Economía

El rol de los mercados institucionalizados


Charla dada el día 16 de junio en el Congreso de Maizar que tuvo lugar en instalaciones de esta Bolsa de Comercio de Rosario

Complementación de Dos Ideas

Primero se va a mostrar la complementación de dos ideas que han sido desarrolladas por dos eminentes pensadores y que son: la dispersión del conocimiento y lo provisorio de toda teoría científica. Ambas ideas abren el camino para pensar en 'una sociedad abierta', en contra de toda postura totalitaria. Siguiendo con ese desarrollo se mostrará que una sociedad abierta necesita de los mercados y del sistema de precios para su funcionamiento y, finalmente, de la importancia que tienen aquellas instituciones donde se realizan y transparentan las transacciones mercantiles y sus precios, y que son depositarias del registro de los mismos.

Una idea central del pensamiento del economista austriaco Friedrich Hayek es la 'dispersión del conocimiento', es decir el hecho de que ningún ser humano tiene un conocimiento pleno, por el contrario, todos los seres humanos acceden a una pequeña porción de ese conocimiento. En el plano económico, esa idea lleva necesariamente a un sistema de economía de mercado, ya que solo un sistema de precios libres puede coordinar ese conocimiento disperso.

A su idea sobre el conocimiento disperso la completó Hayek con su intuición sobre el 'conocimiento circunstancial o no uniformado'. En su artículo "La utilización del conocimiento por la sociedad" (1945) sostuvo que existen dos tipos de conocimiento: el conocimiento uniformado y el conocimiento no uniformado o circunstancial. El primero es aquél que puede globalizarse y transmitirse hacia todos los rincones del mundo, como por ejemplo una fórmula de la química o de la física. El segundo es un conocimiento de "aquí y ahora", y dado que un principio básico del conocimiento es estar disperso y fragmentado entre los distintos integrantes de una sociedad, no es posible transferirlo a otros entes administrativos. Cabe la posibilidad, con un tedioso proceso, que el primer tipo de conocimiento sea informado a los organismos superiores de la sociedad, pero el conocimiento circunstancial está ligado a un tiempo y lugar determinado, y si se trata de informar a otra instancia superior, se pierde. Por lo tanto, las economías de planificación central, como fue la de la ex Unión Soviética, no cuentan con la posibilidad de usar ese conocimiento circunstancial que es tan importante especialmente en el comercio.

Pero también el conocimiento uniformado tiene algunas dificultades de transmisión en una economía centralmente planificada. A este respecto sería interesante recordar lo que enseñaba el filósofo de la ciencia, Kart Popper. El afirmó que el conocimiento científico es racional porque podemos criticarlo. Popper creía que los enunciados observacionales jamás pueden suponer la veracidad de una ley universal. Afirmó que sólo basta un contraejemplo para mostrar que una ley universal es falsa, concluyendo que es la falsabilidad lo que distingue a la ciencia.

Popper sostuvo que el conocimiento científico es intrínsecamente falible y que en lugar de intentar probar que estamos en lo cierto, debemos buscar en donde nos estamos equivocando. Hay una historia interesante a este respecto. En la discusión sobre la transmisión entre células neuronales y musculares, se presentaron dos teorías: una la de la transmisión eléctrica, sostenida por John Carew Eccles, famoso especialista del cerebro y Premio Nobel de Medicina 1963, y la otra la que sostenía que la transmisión era a través de un proceso químico impulsada por Bernard Katz, también Premio Nobel. Eccles sostuvo con fuerza su posición pero finalmente admitió su error, pero entristecido por haberse equivocado. En una conversación con Popper, del cual se hizo muy amigo, le dijo que llevaba las de perder en una discusión que sostenía desde hacía mucho tiempo y que para él era fundamental.

"Popper quedó fascinado. Le dijo a Eccles que no había motivo para desesperarse y que, por el contrario, debía estar más que contento pues nadie negaba sus descubrimientos sino su teoría, su interpretación de los fenómenos que había encontrado. Por lo tanto, Eccles hacía ciencia de la mejor calidad: las hipótesis opuestas sólo chocan cuando los hechos quedan claros y se pueden contraponer nítidamente interpretaciones contradictorias. Según Popper, estar equivocado en cuanto a la interpretación de un fenómeno carecía de importancia. La gran fuerza del método científico radica en su capacidad para rebatir hipótesis, es decir la ciencia avanza mediante una infinita serie de ciclos de conjeturas y refutaciones cada vez más precisa" (esta historia es contada por el también Premio Nobel, Eric R. Kandel, en su libro "En busca de la memoria" , Katz editores, 2008, pág. 122).

