Commodities

Nuevo cupo, mismos precios para el trigo

Guillermo Rossi

A nivel externo el mercado de trigo continuó reflejando el impacto bajista de las estimaciones de oferta y demanda del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicadas sobre el final de la semana precedente. El sentimiento de que la oferta será excedentaria hasta el cierre de la campaña, fruto de las buenas cosechas y la caída de la demanda forrajera, ha provocado un retroceso de las cotizaciones que en el último año ya se acerca al 30% en Chicago. Paralelamente, los mercados europeos tocaron su valor más bajo de los últimos tres meses.

Distintos países han batido récords de producción hasta el punto de generar dificultades logísticas impensadas hace algunos años. En India el gobierno se encuentra expandiendo los cupos de exportación para liberar capacidad de almacenamiento de cara a una nueva cosecha que se avizora por encima de las 100 millones de toneladas, superando con holgura las estimaciones de consumo interno. En tanto, en Canadá los rendimientos han sido tan elevados que el flujo de mercadería hacia los puertos del oeste ha congestionado todas las arterias, gatillando una pronunciada caída de los precios de contado y propiciando un retiro en masa de los exportadores del mercado interno hasta la llegada de la primavera.

En este contexto, los importadores tradicionales siguen encontrando proveedores incluso cuando se transita por el segundo semestre de la campaña. Mientras tanto, la caída de los precios FOB en el Golfo de México le da brinda gran competitividad a Estados Unidos, facilitándole el acceso a los mercados con mayor sensibilidad al precio. A lo largo de la semana el país del norte logró ingresar en dos licitaciones de compra abiertas por Egipto, colocando 115.000 toneladas de trigo rojo blando (SRW) para embarque en febrero, en dos tramos. Otros compradores que estuvieron activos en la semana fueron Japón, Irán, Túnez, Filipinas, Corea del Sur, Jordania y Bangladesh.

En el plano regional la actividad comercial no presentó grandes cambios. En Paraguay los productores prefieren diferir ventas, al tiempo que los compradores brasileños permanecen completamente ausentes de la operatoria. La producción del país se ubicó en un millón de toneladas y la capacidad exportable del año será de aproximadamente un tercio de ese total, estimándose un consumo interno cercano a 700.000 toneladas. Por su parte, en Uruguay se desvanecieron las esperanzas a corto plazo de recibir demanda brasileña luego de la apertura del cupo de exportación que efectuó Argentina, el jugador más fuerte de la región. Los precios en la zona de Nueva Palmira permanecen en el rango de u$s 270-275 por tonelada, recibiéndose pedidos de exportación por menos de 30.000 toneladas en las primeras semanas del mes de enero. Los stocks uruguayos al 31 de diciembre fueron estimados en 1,65 millones de toneladas por fuentes locales, aunque las cifras del USDA sugieren que estaría disponible en el país un volumen ligeramente mayor.

En nuestro país se presentaron los lineamientos de política para el ciclo en curso, algo que todos los participantes de la cadena aguardaban para tener mayor certidumbre con vistas a planificar la compra y venta del 75% que aún no ingresó en el circuito comercial y contar con las primeras evidencias de cara a las siembras de la campaña 2014/15. Sin embargo, el anuncio no cumplió las expectativas de un mercado que esperaba la liberación de un cupo de exportación de entre 2 y 2,5 millones de toneladas. En el plazo inmediato se autorizó el embarque de 500.000 toneladas con ROE Verde prorrogados del año pasado, mientras que otro millón de toneladas se admitirá en forma gradual. Asimismo, el primer tramo de exportaciones de harina será de 50.000 toneladas. De este modo, ingresarán al país unos u$s 500 millones en concepto de ventas externas del complejo, aunque las arcas fiscales recibirán poco dinero por derechos de exportación ya que los ROE otorgados correspondían casi en su totalidad a la modalidad 365 días.

La cosecha finalizó esta semana en las zonas más retrasadas de la provincia de Buenos Aires, posibilitada por el buen clima. Los rendimientos al momento de la colecta superaron las expectativas, en virtud de las buenas reservas de humedad que tuvieron los suelos a lo largo de todo el período de desarrollo de los cultivos más algunas lluvias oportunas. En un comunicado de prensa del Ministerio de Agricultura difundido a principios de la semana, se planteó que los relevamientos a campo daban la pauta de una cosecha de 9,2 millones de toneladas, aunque dicha cifra no había sido confirmada el viernes a la tarde por el equipo técnico del Ministerio en el reporte mensual de oferta y demanda.

Este número implica que de no autorizarse nuevos tramos en el cupo de exportación en algún momento futuro de la campaña se observará una importante recomposición de inventarios. De sólo 500.000 toneladas -por cierto, de muy mala calidad- al cierre del ciclo 2012/13 se pasaría a un stock final superior a 1,5 millones de toneladas al 30 de noviembre. Si bien es bastante fuerte la correlación inversa entre inventarios finales y nivel de precios de la campaña, es prematuro vaticinar una caída del mercado pues la oferta continúa reticente al volcarse al mercado con agresividad. Si bien permanecen los incentivos para retener mercadería dados por la acelerada tasa de depreciación del tipo de cambio nominal y la empinada curva de vencimientos en los contratos de futuros de Rofex y Matba, estos se han atenuado en las últimas semanas por el achicamiento del pase entre los diferentes contratos. Aun así, es todavía posible colocar trigo con entrega a mediados de año a u$s 250/ton, en un mercado disponible que fluctúa entre u$s 220 y 225 por tonelada. De alguna manera, esto podría indicar que cuando los productores -especialmente, los más chicos- se vean apremiados por cumplir sus compromisos financieros deberán recurrir a la venta del cereal, quizás privilegiando en mayor medida la tenencia de otros productos, como la soja. Una suba de la tasa de interés de la economía por encima de la tasa de depreciación observada en las últimas semanas actuaría en igual sentido.