Commodities

La soja intenta formar pisos

Estrella Perotti y Guillermo Rossi

El mercado estadounidense se encuentra muy próximo al inicio de la nueva cosecha, por lo que la actual puja se centra en la mercadería para su entrega física. Este hecho hizo que a lo largo de toda la semana el contrato con vencimiento en septiembre se desacople del resto, cerrando en alza durante la rueda del viernes. No obstante ello, este repunte no logró compensar las caídas registradas en los días anteriores, por lo que el resultado semanal fue bajista en un 6,5%. Asimismo el mes de agosto resultó el cuarto mes consecutivo en donde se registran pérdidas para el contrato, acumulando un 11%.

Para la posición a cosecha –la más activamente negociada, con entrega en noviembre- el mercado cerró la semana en baja debido a las perspectivas de cosecha récord y condiciones climáticas que continúan siendo favorables para los cultivos. Adicionalmente, la cotización alcanzó una resistencia y enfrentó una toma de ganancias de cara al fin de semana largo norteamericano, por lo que el mes de agosto cerró con una caída del 5%.

El mercado físico está muy tirante. La necesidad del poroto para las fábricas es acuciante y en el mercado de harina de soja se experimenta una importante tensión, puesto que la oferta se encuentra ajustada a punto tal de no poder cumplirse con los compromisos de procesamiento en tiempo y forma. Adicionalmente, no se registran compromisos de embarque del subproducto hasta la segunda mitad del mes de octubre. Si bien se espera que esta situación se revierta una vez comenzada la cosecha, la semana fue positiva para la harina ante la justeza de la oferta.

Contrariamente, el mercado de aceite de soja cerró la semana con bajas debido a una débil demanda y una importante cantidad de stocks disponibles. La caída del aceite de palma hasta mínimos en 5 años y medio ejerció presión adicional, en un marco de mucha debilidad para los aceites vegetales pese a que el precio del petróleo insinuó una recuperación en los últimos días de la semana.

Los vaivenes de Chicago continuaron impactando en la cotización local de la oleaginosa, que por momentos se acercó al rango de $ 2.300-2.350 por tonelada para la descarga sobre terminales portuarias de la región, generando escaso atractivo entre los vendedores. Los precios locales intentan establecer un piso en la zona de los u$s 280/ton, cifra que arroja resultados dispares para los productores de distintas zonas del centro y norte del país. En los futuros con entrega diferida se observa una ligera escalera ascendente que arroja buenas oportunidades de cobertura frente al escenario externo bajista.

Las fábricas locales han recuperado parte del margen de procesamiento, con el precio FAS teórico oficial manteniéndose por encima de $ 2.450/ton. No obstante, la capacidad de originación de materia prima se ha visto limitada por la retracción de la oferta, en respuesta a la incertidumbre macroeconómica que se respira de cara a los próximos meses. Si bien todavía no hay cifras oficiales, el mes de agosto habría finalizado con la tercera caída consecutiva en la industrialización de soja tras un comienzo de campaña en el que las plantas trabajaron a todo vapor.

El volumen de compras de soja 2013/14 por parte de las fábricas y exportadores hasta mediados de agosto llegaba a 30,5 millones de toneladas. Según los registros históricos de la Dirección de Mercados del Ministerio de Agricultura, se trata del número más bajo de los últimos cinco años pese la obtención de una cosecha récord. Si bien los compradores tradicionales han originado mercadería a través de sus acopios y otros canales de negocio, igualmente se destaca la existencia de un volumen sin precedentes que –transcurridos los primeros cinco meses de la campaña- permanece en etapa primaria a la espera de algún estímulo para ingresar al circuito comercial.

Pese a que la disponibilidad de soja es abundante y los precios están cayendo, en las primeras tendencias de cara a la campaña 2014/15 se advierte que podría observarse un nuevo incremento del área sembrada, fundamentalmente en detrimento del maíz. Los márgenes del cereal forrajero son mucho más ajustados y la inversión requerida es significativa, mientras que la soja es considerada un cultivo de supervivencia, que admite planteos reductores de costos con menor tecnología y asegura facilidad para el almacenaje y flexibilidad comercial. Al parecer, durante el próximo año la soja volverá a ser el escudo de los productores frente a la coyuntura adversa de los mercados de granos.

Sin embargo, para estimar el potencial de crecimiento es importante conocer la base de comparación. El Ministerio de Agricultura ajustó recientemente a la baja su estimación de superficie sojera 2013/14, hasta ubicarla en 19,55 millones de hectáreas. El organismo toma un área perdida de 231.060 hectáreas y para forraje de 45.690 hectáreas, resultando en una superficie cosechada de 19,27 millones de hectáreas. Si la producción efectivamente resultó de 53 millones de toneladas, el rinde promedio nacional resultó de 27,5 qq/ha.