Commodities

Se recompone la oferta global de maíz

Guillermo Rossi

Los precios internacionales del cereal han experimentado una pronunciada tendencia a la baja en las últimas semanas, afectados por las excelentes perspectivas productivas en Estados Unidos, la finalización de los trabajos de siembra en Europa en los tiempos previstos y el acelerado ritmo de embarques desde Sudamérica. La demanda -fuertemente contraída desde el año pasado- parece reactivarse a paso más lento que la oferta.

El desarrollo de los cultivos norteamericanos se encuentra muy retrasado respecto de su marcha habitual, aunque las condiciones agronómicas y climáticas son alentadoras de cara al comienzo del período crítico. Según el reporte semanal de Progreso de Cultivos del USDA, el 68% de la superficie se encontraba en condiciones buenas o excelentes hasta el domingo pasado, mientras que sólo un 6% atravesaba su período de polinización.

Los maíces se encuentran en su mejor condición de los últimos diez años. No obstante, los eventos climáticos de las próximas dos semanas serán claves para determinar el potencial de rendimientos, y consecuentemente, el tamaño de la cosecha. Por cada quintal menos de rinde promedio por hectárea la producción norteamericana cae en 3,6 millones de toneladas.

El mercado del país de norte se encuentra muy tirante, observándose diferenciales de más de u$s 60/ton entre el segmento disponible y los precios a cosecha. Esta situación es consecuencia de presentarse en simultáneo una gran expectativa de producción con la disponibilidad física más baja de los últimos 17 veranos. En las cifras del USDA publicadas el jueves se proyectó para 2013/14 una cosecha de 354,3 millones de toneladas y stocks finales por 49,7 millones de toneladas. Estas variables se incrementarían un 23 y 170% en términos interanuales, respectivamente.

En Europa, en tanto, se avizora un crecimiento del 18% en la producción, gracias a la mejora proyectada de los rendimientos. Las lluvias de mayo y junio retrasaron los trabajos de siembra, pero dejaron niveles abundantes de humedad en el suelo. Estas perspectivas se suman al optimismo que impera entre los farmers del Mar Negro, que han incrementado el área sembrada en respuesta a los precios atractivos y la fuerte demanda exportadora. Según datos del Consejo Internacional de Cereales, la Unión Europea y los países del CIS cosecharán 66 y 35 millones de toneladas, respectivamente.

El escenario planteado para finales de año convive con fuertes restricciones en el corto plazo. Aun así, la oferta procedente de Sudamérica satisface la demanda de los países asiáticos, frenando la carrera alcista de los precios. Argentina ha embarcado casi 13 millones de toneladas en los últimos cinco meses, situación que a la que se agrega el ingreso de la "safrinha" brasileña. Según informó la CONAB en su reporte de julio, Brasil alcanzará en el ciclo 2012/13 una cosecha total de 79,1 millones de toneladas del cereal, logrando una inédita colecta de 44,2 millones en cultivos tardíos o de segunda, con rindes similares a los del maíz de primera.

En el plano local, la demanda continúa presente en la plaza buscando la mercadería que necesita para los últimos embarques del año. La carga programada de las terminales de la región desde la semana pasada hasta el 31 de julio totaliza 2,4 millones de toneladas.

En los últimos días se pagaron valores superiores a $ 900/ton con descarga en Gral. Lagos, Timbúes, Puerto San Martín y San Lorenzo, bajo diferentes modalidades de entrega y pago. En operaciones de cobertura por anulación el precio llegó hasta $ 950/ton en el recinto de esta Bolsa. La competencia entre compradores obligó a los consumos de la región a ofrecer valores cercanos a $ 900/ton para atraer oferta.

Sin embargo, dado que los exportadores acumulan compras por 17,1 millones de toneladas, su permanencia en el mercado cuenta con poco margen de continuidad. De hecho, considerando la oferta total de la campaña, nuestro país no está en condiciones de colocar en el exterior un volumen muy superior al ya adquirido por la exportación, si es que se busca resguardar el creciente consumo interno. Es por ello que la emisión de Roe Verde se encuentra frenada desde la última semana de mayo.

Esta situación, sumada al panorama externo, plantea un escenario de precios mucho más complicado para los últimos meses del año. En Argentina quedan unas 5,5 millones de toneladas sin vender, deduciendo las compras ya efectuadas por los distintos participantes de la cadena comercial. Cabe recordar que con la estructura de costos del último año y los rindes obtenidos en la zona núcleo, el punto de equilibrio de muchos productores se encuentra en u$s 185-190/ton para el maíz 2012/13, precios cuyo regreso luce bastante improbable en el corto plazo. Cabe aquí recordar el viejo axioma de que una vez que los granos están cosechados, al mercado no le interesa el costo de producción.

Paralelamente, de cara al ciclo 2013/14 se observa un persistente declive del precio a cosecha, presionado por la coyuntura adversa del mercado internacional. En los últimos días los mercados a término marcaron valores incluso inferiores a u$s 160/ton. Si bien el tipo de cambio comenzó a deslizarse al mismo ritmo que la suba de los costos internos, los planteos advierten que es necesaria la obtención de rindes superiores a 80 qq/ha para cubrir la totalidad de los costos de producción y comercialización.