Economía

Dinero, interés y ciclo económico


En 1937 el gran economista Gottfried Haberler publicó su obra "Prosperidad y Depresión ", en la que se analizaban las distintas teorías sobre el ciclo económico. Este tema era el punto de llegada de toda la teoría económica y era el centro de debate para los cultores de esa ciencia. Lamentablemente, a partir de la segunda postguerra, en la ciencia económica prevaleció un solo modelo con ligeras variaciones marginales. Pero al mismo tiempo que la disciplina pasaba a ser monolítica, se balcanizaba y temas muy relacionados, como la teoría del ciclo, la teoría del interés y del capital desaparecían de los manuales.

Empecemos con el tema del interés. Como dijo el gran economista estadounidense Irving Fisher, la tasa de interés es el precio más 'penetrante' de la economía y esta relación se teje con todos los componentes de la estructura de la producción. Como un hecho estadístico, los contratos de futuros y opciones más transados son los contratos de tasa de interés, y aún los contratos de futuros y opciones sobre monedas y commodities, relacionan los distintos tiempos de maduración con la tasa de interés.

Desde antaño se discuten las llamadas causas de la tasa de interés. El economista austriaco Eugen von Böhm Bawerk escribió una voluminosa obra, "Capital e Interés" , analizando este tema: en el primer volumen de esa obra recorría la historia de las diversas teorías; en el segundo volumen presentaba su propia teoría y en el tercer volumen contestaba a las distintas críticas que se le habían hecho.

En el primer volumen se analiza, entre otras, la teoría de la explotación de Roberthus y de Carlos Marx, que sostenía que el interés tendría que desaparecer porque era un robo, posición cercana a la de los canonistas medievales que sostenían que el interés estaba en contra de los principios éticos y religiosos. En nuestras tierras, el economista germano Silvio Gesell (el único citado por Keynes en la "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero" ) sostenía que a través de la emisión monetaria podríamos hacer que la tasa de interés desapareciera.

En el segundo volumen Böhm Bawerk sostuvo que el interés respondía a tres causas: por las dos primeras, de carácter sicológico, se explicaba el mayor valor que las personas dan a los bienes presentes sobre los mismos bienes en el futuro; el ser humano subvaluaba las necesidades futuras o sobrevaluaba la cantidad de bienes futuros. Böhm Bawerk terminó aceptando una tercera causa del interés, la productividad de los bienes de capital a pesar que en el primer volumen la había desechado.

Ludwig von Mises no estuvo de acuerdo con la posición de Böhm Bawerk e insistió en la teoría de la 'preferencia temporal' para explicar la tasa de interés. Por esta teoría, el ser humano prefiere un bien hoy al mismo bien mañana, y la diferencia en esa apreciación es la tasa de interés. Esa preferencia no tiene nada que ver con la sicología sino que es praxeológica, es decir que depende de la relación de medios y fines en la acción humana (se puede consultar a este respecto, de Ludwig von Mises, "A Critique of Böhm Bawerk Reasoning in Support of His Time Preference Theory", en su obra "Nationalokonomie" ).

A fines del siglo XIX y principios del XX el eminente economista sueco Knut Wicksell comenzó a diferenciar dos tasas de interés, una natural (que respondía a motivos reales, siguiendo a Böhm Bawerk) y una monetaria (que respondía a la oferta y demanda de moneda). En equilibrio, ambas tasas tenían que ser iguales. La diferencia entre dichas tasas sirvió de base para el desarrollo de la llamada teoría austriaca del ciclo económico, que sostenía que una disminución de la tasa monetaria llevaba a una sobre inversión (o mala inversión), a la falta de ahorro y a la crisis.

A partir de los años '30, y bajo la fuerte influencia de John M. Keynes, la tasa de interés pasó a ser un fenómeno puramente monetario. Como decía este economista, "la tasa de interés es el pago que se recibe por renunciar a la preferencia por la liquidez". A partir de allí la tasa de interés ya no fue un factor fundamental en la teoría del ciclo. Hoy día, en casi todos los países del mundo desarrollado, la preferencia por el bien presente en relación al mismo bien en el futuro, que se manifiesta a través de la fuerte la disminución del ahorro, tendría que explicar, según la teoría de la preferencia temporal, una alta tasa de interés. Por el contrario, lo que percibimos es una tasa a ras del suelo.

¿A qué se debe entonces una tasa tan baja en los principales países, varios de ellos (como EE.UU.) con tasas muy bajas de ahorro? A la fuerte emisión, que hace que la tasa de interés monetaria se haya desligado totalmente de la tasa de preferencia temporal.

Como dijo el eminente economista argentino Julio H. Olivera en su reciente visita a nuestra ciudad, el error en la explicación de la crisis que vive el mundo desarrollado en estos últimos años es no considerar a la misma como parte del ciclo económico. Este consta de dos fases fundamentales, el auge y la crisis con su caída. Se mira a la crisis sin analizar el proceso previo que le dio nacimiento y esto, a nuestro juicio, tiene origen en el olvido de la tasa de interés de 'preferencia temporal'.

La ciencia económica se ha balcanizado: la moneda no tiene relación con la verdadera tasa de interés, que es la de preferencia temporal, y que determina el ahorro de las personas; la estructura de la producción (relación entre los bienes de consumo y los de capital) no interesa para el análisis de la crisis; la economía real y la monetaria corren por andariveles distintos; no hay una moneda internacional y las monedas de las principales economía flotan y sufren grandes variaciones incentivando los movimientos de capital especulativos, etc.