Commodities

Pronunciada caída y mucho interrogantes en el mercado de trigo

Guillermo Rossi

En la primera semana de julio, los precios internacionales del cereal se recuperaron ligeramente tras una prolongada tendencia bajista, favorecidos por distintas evidencias de reaparición de la demanda. Esta situación permitió que los valores FOB Golfo de México de trigo duro se sostengan por encima de u$s 300/ton, valor por debajo del cual la mercadería norteamericana cobra atractivo para los países importadores de Asia y norte de África.

A lo largo de los últimos días hubo eventos muy destacados para el comercio mundial. Egipto -país que atraviesa un período de gran crisis económica y política- retornó a la escena tras cinco meses de ausencia y adquirió 180.000 toneladas de trigo del Mar Negro, procedentes de Ucrania y Rumania. Estas compras permitirán que la oferta doméstica encuentre un complemento de mayor calidad en la apremiante necesidad de las nuevas autoridades por suministrar alimento a su población a precios razonables.

Asimismo, China también se ha mostrado muy activa en el frente importador. De cara a la cosecha 2013/14, se teme que el exceso de lluvias de la región noreste del país impacte negativamente sobre la calidad de los granos, sumándose a los déficits que arrastra el stock remanente del ciclo previo, almacenado en acopios estatales. Es por ello que el gigante asiático confirmó la adquisición de 300.000 toneladas de trigo australiano de baja proteína y 360.000 del cereal blanco norteamericano, más otras 120.000 toneladas de trigo blando el día viernes. Dado que durante las próximas semanas es probable que continúen las compras, la previsión de importaciones de 3,5 millones de toneladas que mantienen tanto el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) como el Consejo Internacional de Cereales (IGC) luce algo subestimada.

Sin embargo, por el lado de la oferta, el mercado continúa presionado por la situación del hemisferio norte, donde avanza la trilla de invierno con resultados mejores a los esperados y ya se completó prácticamente en su totalidad la siembra de primavera, aunque con demoras atribuidas a las inclemencias del clima. Las bajas temperaturas de los meses de abril y mayo, en simultáneo con lluvias excesivas en Estados Unidos y amplias regiones de la Unión Europea, sólo se revirtieron en junio, cuando volvieron las condiciones más secas y calurosas, características de las primeras semanas del verano.

En términos interanuales, para la campaña 2013/14 se proyecta un gran crecimiento de la producción global, destacándose la recuperación del 35% que tendrán las cosechas de Rusia, Ucrania y Kazajstán tomadas conjuntamente. El incremento de los saldos exportables del Mar Negro -del cual el 70% se embarca entre julio y noviembre- significará mayor competencia para Estados Unidos en el plano global, siendo un factor de presión sobre Chicago que cabe tener cuidadosamente en cuenta en el panorama de mercado del segundo semestre.

En tanto, el mercado local se mantuvo aislado de los fundamentos externos y volvió a experimentar turbulencias en los últimos días. Los precios sufrieron un profundo derrumbe en el mercado a término de Buenos Aires, atribuido a los rumores de que aparecerá la oferta que tan activamente busca la industria molinera, que pese a incrementar sus valores ofrecidos hasta niveles récord no logra adquirir la materia prima que necesita para trabajar con normalidad.

Si bien el contraste entre las estimaciones de producción de las últimas campañas y las cifras de molienda y embarques reportadas por el Ministerio de Agricultura da la pauta de que el stock al 30 de junio alcanza para el resto de la campaña, lo problemático es la distribución de ese cereal remanente y su calidad. El actual escenario de precios -tan difícil de imaginar tiempo atrás como poco probable de repetición a futuro- debería despertar atractivo en la oferta aun mediando la más obstinada especulación.

Por lo pronto, la polémica no cesa y podría continuar hasta que concluya la campaña si es que la industria molinera continúa abasteciéndose a cuentagotas en el mercado interno. Los elevados precios del trigo se trasladan en forma casi lineal a los productos farináceos, observándose que la bolsa de harina continúa en su relación histórica del 10% frente a la tonelada del cereal. El kilo de pan en góndola, por su parte, también se acerca al tradicional 8-10% del valor de la bolsa de harina.

En la más que centenaria historia del trigo en Argentina son numerosas las ocasiones en las que se presentaron adversidades económicas y climáticas que impactaron negativamente en la producción, aunque pocas veces introdujeron vaivenes tan erráticos en los mercados. La actual coyuntura surge a raíz de la profunda liquidación de existencias de la campaña pasada, el traslado de área sembrada hacia cultivos alternativos de menor opacidad comercial y los problemas climáticos.

Es por ello que resulta crucial que la campaña 2013/14 permita dejar definitivamente atrás estos inconvenientes. Sin embargo, la recuperación del área no permite avizorar un rebote considerable de la producción tomando rindes de tendencia. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos proyecta una cosecha argentina de 13 millones de toneladas, un 10% por debajo de la producción promedio obtenida desde 2006 en adelante según los registros del propio organismo.

Según GEA - Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, la siembra se encuentra prácticamente concluida en la zona núcleo, ocupando una superficie de 630.000 hectáreas. Pese a las condiciones agronómicas y climáticas muy favorables, la baja disponibilidad de semillas y los ajustados márgenes se añadieron a la fatiga que arrastran los productores de este cultivo para contrarrestar el potencial de una eventual expansión del área.

La situación de los lotes emergidos es saludable y los pronósticos climáticos para el resto de la campaña son esperanzadores. Sin embargo, los precios no terminan de atraer y la toma de coberturas es anormalmente baja para esta época del año. Cabe destacar que al finalizar la primera semana de julio del año 2012 ya se habían negociado en todo el país cerca de 1,5 millones de toneladas de trigo nuevo, cifra muy lejana por estos días. Un factor que desalienta los compromisos de entrega a cosecha en la presente campaña es la necesidad de obtener rindes de 35 qq/ha para cubrir los costos directos, de comercialización y estructura entre quienes trabajan en campo propio. En tanto, la situación en campo alquilado es prácticamente inviable, aunque las proyecciones no incorporan la prometida devolución de los derechos aduaneros.

La exportación ofrece pagar entre u$s 185 y 190 por tonelada por el cereal en condiciones Cámara con entrega en diciembre en plaza Rosario, valor que la molinería recientemente mejoraba hasta u$s 200/ton artículo 12 y PH 76. Los compradores mantienen una conducta muy cauta porque -pese al cupo exportación anunciado- desconocen con fiabilidad el volumen excedente que puede lograr la cosecha sobre los requerimientos del consumo interno.