Commodities

La baja en soja, o la historia sin fin

Nicolás Ferrer

El desmoronamiento del valor de la soja en el mercado internacional que se instauró desde la semana pasada con la previsión de inventarios de la próxima campaña en Estados Unidos del informe mensual del USDA sigue adelante, y en un contexto donde pareciese que tiene todas las de continuar. Incluso con el peor entorno en lo que hace a la logística local en años, no sólo producto de las medidas de fuerza aplicadas por los diferentes gremios sino por buques varados que han bloqueado el río Paraná, los futuros de la oleaginosa no parecen encontrar soporte en Chicago. Todo ello con el agravante de que la última vez que había alcanzado cotizaciones similares, a principios de octubre del año pasado, no nos encontrábamos en plena cosecha como en la actualidad.   Si sumamos a este cóctel la presión que un dólar apreciado ejerce sobre los precios, ¿quién dice que los valores no podrían ser más bajos?

La campaña norteamericana 2015/16 progresa sin mayores problemas, con un récord histórico del área dedicada a la oleaginosa, un ritmo de implantación inmejorable y prácticamente ningún contratiempo desde lo climático. El informe semanal de progreso de cultivos del USDA estima que el 45% de las tareas se encuentra completadas, muy por encima del promedio del 36% para las últimas 5 temporadas. Ni siquiera los temores que abundaron entre quienes operaban maíz con respecto a la posibilidad de que un tiempo más frío de lo ideal tenga efectos perniciosos sobre lo sembrado pudieron dar sostén a los valores, parcialmente merced al aun relativamente bajo nivel de emergencia que presenta el cultivo.

Desde la demanda el panorama tampoco se presenta muy alentador para quienes se encuentran comprados en la oleaginosa. Si bien las complicaciones logísticas en nuestra región han forzado a quienes necesitan hacerse del grano a recurrir al remanente de la campaña 2014/15 de los Estados Unidos (con ventas por 165,5 mil toneladas en el transcurso de la última semana), se prevé que una vez solucionados los conflictos que proliferan en el Up-River nuestro mercado (colmado de soja) vuelva a ser de preferencia para los compradores.   Sin embargo, las dificultades para llevar a cabo embarques al exterior sí se hizo sentir sobre los contratos de harina de soja (subproducto del cual la Argentina es el principal exportador a nivel mundial) incluso en un mercado afectado por las circunstancias que sufre la industria avícola norteamericana, la cual sufre el azote del peor brote de gripe aviar de aquel país.

El fin de la racha perdedora de cinco semanas del dólar contra el euro, producto del resurgimiento a los ojos del mercado de la posibilidad de que la Reserva Federal eleve las tasas este año, no hace más que convalidar este hecho. Como si no fuera suficiente, un petróleo que hace tres semanas se viene desafiando sin éxito la barrera de los sesenta dólares se hace sentir sobre el valor del aceite de soja y el biodiesel. La demanda de este último podría sufrir una merma adicional en la medida en que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos estipule que no aumentará a futuro el corte requerido a las refinerías de combustible, actualmente del 10%, a partir de las exigencias de la industria automotriz.