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Soja: pocos negocios sobre el final de la semana


La etapa de trilla está próxima a finalizar. A pesar de que las lluvias que se registraron en los últimos días interrumpieron la etapa final, ya se lleva cosechado más del 90% de la superficie. Estas tareas finales definirán el tamaño definitivo de la producción nacional que, de acuerdo a diversas estimaciones rondaría entre los 49 y poco más de 50 millones de toneladas. Según el último informe del Ministerio, la cosecha bajaría un 4,3% desde el año pasado, hasta los 50,4 millones de toneladas. En la misma línea, nuestra institución señala una oferta total de 50,2 millones de toneladas. Sin embargo, la Bolsa de Buenos Aires augura una cifra menor, de 49,2 millones que está en sintonía con la estimación del USDA (49,5) y de Oil World, que el martes recortó su estimación en 0,3 millones hasta los 49,2 millones debido a los rendimientos menores a los esperados.

De la soja que va ingresando al circuito comercial una parte se destina al mercado de exportación que, según el valor oficial fijado por la Secretaría, se estuvo vendiendo a un precio FOB promedio de 500 dólares la tonelada durante todo el mes de mayo, alcanzando por momentos el máximo de 512 dólares. Otra gran parte se destina al mercado interno para ser utilizada por las fábricas para la elaboración de subproductos, que luego en su mayoría son exportados. Según datos oficiales, el procesamiento de soja durante abril alcanzó los 3,74 millones de toneladas, mostrando un crecimiento estacional con subas del 36% desde marzo y del 0,8% desde abril del año previo, como se observa en el gráfico adjunto. El total acumulado en el año supera en más del 28% al total del año pasado para el período enero - abril. Como consecuencia, aumentaron las exportaciones de derivados, mayormente las de harina ya que las de aceite se vieron afectadas por los mayores requerimientos locales para la producción de biodiesel.

En materia de precios, la semana comenzó con tendencia negativa en sintonía con las bajas externas. El lunes, los compradores bajaron $20 sus ofertas y abiertamente pagaron $1.280. La tendencia bajista prevaleció el martes, ya que a la volatilidad externa se sumó la mayor tranquilidad de los compradores por hacerse de la mercadería y los precios cayeron $10 más hasta los $1.270. No obstante, en ambas jornadas existieron rumores no confirmados de operaciones por hasta $1.300 por volumen y entrega diferida. La vuelta a la actividad luego del feriado fue positiva para el mercado local, que se contagió de las mejoras de Chicago. Sólo la exportación llegó a ofrecer abiertamente $1.300 mientras que las fábricas pagaron $1.290. El viernes, la volatilidad externa que culminó en bajas para la oleaginosa se trasladó al precio local, donde las fábricas sólo ofrecieron $1.270 mientras que la exportación pagó $1.280. Esta semana también se escucharon valores para la soja nueva, aún no sembrada. El precio ofrecido fue de 315 dólares y a ese nivel se realizaron algunas operaciones.

Respecto al volumen, hasta el jueves y según lo relevado en el recinto, se habían negociado poco más de 35.000 toneladas y cerca del 80% de las operaciones se realizaron cuando el precio alcanzó los $1.300. Según los datos oficiales más algunas estimaciones propias para la industria, las compras totales (al 18/05) ascienden a 23,65 millones de toneladas o el 47% de la producción estimada por nuestra entidad en 50,2 millones. Este porcentaje es menor al 49% que se había adquirido el año pasado y al 51% del promedio del último lustro, como se observa en el cuadro de Indicadores Comerciales de la portada.

Desde los fundamentals, sólo el clima permite sostener a la soja

La semana pasada todos los granos mostraron fuertes variaciones positivas en sus valores sustentadas en el clima. La soja estuvo por detrás de los cereales en esta carrera alcista ya que gran parte de las subas provinieron del contagio con el resto de los productos, mayormente el maíz y el trigo.

Esta última semana del mes de mayo arrancó con saldo negativo, pareciendo querer frenar la corriente alcista que se venía observando desde jornadas anteriores. Después de que los cereales subieran más del 10% y los productos del complejo sojero entre un 2 y 4%, los futuros se encontraban vulnerables a una corrección. Además, cierta mejoría en las condiciones climáticas permitió el avance de las siembras en el Medio Oeste durante la semana pasada, lo cual fue bajista para los precios. Según el informe sobre evolución de los cultivos publicado el lunes por el USDA, tanto para la soja como para el maíz los productores pudieron reanudar las actividades en los campos. Hasta el domingo pasado, se había sembrado un 41% de la superficie estimada con soja y un 79% de la de maíz, avanzando un 19% y 16% respectivamente desde el domingo precedente. No obstante, en ambos productos el ritmo es menor al del año previo y también al avance promedio de los últimos cinco años para esta época. También reafirmaron la tendencia bajista las influencias externas ante las preocupaciones por la crisis en la eurozona, frente a las bajas en los ratings de Grecia e Italia.

Sin embargo, el factor estrella del momento volvió a la escena ya que las condiciones climáticas continuaron siendo adversas para los cultivos en varias regiones productoras clave de todo el mundo y son cada vez más fuertes los temores de que la producción del hemisferio norte sea menor a la esperada. Para la soja, el efecto climático por el momento es indirecto, vía influencias mayores en otros cultivos que compiten con la oleaginosa. Uno de los principales competidores es el maíz. Si bien la soja (que puede sembrarse más tarde) se beneficiaría con menores plantaciones del cereal, día a día aumentan las preocupaciones de que el total de las siembras de soja sean menores a las intenciones a la luz de las condiciones excesivamente húmedas en las principales regiones productoras. Muchos productores norteamericanos prefieren sembrar una menor cantidad de hectáreas que las estimadas y recibir indemnizaciones luego de que pase la fecha óptima antes que enfrentar el riesgo de daños en los cultivos y rindes por el calor o las heladas tempranas.

Otro competidor dentro del rubro de las semillas oleaginosas es la canola que se siembra en Canadá. Si bien en los últimos días fueron posibles algunos avances en las áreas del oeste, en las regiones del centro y este aún persisten las condiciones húmedas. También la situación de la colza es complicada en Europa, donde las condiciones climáticas se han deteriorado desde mediados de mayo, principalmente en Alemania y Francia, donde las lluvias han sido insuficientes y aumentan los riesgos de una caída en la producción.

Estos temores más que compensaron los efectos bajistas provenientes de las abundantes producciones que están ingresando al mercado desde Sudamérica y de las menores compras por parte de China. Estos dos factores se traducen en menores exportaciones y en un menor procesamiento como se desprende de las cifras oficiales. En relación a las exportaciones, los compromisos cayeron aunque se encontraron dentro de lo esperado por el mercado mientras que el crushing de abril disminuyó hasta los 3,48 millones, por debajo de lo anticipado en promedio por los analistas. La variación mensual y anual fue negativa, del 8,8% y 6,3% respectivamente, como se observa en el gráfico de molienda.

Para la próxima semana, se anticipa un clima más cálido y seco que sería favorable para avanzar con las plantaciones y esto, junto con ciertos posicionamientos previos al fin de semana largo, ejercieron presión sobre los valores el viernes. Así la jornada terminó con bajas del 0,36% y la posición julio cerró a 506,96 dólares, mostrando una caída semanal de apenas el 0,04%.