Commodities

Cosecha en EE.UU.y la caída del maíz no para

Guillermo Rossi

El mercado internacional del cereal continúa golpeado por el enorme flujo de oferta que en las próximas semanas ingresará en el hemisferio norte. Las condiciones climáticas son favorables para el avance de los trabajos de recolección en Estados Unidos, al tiempo que los primeros resultados tanto en las zonas marginales como en los principales núcleos de producción son muy positivos. En los campos del estado de Illinois, por ejemplo, se reportan rindes que llegan hasta el rango de 180 a 190 qq/ha. A esta situación se le agrega la expectativa de una cosecha récord en la Unión Europea y un buen panorama en la zona del Mar Negro.

Por el lado de la demanda, persisten los interrogantes. China necesitará importar una mayor cantidad de maíz en grano o subproductos de destilería para estabilizar sus existencias, puesto que obtendrá una cosecha ligeramente inferior al consumo proyectado para el año luego de la sequía de finales de primavera. Sin embargo, su política comercial reciente ha sido muy restrictiva, frenando la descarga en los puertos de lotes con el evento transgénico MIR 162 hasta el punto de generar millonarias disputas legales entre los exportadores y la firma Syngenta, quien desarrolló la variedad.

Los compradores externos aguardan a la llegada de un piso para volcarse al mercado con mayor agresividad. Los compromisos de exportación de Estados Unidos acumulan hasta el momento 13 millones de toneladas, cifra que representa el 30% del saldo exportable proyectado por el USDA. A la misma altura del año pasado se había comprometido un volumen similar, de 13,2 millones de toneladas, aunque con una menor producción e inventario inicial. El jugador más agresivo del mercado exportador en las últimas semanas fue Brasil, que embarcó 2,5 millones de toneladas en agosto frente a las 591.700 toneladas reportadas en el mes de julio.

El mundo se encamina hacia una importante recuperación de los niveles de stock de granos forrajeros luego de varios años de problemas climáticos y crecimiento acelerado del consumo, con el agregado de que se observa una mayor diversificación de los flujos de comercio. En la última década, Estados Unidos pasó de representar casi dos tercios de la oferta exportable mundial a menos del 40%, cediendo parte de su lugar a países como Ucrania o Brasil. Los intercambios han ganado fluidez y la diversidad de orígenes empuja el nivel de precios hacia abajo, obligando a los exportadores a redoblar los esfuerzos por mantenerse competitivos, so pena de perder acceso a los mercados tradicionales.

Las implicancias de este contexto para Argentina plantean enormes desafíos de cara a la próxima campaña, en la que cabe esperar una caída del volumen de producción por la menor área sembrada. El saldo exportable podría sufrir una importante disminución, en parte explicada por el fortalecimiento del consumo interno que sobrevendría si se profundiza la caída de los precios. Esta situación daría lugar a una contracción en la participación de nuestro país en el comercio mundial, que podría quedar por debajo del 10% durante el ciclo 2014/15.

En su informe mensual de estimaciones, el Ministerio de Agricultura anticipó una reducción de área sembrada del 8% frente al año pasado. Sin embargo, fuentes privadas advierten que el retroceso porcentual será mayor, incluso tomando como punto de referencia una superficie más baja. Pese a las alentadoras condiciones climáticas y la necesidad de rotar los suelos el ánimo de los productores no se recupera y los ajustados márgenes que arrojan los valores de mercado no generan nuevos incentivos. En este contexto, la relación entre área de soja y área maicera experimentaría otro incremento hasta 5,5 si se mantienen las perspectivas actuales.

Los exportadores acumulan compras de maíz nuevo por 334.000 toneladas, pese a que todavía no se definió el cupo de exportación de la campaña. Dicha cifra representa aproximadamente un tercio del volumen que tenían adquirido a la misma altura del año pasado. Los precios han caído por debajo de u$s 120/ton para la entrega desde la primera quincena de febrero, en un marco de limitada competencia entre los exportadores de la plaza Rosario. La capacidad teórica de pago en puerto que arrojan los valores FOB llega a u$s 130/ton, siendo el diferencial la prima de riesgo que incorpora el comprador por el contexto de incertidumbre. Los vendedores muestran escasa disposición a cerrar negocios a precio firme, destacándose que casi tres cuartas partes de las operaciones concertadas hasta el momento se acordaron bajo la modalidad “a fijar”.

En tanto, el segmento disponible aterrizó por debajo de $ 900/ton, aunque diversos compradores pueden otorgar márgenes de mejora variables en función de la calidad del lote negociado, los requerimientos de entrega y plazos de pago. Los precios locales expresados en dólares podrían perder un dígito en la medida que el mercado se acerca peligrosamente a perforar la barrera de los u$s 100/ton. En los últimos cuatro meses las pérdidas en el valor de contado del cereal superan los u$s 70/ton, cifra equivalente a casi $ 600/ton. En otros términos, cada camión lleno de maíz ha sufrido una desvalorización de unos $ 18.000.

La exportación continúa activa en el recinto de la Bolsa, aunque los ofrecimientos de los consumos del interior han ganado en agresividad durante las últimas semanas y en algunas zonas convalidan mejores precios. La emisión de ROE Verde se ha desacelerado notablemente, aunque el acumulado del año advierte que se han tomado compromisos de venta por casi la totalidad del saldo exportable teórico de una producción de 24,5 millones de toneladas. Hasta el momento, los embarques del cereal acumulan 10,5 millones de toneladas.