En base a lo sostenido por Popper, también el conocimiento científico uniformado tiene que estar sometido constantemente a la crítica. Solo si existe la posibilidad de que una teoría científica pueda ser destruida es como adquiere el carácter de científica. ¿Cómo es posible esto en una sociedad, como era la soviética, en la que nadie podía desautorizar las afirmaciones de sus superiores? Un ejemplo viene a la memoria. En la ex-URSS un eminente biólogo, Vavilov, terminó sus días en un campo de concentración ya que sus superiores no aceptaban su teoría sobre la genética (ver su historia en el libro de los hermanos Zhores y Roy Medvedev titulado "Stalin desconocido" ).

Sistemas de Organización Económica

Walter Eucken mostró que existen dos sistemas de organización de la vida económica: a) economía centralmente planificada, donde lo que hay qué producir, cómo, cuándo y con quién lo fija un Ministerio a través de un plan general, sistema que no cumple con los principios de Hayek y Popper mencionados más arriba, y b) la economía de mercado donde existen millones de planes elaborados por cada productor y consumidor. El gran problema aquí es la coordinación de todos esos planes y esto solo se puede lograr mediante la utilización del sistema de precios, que es un proceso dinámico y de falsabilidad continua.

¿Pero que es un precio? Un precio es una señal y, más concretamente, un precio relativo. Si un kilo de pan es igual a 9 pesos, estamos relacionando el pan con la unidad monetaria, es decir el valor de cambio del pan con el valor de cambio de la moneda.

Los precios en moneda de los distintos bienes y servicios, pueden relacionarse entre si. Por ejemplo, el de un auto y el del servicio laboral o salario. Esta relación es un precio relativo. Pongamos un ejemplo de la vida real: en 1928 se instaló en nuestro país una planta para el armado de autos de la General Motors. El primer auto que se armó, un Chevrolet standard que costaba 2.000 pesos moneda nacional, se le regaló al Presidente Marcelo T. de Alvear. En ese entonces, el salario de un trabajador estaba en alrededor de 80 pesos (los distintos salarios de la época se pueden consultar en la obra de Carlos Díaz Alejandro "Ensayos de historia económica Argentina" ). De resulta de esto, el precio relativo del auto con respecto al salario del trabajador era de 25 a 1.

Imposibilidad del Manejo de Precios por el Estado

Pero no existen solamente dos precios, el del auto y el salario, sino que existen millones y millones de bienes y servicios y, por lo tanto, millones y millones de precios. Pero ahí no termina la cosa: si los precios de los bienes y servicios son millones y millones, los precios relativos entre los distintos bienes llegan casi al infinito.

Los precios de los bienes y servicios responden a muchos factores, como las apreciaciones subjetivas de la gente, la mayor o menor escasez, etc., por lo que van variando con el paso del tiempo. Algunos precios tienen una modificación lenta, otros, por el contrario, varían segundo a segundo, quizás miles de veces en una jornada (esto pasa con los precios de las commodities en los mercados de futuros), respondiendo a centenares de informaciones provenientes de distintos lugares del mundo (climáticas, políticas o de otro tipo). Pensar que los precios no varían con el transcurso del tiempo es pensar en una economía rígida, totalmente esclerosada, es decir una economía donde los precios no son señales de las cambiantes situaciones que se registran en la vida económica.

Se puede también decir que el manejo centralizado, por un Ministerio, de un sistema de precios es matemáticamente imposible. Para mostrar esto, repitamos lo manifestado más arriba respecto a que la cantidad de bienes y servicios (materiales e inmateriales) que conforman una economía libre asciende, por lo menos, a 100 millones. Aún en una economía centralmente planificada como era la soviética de los años ochenta, los bienes materiales alcanzaban a alrededor de 25.000.000. Si cada uno de esos bienes tomasen 3 precios (cifra conservadora si recordamos lo afirmado más arriba) tendríamos que una economía como la de la ex-URSS estaría conformada por combinaciones de precios relativos de 325.000.000, es decir 3 a una potencia de 25.000.000. Procesar esta cantidad de precios es imposible, aún con las más avanzadas de las computadoras.

