Las dudas sobre la fortaleza de la última escalada de precios en los principales índices bursátiles del mundo aumentaron la aversión al riesgo de los operadores, quienes realizaron ventas masivas de activos de riesgo e impulsaron los índices de volatilidad a máximos de las últimas seis semanas.

Aquellas dudas se sustentaron, por un lado, por los decepcionantes datos macros sobre la economía estadounidense dados a conocer durante los últimos días; y por otro lado, por el creciente temor a una desaceleración en economías en desarrollo, quienes habían resultado el motor de la recuperación económica mundial, estamos hablando de China, India y Brasil.

Con respecto al primer punto, se conocieron informes que mostraron que el ritmo de expansión de la actividad manufacturera de Estados Unidos se desaceleró en abril por segundo mes consecutivo, mientras que las nuevas solicitudes de seguro de desempleo subieron sustancialmente, cuando se esperaba un abultado recorte. De todas maneras, en relación al nivel de empleo que mantiene en vilo a todos los economistas, se conoció otro informe sobre el cierre de la semana que exhibía un inesperado incremento en la creación de empleo durante el pasado mes.

Atendiendo al segundo punto, las expectativas de la adopción de nuevas medidas contractivas por parte de los gobiernos, presagian una desaceleración de las fuertes tasas de crecimientos que han tenido los citados países en desarrollo.

En el país carioca, cada vez es mayor el temor a que más medidas macroprudenciales y la elevada inflación desaceleren la economía, temor ratificado por el FMI durante la semana.

Por otro lado, en el informe trimestral del Banco Central de China, publicado el día martes, se sostuvo que no hay un límite absoluto sobre qué tan alto se puedan situar los requerimientos a los bancos chinos.

Finalmente, se teme que una subida mayor a la esperada de las tasas de interés en India reduzca el crecimiento económico.

El petróleo crudo fue uno de los activos más afectados por el cambio de sentimiento de mercado registrando el Petróleo tipo Brent una caída acumulada semanal del 14,7% .El oro negro recibió además la presión por el incremento en los inventarios de Estados Unidos mayor al esperado y los rumores de que la OPEP considera subir sus límites formales de producción.

La caída del petróleo afectó al mundo financiero pero arrastró principalmente a los papeles del sector energético, que recordemos, habían sido uno de los principales favorecidos en las recientes escaladas de precio.

Las caídas en Wall Street fueron del 1,3% y 0,9 % para el Dow Jones y Nasdaq respectivamente, mientras que en la plaza Europea los que más cayeron fueron el Ibex de España y el Cac de Francia con un 2,5 y un 1,9% respectivamente. El viejo continente continúa intentando salir de la crisis financiera que afecta la Zona Euro; por un lado celebró el acuerdo de Portugal con la UE y el FMI para recibir un paquete de préstamos de emergencia, mientras que por otro resurgieron temores respecto de una eventual reestructuración de la deuda de Grecia que llevaron al euro a caer más de un 3% frente al dólar en sólo dos jornadas.

En la región, el índice Bovespa de Brasil cayó un 2,6%; mientras que el Merval, uno de los índices a nivel mundial que menos subió la semana pasada, fue uno de los que más cayó la semana que finaliza. El índice local acumuló pérdidas durante las últimas 5 jornadas de un 2,7 %