Finanzas

Wall Street contagia optimismo a pesar de drivers débiles


El mercado se muestra sorprendentemente resistente y capaz de salir airoso de noticias poco alentadoras; realiza interpretaciones de los datos que van siendo publicados que podrían llegar a juzgarse de por demás de optimistas. Cuando se publica algún dato positivo, aunque sea "en teoría" de bajo impacto, el mercado explota al alza como si comenzara un verdadero ciclo alcista. Cuando los datos son negativos, sin embargo, los operadores se muestran conformes ante el escenario no tal malo como se pensaba.

Si bien se desaceleraron las subas de la semana pasada, cerramos el viernes con ganancias semanales en la mayoría de los mercados a pesar de que, a la falta de sustento del rally pasado, se sumaron nuevos datos de los que se podría haber esperado, al menos, una toma de ganancias.

En el viejo continente resurgieron los temores por la salud de la banca europea y la situación de la deuda soberana de los países periféricos del Viejo Continente, especialmente de Grecia, Portugal e Irlanda. Uno de los disparadores fue una publicación de bancos alemanes que indicaba que los diez mayores bancos del país podrían llegar a necesitar

105.000 millones de euros de capital adicional para adaptarse a las nuevas normas de la región; mientras que en relación a la golpeada Grecia, se conoció que el PBI habría caído más de lo estimado en el segundo trimestre.

Por otro lado, en el libro Beige presentado por la Fed en Estados Unidos, la autoridad monetaria sostuvo que el crecimiento económico de ese país se había desacelerado en las seis semanas hasta fines de agosto, mientras que la recuperación pierde fuerza en algunas regiones. La entidad también describió el comportamiento del consumo, pilar del PBI de los Estados Unidos, y sembró más dudas al decir que el consumidor sigue centrándose en compras esenciales.

El optimismo fue mantenido (aunque menos exultante) en Wall Street y contagiado al resto de las plazas, gracias a algunas pocas noticias alcistas, como es el dato de que las solicitudes iniciales de desempleo en Estados Unidos se ubicaron levemente por debajo de lo esperado mientras que, en el mismo sentido, el déficit comercial se redujo en un nivel mayor al pronosticado. Es cierto que el empleo es una de las variables más retrasadas en mostrar la recuperación económica pero también es cierto que se ha destruido empleo y el camino de la recuperación del mismo todavía sigue siendo dudoso.

En cierta medida esa incertidumbre que continúa despertando la salud de la economía mundial se ve reflejada en la evolución del activo refugio por excelencia. El oro volvió a ser la protagonista de las principales plazas bursátiles, en donde inversores nuevamente eligieron cubrirse en activos de bajo riesgo. Tal es así, que   el oro volvió a subir en el mercado internacional alcanzando un nuevo máximo histórico acumulando un incremento del 15% en lo que va del año, dejando en evidencia que continúa siendo uno de los activos más preciados a la hora de buscar refugio por la situación global.

En el ámbito local, en medio de factores locales que mantienen alejados a los inversores, el volumen no despega. A las asperezas políticas de las últimas semanas se sumaron noticias negativas, como la desaceleración del crecimiento fabril según los datos difundidos por el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA); y el enfrentamiento de ese organismo con el sector sindical ante el proyecto de ley que contempla dar una participación de las ganancias de las empresas a los trabajadores, iniciativa que sería presentada la próxima semana por el diputado kirchnerista Héctor Recalde.