Finanzas

La historia sin fin

Leandro Fisanotti

El mercado local vuelve a exhibir una gran volatilidad, operando condicionado por los vaivenes de los despachos neoyorquinos en relación al “Juicio del Siglo”. Las negociaciones por el cumplimiento de la sentencia que obliga a la Argentina a pagar la deuda en poder de los holdouts mantienen un final abierto y tienen en vilo a los operadores. En el plano internacional, las tensiones geopolíticas siembran preocupación entre los inversores, que aún no deciden si es momento de tomar ganancias.

Las principales plazas financieras vivieron una semana marcada por la incertidumbre que genera la creciente tensión en dos focos bélicos del globo. Por un lado, el conflicto en Ucrania no cede y cobra cada vez mayor relevancia tras el atentado a un avión civil acontecido el día jueves. Este evento se agrava por las acusaciones cruzadas entre el gobierno de Kiev y los grupos separatistas pro-rusos, hecho que tensa al máximo las relaciones entre el binomio Europa – Estados Unidos, por un lado, y Rusia. Un episodio bélico en Ucrania tendría, más allá de las consecuencias sistémicas en el sector financiero, un profundo impacto en la economía europea por la relevancia de este país (y de Rusia) en la provisión de insumos energéticos para el viejo continente.

Por si esto fuera poco, también ganó peso la nueva ola de enfrentamientos en la Franja de Gaza, tras una operación terrestre encabezada por fuerzas israelíes procurando neutralizar los bombardeos hacia su territorio. Esto no hace más que sembrar mayores dudas entre los grandes operadores y algunos analistas comienzan a plantear algunas inquietudes respecto a la posibilidad de sostener el comportamiento alcista que los principales índices accionarios han demostrado en lo que va del año.

Más allá de las malas noticias, la semana deja algunos drivers al alza. La temporada de balances avanza entre las principales cotizantes de Wall Street, con resultados en algunos casos más que alentadores. Empresas del sector tecnológico, como Google, reportaron incrementos en sus ganancias. En igual sintonía, los balances del rubro financiero superaron las expectativas. Tal fue el caso de JPMorgan, Goldman Sachs y Morgan Stanley (que duplicó sus ganancias respecto al mismo período del año anterior).

Por otra parte, la Fed dio a conocer su habitual informe conocido como “Libro Beige”, donde dejó asentado que los 12 distritos en que se divide el sistema financiero estadounidense encuentran sus economías en crecimiento (entre modesto y moderado). De este modo, la autoridad monetaria del país del Norte redobla su apuesta a una economía en recuperación, aunque no echa aún por tierra el sostenimiento de políticas expansivas.

En este contexto, las principales bolsas mundiales ofrecieron resultados mixtos. El Dax alemán mejoró un 0,5% respecto del pasado viernes, en tanto que el Ibex (bolsa de España) tuvo una variación marginal del 0,1% en negativo. Los indicadores de Wall Street terminan la semana con signo positivo y se mantienen en torno a sus máximos históricos.

Mientras tanto, los mercados de deuda soberana siguen mostrando señales de elevada liquidez y no abandonan la predilección por ciertos mercados emergentes. En la semana que termina, México logro cerrar una exitosa colocación de deuda en plaza Tokio (“Bonos Samurai”, en la jerga financiera), donde obtuvo fondos por 60.000 millones de yenes en plazos de hasta 20 años. Las tasas de interés logradas resultaron más que atractivas para la nación latinoamericana: los títulos con vencimiento a cinco años remuneran a los inversores un 0,8% anual, en 10 años el rendimiento es de 1,44% y alcanza el 2,57% a 20 años.

Las contracara de esto es el caso argentino. Sin lograr cerrar el capítulo de negociación con los holdouts de deuda en default, mantiene en vilo tanto a los operadores del mercado como a los bonistas en poder de deuda performing.

Sin avances concretos, recién el martes de la semana próxima habrá una nueva reunión entre las partes involucradas en la negociación por el cumplimiento de la sentencia del Juez Thomas Griesa, que obliga a la Argentina al pago total del capital e intereses vencidos a los demandantes. Al presente, pesa una medida que impide – hasta tanto se resuelva esta situación – cursar el pago de intereses de los bonos emitidos en los canjes de deuda de 2005 y 2010 que vencieron el 30 de junio.

En el tiempo de descuento del período de gracia de 30 días previo a que estos títulos ingresen en situación de impago, no se logra alcanzar un acuerdo en la negociación. Los avances que fueron festejados por el mercado la semana pasada fueron borrados por la incertidumbre que inundó la plaza en las primeras ruedas, provocando significativas caídas en los activos cotizantes. A 12 días de un escenario de default, las apuestas se concentran en la posibilidad de que se reinstale el “stay” sobre la sentencia ampliando el margen para alcanzar un acuerdo.

Sin novedades que lo justifiquen, el optimismo reapareció al final de la semana, dejando un saldo modestamente negativo (en relación a las variaciones observadas en durante las ruedas) y carga de volatilidad a la plaza. El índice Merval, principal indicador para el comportamiento de los activos de renta variable en el país, termina la semana con una caída del 1,8%.

Entre las cotizantes más líquidas, las variaciones negativas más relevantes fueron marcadas en el sector energético, con las caídas de Pampa Energía (-7,6%) y Edenor (-6,7%). Estos papeles tuvieron fuertes oscilaciones a lo largo de la semana, dejando saldos negativos para los inversores. Tenaris (-4,7%), Petrobras Argentina (-3,2%) y Grupo Financiero Galicia (-1,5%) completan las principales bajas.

Entre las líderes, solamente Petrobras Brasil se mantuvo francamente en positivo, con una mejora del 11,3% en su cotización semanal.

En materia de títulos públicos, los bonos emitidos en dólares cedieron en su cotización a pesar de un renovado interés en la dolarización de carteras, cosa que se materializó en una suba en el tipo de cambio paralelo. Los bonos emitidos por el gobierno nacional retrocedieron hasta un 2%, especialmente aquellos regidos por Ley extranjera, hoy más débiles antes un escenario de default.

Los cupones vinculados al PBI también perdieron en su cotización, retrocediendo más significativamente aquellos denominados en moneda local (TVPP), que perdieron un 2,75% respecto de su valor siete días atrás.