¿Y si las cosas no fueran así? ¿Y si los precios no tendrían que variar y fueran siempre los mismos?

En ese caso, cabe preguntarse: ¿qué papel juegan los precios si no pueden informar como señales que son?

Mercados Institucionalizados y Bolsas

Hasta aquí se ha mostrado la importancia de los precios libres, pero falta complementar lo anterior con el análisis del 'poder'. Sería utópico creer que todos los operadores en los mercados tienen igual poder. Eucken, a quien ya citamos, desarrolló un cuadro con 100 formas de mercado que van desde un mercado de competencia de demanda y oferta a un mercado monopólico bilateral. Entre estos extremos están las posiciones intermedias. Estas formas pueden estar abiertas o cerradas.

Al tema del poder en los mercados los economistas le dedicaron especial análisis. Ya en 1838 el francés Cournot analizó gráficamente y matemáticamente el problema del duopolio y economistas posteriores desarrollaron diversos modelos de la llamada competencia imperfecta (Stackelberg, Joan Robinson, etc.).

En el caso concreto de los mercados granarios, ¿cómo compatibilizar la economía libre con las formas oligopólicas que presentan especialmente desde el lado de la demanda?

Para que los niveles de poder se emparejen, es fundamental la información y transparencia de precios, concentrar las operaciones de los más débiles y la competencia. Esto sólo se puede lograr con el funcionamiento de mercados institucionalizados..

Los corredores bursátiles, con su operatoria, concentran espacialmente al sector más débil, que en el mercado de granos es la oferta.

Los mercados institucionalizados, con sus cámaras y reglamentaciones, permiten la transparencia y la difusión de los precios de referencia.

Los mercados de futuros, a través de la acción de los especuladores, favorecen la competencia y el ajuste temporal de los precios.

Cuando no existen mercados institucionalizados la economía se balcaniza y en ese caso los más pequeños quedan a merced de los más grandes. De hecho, eso es lo que ocurre en otros rubros y también en muchos países.

Volatilidad y Precios de Referencia

Desde hace un tiempo existe preocupación, a nivel mundial, por la gran volatilidad de los precios de los mercados agrícolas, volatilidad que se ha acentuado en las últimas décadas. De todas maneras, existen una serie de razones que explican la mencionada volatilidad, que si es verdad que se ha acentuado, no solo se produce en los mercados agrícolas sino también en otros mercados como el del petróleo y de las commodities en general.

La volatilidad del precio de los granos se explica por las siguientes causas:

a)La inelasticidad de la curva de demanda, dado que los granos son productos necesarios para la alimentación. Si el precio del trigo baja de un determinado nivel a la mitad, no por ello la cantidad demandada por la gente aumenta al doble. Si en un gráfico representáramos a la demanda a través de una curva, ésta sería casi vertical.

b)La variabilidad de la curva de oferta, ya que el rendimiento y la producción dependen de las condiciones climáticas. El desplazamiento de la curva de oferta hacia adentro (si disminuye) o hacia afuera (si aumenta), al encontrarse con la curva de demanda, determina una gran variación en los precios.

Las dos causas anteriores explican la llamada ley de King (desarrollada por el estadístico inglés Gregory King hacia 1650) que dice que las variaciones de precios son mucho más grandes que las variaciones de las cantidades para los productos elementales para la vida como son los cereales.

Ha influido, también, en la mayor volatilidad la cercanía que tienen hoy día las commodities agrícolas (maíz, soja, colza, etc.) con el mercado de petróleo, dado la utilización de esas granos para la producción de biocombustibles.

A las variaciones explicadas por la ley de King y la cercanía con el mercado de petróleo, hay que agregar las variaciones debidas a la entrada y salida de operadores de los mercados de futuros financieros (fundamentalmente de tasa de interés y cambiarios), y la internacionalización de estos mercados. Recordemos que las transacciones en los mercados de futuros de commodities, a pesar de su gran importancia, son relativamente pequeñas comparadas con las operaciones en los mercados de futuros financieros.

