semanal.

El Mercado Físico de Rosario, revitalizado por la normalización de la logística (frente a lo sucedido en mayo, se podría considerar una semana normal pese al paro de este martes), supo tener ofertas de compra que evolucionaron relativamente en línea con los precios en Chicago, operándose volúmenes regulares para la época. Los valores ofrecidos por la mercadería con descarga alcanzaron los $1920 por tonelada el martes para caer hasta los $1850 el jueves, cerrando la semana en los $1900 por tonelada con que arrancó. Los compradores ofrecían entre $30 y $40 pesos por encima de dichos valores por diferir la entrega al mes próximo.

De acuerdo a las últimas estimaciones del Ministerio de Agricultura, un 98% de las tareas de cosecha ya se encontrarían completadas, restando recolectar el grano en poco menos de 400 mil hectáreas. A pesar de que la persistencia de las precipitaciones retrasan la recolección en el norte del país, el volumen obtenido en esta campaña es cada vez menos una incógnita, y no quedan dudas de que será el más alto de la historia. En esta semana, GEA - Guía Estratégica para el Agro estimó una producción de 60,1 millones de toneladas con un rinde promedio a nivel nacional apenas por debajo de los 31 qq/ha. De toda esa nueva cosecha alrededor de 25 millones ya tienen destino asegurado, si nos guiamos por datos oficiales, pero sólo se habría acordado un precio por poco más de 10.

Ni el mercado internacional ni las ofertas de compra a plazo parecen sugerir una mejora en los valores para la segunda mitad del año de no mediar algún evento climático que afecte la cosecha norteamericana, por lo cual, como es usual, se fija precio en la medida en que se necesita suplir necesidades financieras. Como nunca, está presente la incertidumbre con respecto al próximo ciclo comercial. Aquellos que tienen la posibilidad de hacer trigo retrasan todo lo posible la decisión de embarcarse en la tarea, y por lo tanto en incurrir en los costos necesarios para la misma. Parece ser que el frenesí de la semana pasada fue suficiente para saldar las cuentas cuyo pago el conflicto aceitero había postergado, y una vez más las cosas vuelven a la normalidad.