Las bolsas continúan atrapadas por el sentimiento de incertidumbre que reina entre los operadores ante una combinación de un enfriamiento de la economía global y un incremento en el riesgo proveniente de Europa.

Esta semana estaba cargada de datos macros provenientes de Estados Unidos y en su mayoría decepcionaron: las solicitudes de seguro de desempleo aumentaron inesperadamente en la última semana y se mantuvieron en niveles elevados mientras que el PBI de Estados Unidos creció a una tasa anual del 1,8 por ciento en el primer trimestre, sin cambios respecto a las estimaciones previas y por debajo de las expectativas de los analistas. Sólo algunos datos corporativos y el índice de confianza de consumidor mejor al esperado resultaron un tanto tranquilizadores.

De todas formas, a los mayormente débiles datos económicos de la principal economía del mundo tenemos que agregar las pobres cifras manufactureras de Alemania y China y sondeos que revelaron una desaceleración en el área de servicios y manufacturera de la zona Euro.

Por otro lado, Europa siga emitiendo señales de debilidad mientras se incrementa la posibilidad de que algunos países deban recurrir a una reestructuración de su deuda.

Al recorte de calificación sobre la nota de Grecia realizada por Fitch se sumó la decisión de S&P de cambiar su pronóstico para Italia a "negativo", desde "estable", mientras que el gobierno de Zapatero sufrió un duro revés electoral que cambia el mapa político del país ibérico.

De todas formas, el país helénico es el que sigue generando los mayores dolores de cabeza. Se esperaba que avancen con un programa de austeridad más estricta para disponer de un tramo del rescate de la UE y el FMI necesario para evitar caer en cesación de pagos, pero el primer ministro de Grecia no logró convencer a la oposición de que apoyen las medidas.

Si bien durante las últimas jornadas las bolsas se mostraron más distendidas y pudieron recuperar parte de las pérdidas, las compras no fueron respaldadas con volumen y podrían interpretarse como compras de oportunidad ante las fuertes bajas previas, pero carentes de sustentos hasta que no aparezcan en el mercado nuevos drivers alcistas.

A pesar de la marcada volatilidad el cierre fue prácticamente neutral en las mayorías de las plazas bursátiles, el Dow Jones y el Nasdaq finalizaron con pérdidas de 0,48% y 0,60 % respectivamente mientras que en Europa las pérdidas fueron más profundas, del 1,42% y 1% para el Dax de Alemania y el Cac de Francia respectivamente, y finalmente en Asia el Nikkei cerró con una caída del 0,89% acumulado semanal.

La plaza local se desarrolló en sintonía con las principales Bolsas del mundo, con un plus de incertidumbres propias a los tiempos electorales y en torno a las complicaciones comerciales con Brasil. Si bien el gobierno del país carioca afirmó que seguirá permitiendo el paso de los vehículos varados en las aduanas, la industria automotriz argentina espera cada vez con más preocupación que eso suceda efectivamente y que se libere de manera definitiva el comercio. Por ahora habrá que esperar por lo menos a la reunión prevista para la semana que viene.

Bajo este contexto, el principal índice local, el Merval, cerró en 3265.82 puntos acumulando pérdidas por un 3,49%. Del panel principal sólo YPF y Tenaris pudieron cerrar la semana en verde, con ganancias del 3,31% y 0,86% respectivamente. El resto de los papeles terminaron con pérdidas en su mayoría significativas, destacándose los papeles de Banco Hipotecario y Edenor con recortes de 9,31% y 8,92% respectivamente.