Es por las razones anteriores, y otras, que los precios de los granos suben y bajan en forma continua. Las grandes variaciones que registran los precios, hora a hora, minuto a minuto, lleva a la necesidad de mercados de futuros. A través de los mismos, los operadores se cubren de las oscilaciones de esos precios.

Más allá de las oscilaciones de los precios en los mercados de futuros, los productores y comercializadores de los granos necesitan precios de referencia que sean de fácil aplicación.

¿Qué es un Precio de Referencia?

Un precio de referencia es un precio que surge del promedio de los precios, ponderados por los volúmenes transados, que se han registrados en una determinada jornada.

Los precios de ajuste de los mercados de futuros no son precios de referencia dado que son precios que se fijan considerando las operaciones que se han registrado en los últimos minutos de la rueda. Como dijimos más arriba, en los mercados de futuros los precios suben y bajan hora a hora, minuto a minuto, y por ese motivo los precios de ajuste que se registran en los últimos minutos no son representativos de los precios que se han registrado durante la jornada.

Desde hace muchos años se ha buscado la forma de contar con precios de referencia que surgen del promedio ponderado de las transacciones realizadas en un mercado y esos son los llamados precios de pizarra. A estos precios se los cuestionan en razón a que al no ser obligatorios, generalmente no son un promedio ponderado de todas las operaciones que se realizan en un determinado mercado.

Construir un precio de referencia no es tarea fácil, como tampoco lo es construir un índice de precios. Los índices de precios, que habitualmente se utilizan en la economía con distintas finalidades (concertación salarial, etc.), tampoco muestran todas las variaciones que se han registrado en los precios sino que se basan en 'canastas' teóricas que reúnen los artículos y servicios considerados más importantes.

Precios a Fijar

Los precios de pizarra se utilizan habitualmente en las llamadas operaciones con precios a fijar en el futuro, operaciones que son muy comunes especialmente en el mercado de granos.

Levantada la cosecha los productores o acopios envían a las fábricas la mercadería, muchas veces para liberar espacio, y luego, dentro de un plazo convenido, se fija el precio. Existen dos posibilidades para esa fijación: a) fijar el precio de acuerdo a la pizarra y b) realización de una operación give up.

En esta última, celebrado el contrato a fijar, el productor vende contratos de futuro durante el período convenido de fijación, a nombre del comprador, y el comprador compra contratos de futuros por la misma cantidad. El comprador queda short, por los contratos de futuro que le traspasa el vendedor y long, por los que fue comprando.

En el Mercado a Término de Rosario, el ROFEX, se ha lanzado un contrato a fijar precio de tipo give up al que se le agregó la posibilidad que los oferentes puedan cobrar el importe de la fijación al momento de la misma, previo un descuento calculado de acuerdo a una tasa de interés.

En este tipo de contrato el comprador se hace responsable de los márgenes y diferencias, y si es verdad que el contrato se registra y, por tanto, da más volumen a las operaciones de piso, para algunos puede resultar todavía más práctico el utilizar los precios de pizarra.

Una de las críticas que se esgrime contra la utilización de la pizarra para la fijación de precios radica en que al no ser obligatorio el registro de todas las transacciones, se le resta volumen a las operaciones de piso y un pequeño volumen de contratos termina fijando un volumen importante de mercadería, y esto podría implicar algún tipo de manipulación. No hay duda de que existe la posibilidad de que esto ocurra, pero también hay que tener en cuenta que la aceptación libre de esta posibilidad de negociación, por parte de comprador y vendedor, hace que ambas puntas sean responsables de este tipo de negocios. El vendedor recurre a este sistema dado que 'especula' que el precio va a ser más alto. El precio de pizarra no sirve para cubrirse. Si quiere resguardarse de las variaciones de precios tiene que recurrir al mercado de futuro.

De lo anterior podemos deducir cuan importante es el realizar las operaciones de compra-venta de granos en el ámbito de las bolsas, y más si tenemos en cuenta las otras ventajas que tal actuación conlleva, como son la posibilidad de recurrir, ante algunas diferencias, a las cámaras arbitrales de cereales. El operar por fuera de las bolsas, en una sola frase, "no es sustentable en el largo plazo".