Economía

En dos años, aumentaron más de un 30% los costos de la exportación agrícolas en dólares


A nivel macroeconómico, una de las preocupaciones principales que habitualmente tienen los países es tratar de alcanzar un aumento sostenido y permanente de la competitividad, entendida ésta como la mejora en la capacidad de producir de las empresas y agentes económicos utilizando una menor o similar dotación de factores productivos. Frecuentemente los analistas citan como una de las causas principales de la crisis económica actual de Grecia a su menor competitividad respecto de otros países de la Unión Europea como es el caso de Alemania.

Un aspecto íntimamente ligado a la competitividad son los costos de producción domésticos. Argentina, en lo referido a su sector agropecuario y a las exportaciones de granos, aceites y subproductos, es un país tomador de precios. Esto significa que nuestra producción agropecuaria -fuente principal de generación de divisas- se encuentra íntimamente ligada a lo que sucede en los mercados referentes a escala internacional, como es el caso del Mercado a Término de Chicago para nuestros granos.

Por ser tomador de precios, el sector agropecuario argentino tiene la obligación y la necesidad de producir con los menores costos de explotación posibles y de tener una preocupación permanente por mejorar la competitividad y la eficiencia. Este proceso virtuoso es el que permitirá en el futuro mantener la actual competitividad internacional del campo argentino y de su agroindustria. De esta forma podrá tener sostenibilidad en el tiempo el aumento de los salarios reales en la economía nacional y se consolidará la mejora en la distribución del ingreso en un marco de mayor equidad.

En función de lo expuesto, es importante destacar que la evolución que vienen mostrando los costos de producción y comercialización agrícolas en dólares en los últimos años genera preocupación. En el presente informe se procedió a analizar esta problemática para el período 2009-2011. Los costos agrícolas están expresados en dólares estadounidenses por hectárea para cada uno de los siguientes cultivos: soja de primera, soja de segunda, maíz, trigo, girasol y sorgo.

Para efectuar comparaciones se utilizó información homogénea suministrada por la Revista "Márgenes Agropecuarios" relativa a los meses de Octubre de los siguientes años: 2009, 2010 y 2011. Los costos relevados y considerados en cada cultivo fueron: labranza y fumigación, semilla, agroquímicos y fertilizantes, gastos de cosecha y estructura, impuestos varios y gastos de comercialización.

En materia de impuestos se computó la incidencia de las erogaciones estimadas en concepto de impuesto inmobiliario, tasa vial, débitos y créditos bancarios, bienes personales o tributos sobre las tenencias accionarias. No se computaron retenciones a las exportaciones, ni el saldo del Impuesto al Valor Agregado para el productor ni la incidencia del Impuesto a las Ganancias.

En los gastos de comercialización se tuvieron en cuenta erogaciones estimadas por flete corto y largo, impuestos-sellados, paritaria, secado y comisión del acopiador.

No se computaron gastos presuntos por arrendamiento ni el costo de oportunidad del capital en el supuesto de utilización de campo propio (intereses sobre capital).

Los costos agrícolas utilizados en el presente estudio se refieren a explotaciones tipo ubicadas en las siguientes áreas de nuestro país:

- Soja de primera, soja de segunda y maíz :

Norte de Buenos Aires/Sur de Santa Fe.

- Girasol : Oeste de Buenos Aires.

- Trigo : Sudeste de Buenos Aires.

- Sorgo : Este de La Pampa.

Del análisis comparativo de los costos de explotación agrícola para cada cultivo, estimados para el mes de Octubre de los años citados (expresados en U$S estadounidenses por hectárea) surgen los resultados que se detallan en el Cuadro I.

Como puede observarse en el cuadro I, para el cultivo de mayor área sembrada en Argentina -la "soja de primera"- el costo de explotación en Octubre de 2009 ascendía a 506 U$S por hectárea, en tanto que en el mismo mes del año 2011 registró un valor de 686 U$S/ha. Esto implica un aumento aproximado -en el término de dos años- del 35,6% en dólares estadounidenses, cifra por demás de significativa.

Pero si se evalúa la situación del resto de los cultivos en dicho período, los porcentajes de incremento bianual son sensiblemente superiores a los evidenciados en la "soja de primera". Si analizamos el maíz, entre octubre 2009 y el mismo mes del 2011, se observa un incremento en los costos del 43,8% (De 707 U$S/ha a 1.017 U$S/ha). Este porcentaje de aumento bianual en maíz es muy similar al registrado en los costos de explotación de soja de segunda y girasol (43,5% y 42,9%, respectivamente).

Aún más preocupante es la evolución de los costos de explotación agrícola en trigo y sorgo. En trigo, en Octubre de 2009 la sumatoria de costos ascendía a 422 U$S por hectárea, en tanto que en el mismo mes del año 2011 registró un valor de 613 U$S/ha: un 45,3% de suba en dos años.

En sorgo, los costos pasaron de 504 U$S/ha a 780 U$S/ha en el período considerado. El incremento bianual es el más alto de todos los cultivos analizados: 54,8%.

Adicionalmente, resulta interesante efectuar un análisis de la evolución de los costos de explotación de estos cultivos entre 2009 y 2011, ponderándolos por la importancia que tiene cada uno de ellos en el total de la superficie sembrada en nuestro país. Para ello, se ha obtenido un costo promedio ponderado para cada año que asciende en el año 2009 a 487 U$S/ha, en el 2010 a 584 U$S/ ha y en el 2011 cierra con 689 U$S por hectárea (Cuadro N° II).

El incremento entre Octubre 2009 y Octubre 2011 del costo de explotación agrícola promedio ponderado asciende al 41,4%. Esta cifra exime de mayores comentarios. En primer lugar por su elevada magnitud y en segundo término porque los costos de explotación agrícolas están cuantificados en dólares estadounidenses.

La producción argentina ha tolerado de alguna manera estos altos incrementos en los costos en dólares por la buena evolución que han registrado los precios internacionales de los granos, ya sea lo que pasaba con los valores más cercanos en el Mercado a Término de Chicago durante la fecha considerada, como los valores que podían obtenerse por los distintos granos a cosecha, lo que puede observarse en el cuadro III.

El interrogante que cabe formularse es qué sucedería si se presenta un escenario recesivo a nivel mundial -producto de la crisis económica europea o por otros factores- y se llegaran a retraer los precios internacionales de los granos. Ya para esta próxima cosecha, nos enfrentaríamos con costos de producción elevados y precios a cosecha más bajos. De materializarse este escenario, los productores se encontrarían con problemas de rentabilidad en sus actividades, especialmente aquellos alejados de la zona núcleo. La suba de costos en dólares de los últimos años es un llamado de atención para todos y debería ser objeto de monitoreo y seguimiento en el próximo año.