Finanzas

Optimismo y mesura en el mercado de capitales


El mercado no quiere abandonar la cautela pero de a poco comienza a ilusionarse con las nuevas muestras de mayor solidez en el crecimiento de la economía estadounidense y en medio de un clima un poco más distendido en Europa.

El optimismo viene de la mano de los informes que evidencian una expansión en el crecimiento económico en Estados Unidos como atestiguan, no sólo el ISM Manufacturero sino también el No Manufacturero (mantienen niveles con una buena correlación con el PIB de 3%-3.5%). Y la mesura regresa cuando se llega a la conclusión que los niveles actuales de crecimiento no son suficientes como para revertir la delicada situación laboral en Estados Unidos, donde la tasa de desempleo se encuentra en niveles en torno al 9,4 por ciento.

Esta dicotomía fue reflejada en el Libro Beige de la Fed. La autoridad monetaria informó que la actividad económica continuó expandiéndose moderadamente desde noviembre hasta diciembre y reportó mejores condiciones en los 12 de sus distritos. De todas maneras, la economía estadounidense se expandió un 2,6 por ciento en el tercer trimestre, un nivel por debajo de su pleno potencial y, por lo tanto, el país continuará necesitando ayuda de las autoridades monetarias hasta tanto no existan evidencias de una recuperación clara en el nivel de empleo. Por ahora los informes sobre este último punto no terminan de convencer; trascendió que las solicitudes iniciales de beneficio por desempleo crecieron a una tasa ajustada estacionalmente de 445.000, su mayor nivel desde octubre y por encima de las 405.000 que los especialistas tenían en mente.

Por otro lado, la Unión Europea cuenta con la ventaja de ser una pieza importante en la economía mundial y, por lo tanto, los intereses para que se mantenga en pie no son menores. Entre otros, Japón se comprometió a comprar bonos de la zona euro durante este mes como muestra de apoyo a Europa en su lucha contra una crisis de deuda. Esta era una semana clave en el Viejo continente donde todas las miradas estaban puestas en las colocaciones de deuda, especialmente la de los países más comprometidos. Portugal cerró un proceso de colocación exitoso, aunque con una intervención previa por parte de la BCE para bajar el rendimiento del bono a 10 años cuando este superó el 7%, niveles en los que se encontraba las tasas en Grecia e Irlanda cuando fueron rescatadas. El país luso se mantiene firme con el objetivo de financiarse en el mercado a pesar de que continúa la presión de sus socios para que solicite rescate.

España fue la otra feliz protagonista. El Tesoro español colocó los 3.000 millones de euros que tenía previsto adjudicar en su primera subasta de bonos del año, también con una demanda que superó a la oferta.

El mercado local quiso acoplarse a la tendencia externa pero el derrumbe de la acción del enaris terminó complicando el escenario doméstico local. Las dudas respecto de los números que podría presentar en su balance generaron un fuerte retroceso tanto en Milán como en sus Adrs. Además, se produjo una importante toma de ganancias de papeles que habían acumulado fuertes ganancia y ventas técnicas en papeles como Macro, en donde los analistas técnicos podrían advertir una señal de venta a través de la formación de una HCH con confirmación de volumen.

Así, el índice Merval registró idas y vueltas cerrando con un saldo negativo del -0.2% en 3539,06 puntos. Entre los papeles que registraron pérdidas marcadas se encuentran: YPf -11,33%, Petrobras Argentina -7,21%, Banco Macro -7,49%, Ledesma - 7,03%, Banco Patagonia -5,82% y Tenaris -2,36%; mientras que sólo subieron 3 papeles: Petrobras Brasil 2,10%, Pampa 1,91% y Telecom 2,40%.

Para la semana que viene no se esperan informes macros de peso, aunque sí se prestará especial atención a los números de los balances de empresas que serán publicados durante la semana.